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01/Septiembre/2021 Miércoles.

Narrador omnisciente.

La "relación" entre Jennie y Lisa avanzaba con gran velocidad, tanta...

Que el ángel descuidó olímpicamente su misión. 

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En una de sus ya recurrentes citas, iban paseando por una plaza un tanto concurrida. Habían demasiadas caras, hablando, riendo, comiendo, de todo. Las dos estaban tan ensimismadas en su conversación, que la rubia tardó bastante en notar que un hombre las observaba a una distancia considerablemente larga. Al menos unos treinta metros las dividía de aquél hombre, quien aunque Lisa intentara esconder su rostro, sentía perfectamente como éste seguía mirándola detenidamente.

- Lisa, ¿estás bien, cariño? -Preguntó Jennie un tanto preocupada.- 

Lisa no quería alarmar a su no oficial novia. 

- Sí, no te preocupes, es sólo que estaba viendo algo en una tienda. ¿Crees que puedas esperar aquí? -Exclamó Lisa.-

- Claro, yo espero. -Jennie sonrió una última vez antes de que su rubia favorita se dirigiera, no a una tienda, sino a donde estaba aquél hombre mirándolas.-

Algo en él hacía que le atrajera su atención. Con paso firme fue hasta donde vio por última vez al hombre, estaba a punto de llegar, al menos unos 3 metros, sin embargo justo en ese momento una familia grande le impidió el paso. Cuando quiso seguir con su camino...

El hombre ya no estaba. 

- Debió ser algún pervertido. -Dijo tratando de convencerse.- 

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07/Septiembre/2021 Martes.

Había pasado casi una semana desde el incidente en la plaza. Lo que no se imaginó fue que seguiría viendo al mismo hombre una y otra vez todos los días desde entonces. Jennie se preocupaba por ella pues estaba un tanto paranóica. 

Ese día, Lisa se quedó en casa esperando a Jennie. La más bajita le dijo que saliendo de la escuela iría a visitar a sus padres, los cuales descuidó enormemente luego de que ella llegara a su vida. Pero como si de un imán se tratara, algo la motivó a salir a dar un paseo. Tomó la copia de llaves que Jennie le dio y salió del hogar de la castaña. 

Caminó algunas cuadras, dobló la esquina y tomó una calle completamente solitaria. De pronto se sintió observada, como si algún animal estuviera asechando a su nueva caza, lo malo es que precisamente ella era quien se sentía como la presa, hasta que se atrevió a girar la cabeza y volvió a mirar al hombre misterioso que le estaba causando tanta psicosis. 

- ¡Tú! ¡¿acaso no te cansas de perseguirme?! -Gritó fúrica.- 

El hombre no respondió, simplemente comenzó a acercarse.

- ¡No te acerques o vas a ver! -La seriedad del hombre comenzó a ponerla nerviosa.-

- Dime... -La voz profunda de aquél hombre estremeció a Lisa.- ¿La castaña que siempre está contigo es tu novia? -Esa pregunta tomó por sorpresa al ángel.-

- ¡Eso no es asunto tuyo, idiota! 

- Sabes... Es muy hermosa. -Tal comentario logró encender a Lisa al punto de que el nerviosismo y el miedo que tenía anteriormente se esfumó.- 

- ¡No hables de ella así, maldito pervertido! -Lisa soltó un puñetazo directo al rostro del hombre.- 

Pero él en un ágil movimiento detuvo el brazo centímetros antes de que llegara a su cara.

Indeleble | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora