Capítulo 3.

36 4 0
                                    

Capítulo 3 "Tragos"

O L I V I A

Levanto la mano y tanteo el buró, en busqueda de mi teléfono, lo sostengo y alzo mi cabeza para ver la pantalla, me toca parpadear hasta que mi ojos se acoplan a luz que emana, los abro de a poco y noto que la pantalla se encuentra oscura, en evidencia de que no es el celular lo que suena. Gruño y saco la almohada para colocarla en la cabeza y así evitar que el sonido me siga aturdiendo. Me incorporo de un salto cuando caigo en cuenta de que es el timbre lo que suena, intento avanzar pero me enredo con las colchas y termino tirada en el suelo. Me levanto de forma rápida y me tengo que sostener del buró pues un repentino mareo me embarga por el viajesote que me acabo de dar.

Camino hacia la puerta y observo por la mirilla, ahogo un gritito cuando veo que es Derek, corro hacia el espejo en la pared y observo mi reflejo. Me di una ducha en cuanto llegué y desenredé mi cabello pero aun así algunos nudos ya se encuentran en él nuevamente, para mi fortuna no me veo mal. Regreso a la puerta y la abro desenfadadamente, Derek me recibe con una enorme sonrisa lamehuevos.

Se encuentra recargado del marco y mantiene una de sus manos por detrás de su cuerpo. Se separa en cuanto realmente repara en mi presencia.

—Hola cielo, te traje algo —separa su mano de su espalda y mis ojos captan un ramo de rosas rojas —tus favoritas —las acerca a mí y yo las tomo con una sonrisa enorme en la cara.

Él sabe perfectamente cómo ganarme.

—Gracias —acerco las rosas a mi rostro y las olisqueo, suspirando.

—y también esto —mete la mano en su bolsillo y saca un teléfono móvil de ahí y me lo extiende —es desechable, pero sirve.

Frunzo el ceño y me río internamente, hace rato no le mencioné que la razón por la cual le llamaba desde un teléfono público era porque el mío no tenía pila, debió asumir que no tenía Aún así lo tomo y lo sostengo en una mano, mientras le doy pequeños golpecitos con la otra.

Nos miramos a la cara en silencio y él se muerde el labio incómodo. Me doy tiempo para repasarlo. Trae un pantalón de mezclilla suelto y una playera negra se ajusta a su torso, encima una sudadera gris lo arropa y unas converse adornan sus pies. Viene muy casual por lo que no me toma mucho tiempo deducir que tiene la tarde libre por lo que me hago a un lado y extiendo mi mano al interior del cuarto, invitándolo a pasar.

—¿Quieres pasar? 

—Mhm —ve detrás suyo, hacia el pasillo y regresa la vista hacia mi asintiendo —bueno, creo que tengo tiempo.

Entra y cuando le doy la espalda para cerrar la puerta ruedo los ojos, pues el bastardo se está haciendo el interesante.

Cuando volteo, Derek está barriendo la habitación con una mueca en la cara mientras se quita la sudadera y la deja sobre la cama,de igual manera recorro el lugar y a diferencia de él yo mantengo una sonrisa de suficiencia en mi rostro, pues me siento satisfecha. La estancia no es la mejor del mundo, pero es bastante aceptable, hay una cama doble desgastada, un buró de noche junto a ella y un pequeño tocador al fondo, está vacío pero el espejo que trae en él es funcionable. Una sillita de madera se encuentra junto a la puerta que conduce al baño, un baño muy decente a decir verdad, con un inodoro algo amarillento, como percudido pero a pesar de eso se nota que lo lavan constantemente, pues a simple vista parece que las manchas son por el desgaste del tiempo. Hay un lavabo y una ducha con buena cantidad de agua, en este caso, al igual que en el otro motel, solo hay agua fría pero es aceptable.

En fin, es un hotel en buenas condiciones, de acuerdo al precio en que te ofrecen los servicios.

—¿Qué te parece? —pregunto expectante

Avaricia © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora