Yeong Kim, un adolescente con un pasado trágico, descubre que está destinado a ser el líder de toda una especie, los Wolfblood, sin tener conocimiento de su linaje ancestral. Después de la destrucción de su propia manada, Yeong se ve obligado a vivi...
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El albino tenía la mirada perdida en el oscuro lienzo salpicado de lo que son las estrellas desde el alfeizar de su ventana en esa oscura y solitaria habitación. Observaba con fascinación y asombro a la luna, debido a que el cansancio y el sueño lo habían abandonado desde hace ya varias horas. Pensaba en lo rápido que sucedieron las cosas, en sus extutores, en sus amigos, en la manada a la que pertenecía ahora. Con eso en mente, observaba el cielo estrellado mientras era bañado por la luz platinada de la hermosa luna menguante lista para convertirse al día siguiente en llena.
Sus adentros estaban desbordantes de sentimientos, era cierto que pasó por malos momentos. Pero se sentía satisfecho por las increíbles personas que vino a encontrar en este pequeño pueblo.
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— La isla de Lindisfame siempre ha sido un santuario mágico y seguro, refugios aislados de la mayor parte del mundo la mayor parte del día por lo cual debemos plantear nuestra visita concreta — explicó el profesor Jeffrey
El auto paró en una zona con poca vegetación, cerca de un árbol seco. Yeong se sentía lleno de energía, no podía esperar a bajarse y comenzar a explorar todo o que pudiese y estuviese a su alcance. Era como volver a sentirse un simple cachorro.
Maddy, Yeong y Rhydian se correteaban después de haber salido del autobús. Los regañaron por hacer escándalo.
— ¿Qué pasa con ustedes Maddy, Yeong? — le preguntó Tom.
— Nada, es solo que estamos emocionados — respondió la nombrada extasiada, Shannon venía en su dirección.
— ¿Qué harán cuando volvamos? — preguntó la de lentes llegando a su lado — Mi mamá tiene polluelos, son tan suaves deberían verlos.
— Lo siento tanto Shan — Se disculpó Maddy, tratando de ocultar la emoción en su voz.
— Yo iré a casa de Maddy — añadió Rhydian a lo recientemente dicho de su compañera.
— ¿A si? — cuestionó Tom, comenzando a sospechar lo que hay entre Maddy y Rhydian.
— Yo también tengo que ir, tengo que ver que se va a hacer con la cena que mis padres quieren organizar con ellos. Es para conocerlos — aclaró Yeong a las palabras de Shannon — Pero si quieres mañana puedo ir a verlos.
