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Una hora en el Cielo. (08/Septiembre/2021  a 15/Septiembre/2021)

Narrador omnisciente.

- Pranpriya, bienvenida de vuelta a casa. ¿Estás lista para sufrir las consecuencias de tus actos? -Dice con voz seria el Señor Padre Celestial. La pequeña ángel intentó mirar el rostro de su creador, pero como siempre había niebla cubriendo su rostro.-

- S-Señor Padre Celestial... Perdóneme mis pecados, he fallado en todo lo que... 

- ¡Era broma, Pranpriya! -Termina por reír el ente máximo al notar el nerviosismo de su creación.- Debemos darnos prisa si quieren que todo se haga en dos horas aquí y dos semanas en la Tierra, ¡andando! -Ordenó con voz contenta.- 

- Casi me cago del susto, serafín Eunhyuk. -Admitió Lisa a su acompañante.-

A ambos les habían crecido nuevamente sus características alas y habían vuelto a adoptar su vestimenta celestial. Entraron los tres al enorme despacho de su líder y se sentaron en las dos sillas que estaban al otro lado del escritorio, justo enfrente del creador de ambos.

- Antes de hablar del juicio, quiero hablar sobre lo que pasó durante el tiempo que estuviste en la Tierra.

Lisa, con temor, asintió. Esperando el regaño de su vida.

- Bien, Pranpriya. ¿Qué es lo que ocurrió allá abajo? -Preguntó sereno el Señor Padre Celestial.-

- M-Me enamoré... -Confesó Lisa de golpe.- No era parte del plan, por lo que pido perdón por fallar garrafalmente su misión.

- ¿Qué más? -Indagó el ente máximo.-

- Descubrí lo que le ocurrió al serafín Eunhyuk, me dijo que usted fue quien lo mandó a ayudarme. -Miró brevemente al mencionado.- Me dijo que fue usted quien le dio la oportunidad de ser humano para estar con la persona que ama, pues los hilos sólo funcionan con humanos.

- Antes de que tomes una decisión, deja que te explique algo, pequeña Pranpriya. -Lisa prestó atención de inmediato.- ¿No te has preguntado lo siguiente?... ¿Cómo es posible que un ángel, o en este caso dos, sean el extremo de un humano? -Preguntó.-

Eunhyuk levantó la mano cual niño en la escuela deseoso de responder una pregunta.

- ¡Tú no juegas, serafín Eunhyuk!, tú ya sabes la respuesta. -Regañó divertido al hombre rubio que estaba sentado al lado de Lisa.-

Él sólo bajó la mano y se cruzó de brazos, formándosele un puchero en el rostro.

- No, Señor Padre Celestial, no me lo había preguntado. -Respondió Lisa.-

- ¿Deseas entender la respuesta? -Esta asintió.- Tanto Eunhyuk, como tú, viven en un tiempo completamente diferente al de los humanos, claro, esto cuando vivían aquí en el Cielo conmigo. Los años sino es que décadas pasan en poco tiempo aquí. No explicaré el caso de Eunhyuk, porque él ya sabe su historia, lo explicaré desde la perspectiva que te corresponde a ti. -Comenzó.-

Lisa estaba experimentando una enorme ansiedad, esperaba expectante lo que tenía que decirle.

- Mi pequeña Pranpriya... Desde el inicio de tu existencia tanto tú como yo sabíamos que te sentías fuera de lugar, siempre has pensado que estabas destinado para algo más, ¿cierto? -Ella asintió lentamente, recordando que fue exactamente lo que le dijo a Kunpimook antes de que el ente que tenía enfrente la mandara a la Tierra.- Es porque así es. Contigo, hice lo mismo que con Eunhyuk, llegó un momento en el que me fue imposible soportar seguir viéndote sufrir, viviendo una vida que claramente no te gustaba.

Lisa escuchó como el Señor Padre Celestial respiraba hondo, listo para dejar salir un secreto que llevaba guardando demasiado tiempo. 

- Eunhyuk me dijo que te preocupaba inicialmente arrebatarle el extremo a un verdadero humano, no te preocupes más por eso. Pranpriya, Jennie Ruby Jane Kim está destinada a ti desde hace muchísimo tiempo, en pocas palabras, Jennie fue quien nació para ser tu extremo cuando tú decidieras ser humana. La misión a la que te mandé estuvo preparada desde antes de que ella naciera, fue para que una vez que ella fuera una adulta y que hubiera vivido una parte de su vida, tú pudieras conocerla finalmente, excusándome de mandarte a ayudarla a encontrar su otro extremo, cuando lo único que hice fue presentárselo. 

Indeleble | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora