VEINTIUNO

337 50 4
                                    


Sigo haciendo garabatos en mi libreta, sin prestar atención al profesor de historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sigo haciendo garabatos en mi libreta, sin prestar atención al profesor de historia. Suspiro con pesadez y miro el reloj de mi muñeca, faltan dos minutos para que la clase acabe y la campana suene.

Hace dos días que tuve ese pequeño encuentro con Doie y desde entonces no lo he podido ver... ¿Me estará evitando?

Pero eso no importa mucho, al igual que el pequeño resfriado que pesqué después de caminar en la lluvia. La verdad, es que no sé qué sentir; ya no sé qué hacer... Me siento vacío.

Miro hacia la ventana del pasillo y me sorprendo al ver pasar a Doie con la chaqueta que le presté... Se ve hermoso con ella puesta. Y lo pierdo de vista cuando más estudiantes salen de su salón de clases.

El profesor dice algo sobre unas preguntas, pero a mí no me importa eso, solo me importa salir y poder ver a mi pequeño. Y cuando el señor Park toma su portafolios y sale del salón, yo ya estoy caminando hacia la puerta, sin apartar mi mirada de las ventanas. Salgo e intento encontrarlo, pero ya no lo veo... Tal vez el destino lo quiere así, que estemos alejados.

Empuño con fuerza mis manos y siento mis ojos arder, siento impotencia al no tener el suficiente valor para ir tras él. Miro hacia el techo y respiro profundamente, sintiendo como personas pasan a mi alrededor. Me tranquilizo y me doy media vuelta, para caminar al salón de música.

El pasillo poco a poco se va quedando solo y yo estoy llegando a mi destino. Cuando abro la puerta, encuentro a un chico que mira por la ventana. Frunzo el ceño, al momento de acercarme a él con pasos lentos.

—Oye, ¿Qué haces aquí? —le pregunto sin medir mi tono de voz, causando que se sobresaltara.

Y poco a poco se va dando la vuelta con la mirada gacha.

—Lo siento, no sab-... ¿Jae Hyun? —su voz. No, no puede ser.

Le miro el rostro y me sorprendo. ¿Cuándo regresó?

—Tae Yong... —mi respiración se corta y me quedo inmóvil— ¿Cuándo regresaste?

—Hace algunos días —me responde con una sonrisa—. Por fin regresé.

Veo como sus ojos se cristalizan y sus labios tiemblan. Yo también sonrío y me acerco a él. Cuando estamos frente a frente nos damos un gran abrazo, aún sin poder creer que mi mejor amigo haya regresado, pensé que nunca lo volvería a ver.

Pasaron algunos segundos para que el abrazo se rompiera y viéramos nuestros rostros con algunas lágrimas.

Tae Yong es como un hermano para mí, y el que esté aquí es algo indescriptible.

—Vamos, quita esas lágrimas —le digo, intentando quitar las lágrimas de mi rostro.

—Cállate, idiota —me responde con una sonrisa juguetona, al momento de limpiar sus mejillas—, que yo sigo siendo el mayor.

Los dos reíamos, haciendo que me sienta como en los viejos tiempos.

Las palabras entre nosotros dos eran como bombas que explotan cada dos segundos, donde nos decimos lo que vivimos sin la compañía del otro; hasta que llegamos al tema que no me dejaba tranquilo.

—¿Sabes algo de DoDo? Realmente tengo muchas ganas de verlo —me dice Tae Yong, con una sonrisa.

La sonrisa que tengo en el rostro poco a poco se va desapareciendo y un nudo se forma en mi garganta.

—Él está bien, y si te lo preguntas, también asiste a esta escuela... —digo sin ánimos, tal vez no es el momento de decirle lo que pasó.

—¿Ha pasado algo entre ustedes dos? —me pregunta, al momento de fruncir el ceño. Yo solo asiento con la cabeza— ¿Qué sucedió? —de pronto su mirada ya no está en mí, sino en la puerta.

—Hice una estupidez muy grande y lo d-dañé mu-cho... —mi voz salió rota, porque el dolor y la culpa aún siguen en mí.

Mis lágrimas de nuevo resbalaron por mi rostro y Tae Yong me mira, de la misma forma que me mira Do Young.

—¿Y estas arrepentido de lo que hiciste? —su voz suena muy calmada, al parecer no está enojado.

—Mucho... —asiento con la cabeza, intentando limpiar mis lágrimas.

Tae Yong me abraza por los hombros y me dice que todo estará bien, que pronto se arreglarán las cosas.

—Ven, mejor vamos al patio para que te dé un poco de aire y te tranquilices, ¿Sí? —se pone de pie y camina hacia la puerta.

Le sigo desde atrás -y antes de salir-, tomo mis cosas. Caminamos por el pasillo hasta llegar a las escaleras, en donde nos encontramos a Do Young y su amigo.

Ten y Do Young me miran a mí; el bajito de una forma que me hace estremecer y mi pequeño de una forma que aún no puedo descifrar.

—¿Do Young? —la voz de Tae Yong se escucha por todas la escaleras, causando que Do Young volteara a verlo.

—¿Tae Yong? —sus ojo brillan y corre hasta él para abrazarlo.

Do Young lo abraza fuerte por el cuello al momento de llenarle las mejillas de besos, mientras que Tae Yong lo abraza fuerte por la cintura. Yo aprieto mis puños, sé que está mal sentir esto, pero los celos siempre están conmigo.

Por lo que fue mejor apartar la vista de ellos y me encuentro con la de Ten, quien me mira y frunce el ceño mientras niega con la cabeza.

Este chico realmente me odia, aunque no lo culpo.

Todo estará bien...

Espero que las palabras de Tae Yong sean ciertas, porque mi confianza está completamente sobre ellas.

Gashina | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora