JaeDo | Donde Jae Hyun no se puede dar cuenta de la hermosa rosa que posee entre sus manos; porque prefiere un diente de león que pronto se irá como el viento.
| Publicada el 18 de Noviembre del 2021.
| Hermosa portada y banner por: Toxicgirl_bangta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Más días han pasado y Jae Hyun sigue con el juego de la venda.
En este momento estamos tomados de las manos caminando por el pasillo del instituto, pero yo no estoy del todo cómodo, siento miradas muy pesadas sobre mí y el agarre de nuestras manos.
Jae Hyun me mira de reojo y me sonríe, para luego formar el agarre más fuerte... Si tan sólo ese agarre de manos fuera nuestra relación, todo sería tan diferente.
De pronto escucho susurros de unas chicas:
—Mira, ahí va el chico que te dije, el que su novio lo engaña con aquella chica...
—Pobre chico, no se merece que lo engañen y mucho menos con una persona como ella...
Y los susurros siguen, pensando que no las puedo escuchar; pero lo que dicen me lastima más que la situación misma, porque tienen razón. Yo no merezco que Jae Hyun se bese con otra persona cuando yo soy su novio.
Intento deshacer el agarre de nuestras manos. Y lo logro, camino rápido hasta el baño, siendo seguido por un Jae Hyun, al parecer, preocupado... O eso quiero creer.
—¿Qué pasa, bebé? —me pregunta al estar ambos en el sanitario.
No digo nada, solo me volteo y lo abrazo con todas mis fuerzas, a la vez que mis sentimientos escapaban por mis ojos. Jae Hyun enseguida corresponde al abrazo y acaricia mi cabello. Solo necesito eso.
—Tranquilo, estoy aquí —y me besa la frente.
Al parecer Jae Hyun no toma en cuenta que esas lágrimas y ese dolor que siento son por causa de él, piensa que soy un maldito ciego que no sabe nada de su asqueroso amorío.
—Jae Hyun, tú jamás me lastimarías, ¿cierto? —le pregunto en un susurro, escondiendo mi rostro en su cuello.
—No, bebé, yo jamás podría lastimarte —su voz tiembla. Maldito mentiroso.
—Te amo, Woojae —me abrazo con más fuerza a su cuerpo. Yo no miento.
—También te amo —a estas alturas... ¿Realmente lo haces?
