VEINTISIETE

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Mis nudillos duelen y mis lágrimas arden

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Mis nudillos duelen y mis lágrimas arden. Sigo golpeando la pared, aun sintiendo un amargo sabor en mi boca. Me desespero y grito, estrellando con más fuerza mi puño contra el muro. Caigo al suelo y sigo llorando, sintiendo como la sangre mancha mi ropa. Mi pecho se oprime y me falta el aire; siento que me estoy asfixiando.

Respiro con desespero y sollozo, sintiendo más miedo. Mi pulso se acelera y todo me da vueltas. Me tomo la cabeza con mis manos y cierro los ojos. Sollozo con fuerza y aprieto mis puños en mi cabello.

Siento mi garganta cerrarse y ya no tengo aire pasando por ella. Me voy a morir. Intento respirar por la nariz y no sucede nada.

Grito con más fuerza. Y mi cuerpo tiembla.

—Jae Hyun —escucho el llamado de alguien, es muy lejana, no logro reconocer la voz— ¡Jae Hyun, abre la puerta!

Me quedo inmóvil donde estoy, pero mi cuerpo ahora sufre de espasmos. Me desespero aún más. No sé qué es lo que está pasando, todo me da vueltas.

—¡Jae Hyun! —grita la persona y yo me altero al no reconocerlo.

Me estoy ahogando, no puedo respirar.

Escucho mi puerta ser forzada y después gritos diciendo mi nombre, junto con pasos desesperados. Lo sigo escuchando, pero no sé de dónde viene, yo solo quiero respirar.

Tengo miedo, mucho miedo; pánico. Me estoy ahogando, ya no sé cómo respirar; es como si el agua de todo el océano estuviera en mis pulmones.

Ya no puedo, me voy a morir.

—¡Jae Hyun! —y de pronto siento los brazos de alguien sobre mi cuerpo.

Abro los ojos y me encuentro la mirada de Tae Yong.

—Tae-... ¡Tae Yong! ¡Ayúdame! ¡No puedo respirar! ¡Ayuda! —ruego con lágrimas en los ojos, viendo con temor a mi alrededor—. Tae Yong, me voy a morir. ¡Ayúdame!

—¡Tranquilo! No sucederá nada —me toma mi rostro entre sus manos y quita mis lágrimas. Pero yo lo mancho con más.

No puedo creer en sus palabras cuando aún siento que me estoy muriendo.

—Me voy a morir, me voy a morir —repito con desespero, sintiendo mi pecho doler.

—Jae Hyun, cálmate ¡Joder! ¡Cálmate! —toma con más fuerza mi rostro, pero yo me aleja de él, dándole un manotazo.

—No puedo, no puedo —niego con la cabeza y lloro con más fuerza.

—Tae Yong, ¿Llamo a una ambulancia? —escucho la voz de alguien más. ¿Quién es?

—No, solo necesito que Jae Hyun se tranquilice —intento ver por todas partes y veo a alguien parado en la puerta. No lo puedo reconocer. ¿Quién es?—. Ten, necesito de tu ayuda, toma a Jae Hyun de un lado y yo del otro...

Ten...

Ese maldito, hijo de perra.

Cuando Ten intenta tomarme por el brazo, le doy un manotazo y me alejo lo más que puedo de él.

—No, no ¡Aléjate! ¡Vete! —le encaro e intento patearle cuando se acerca.

—¡Jae Hyun, tranquilízate! —me grita Tae Yong, al momento que me toma por los brazos.

Intento con todas mis fuerzas alejarme de él, pero pierdo al recordar a Do Young.

—Ya no me ama, Tae Yong ¡Ya no! —grito con fuerza y siento mi corazón quebrarse en ese instante.

—Jae Hyun, ¿Es sobre Do Young?

—Quisiera ya no amarlo para que no doliera tanto —mi voz duele al salir y no puedo evitar que salgan sollozos—, quisiera ya no amarlo para que él sea feliz ¡Pero aún soy un puto egoísta que lo ama!

Tae Yong me abraza y poco a poco me va levantando del suelo; aún siento mi pecho oprimirse en dolor.

—Ten, abre la ventana —escucho a Tae Yong decir.

Intento ver a mi alrededor, pero veo borroso. Y de nuevo intento respirar por la nariz, pero me sofoco.

—No... puedo... res... —no termino de hablar y me desespero.

—Tranquilo, Jae Hyun, ya pasará, solo sigue caminando.

Asiento con la cabeza y me aferro a él, siento que mis piernas en cualquier momento fallaran.

Ten abre la venta y Tae Yong hizo que yo pasara por ella; Tae Yong pasa junto con Ten y nos sentamos los tres en el tejado.

—Ve las estrellas Jae Hyun, siempre te han gustado —le hago caso y las miro, están brillando—. Vamos, Jae Hyun, tú puedes; respira.

Asiento con la cabeza e intento respirar por la nariz.

—Calma, lo estás haciendo bien —Tae Yong sabe cómo llevar mis ataques. Gracias por todo, hyung—. Mira, ahí está la luna, ¿No es hermosa?

Asiento con la cabeza; y por fin siento por mi garganta pasar aire -y aunque sé que todo estaba en mi imaginación, se siente tan real-.

—¿Te sientes mejor, Jae Hyun? —escucho la voz de Ten y lo volteo a ver.

—No creo que te importe —le respondo con voz quebrada y débil.

Cierro los ojos y aún siento ganas de llorar.

Hace mucho que no me daba un ataque... ¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora que ya no lo tengo a él?

Pasan los minutos en silencio y yo solo me limito a ver el mar negro. No sé qué hora son, pero para mí todo esto es eterno.

—Ya está bajando mucho la temperatura, ¿Quieres entrar? —me preguntó Tae Yong, yo solo niego con la cabeza— Bien, iré por una manta.

Tae Yong se levanta y entra a mi habitación para tomar algo. Ten y yo nos quedamos ahí sin hablar. No entiendo que es lo que está haciendo aquí.

—Tae Yong y yo hablamos acerca...

—Cállate, no te quiero escuchar —intento cerrar los ojos y tranquilizarme; ya no quiero gritar, mi garganta duele mucho.

Escucho como suspira y se acerca a mí, yo no puedo alejarme, porque si me muevo, me caería.

—Aléjate —susurro, manteniendo mis ganas de golpearlo.

—Lo siento, Jae Hyun —otra vez lágrimas arden en mis ojos y un nudo se hace en mi garganta. Cállate, ¡Cállate!—. Yo sabía que Do Young aún estaba enamorado de ti, pero yo le presente a Yuta... Y ya sabes lo demás. Perdóname, pensaba que todo lo que hacías era por capricho. Pero, ahora, me doy cuenta de que realmente lo amas.

—Tus disculpas no sirven de nada. Mi pequeño ahora está con Nakamoto y yo ya no puedo hacer nada —le encaro y veo que él también está llorando—. Do Young ya está siendo feliz...

Gashina | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora