Había una vez

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Había una vez un reino donde se hallaba un dulce poder llenando cada grieta, enraizándose por todo aquel territorio... uniéndose a la sangre. Esa esencia se encontró inundada por algo más. Por alguien más. El aire olía a rosas muertas y canela quemada cuando las pisadas fuertes, firmes se acercaron a la habitación del rey. El rostro de la mujer se encendió en una expresión cegadora.

No solo por la seductora sonrisa, sino también por los zarcillos de sombras que se enredaron en sus cabellos, el fuego espumoso que ardió en sus ojos y su sonrisa -esa bella, maldita sonrisa- manchada de muerte. Colmillos, grandes, pintados de rojo, se exhibían libres. Eran perlas de sangre.

La piel de alabastro estaba sucia, salpicada por la misma sangre que de su boca se regaba. Había una canasta llena de algún tipo de carne en sus manos, la canasta hizo un sonido de chisporroteo cuando se dejó caer al piso. El sonido logró hacer que la respiración del rey se entrecortase.

"Oh, mi rey... He venido trayendo el diezmo trimensual. Lamento la tardanza, pero vos entenderéis que muchas de mis hermanas están heridas... y otras muertas. También he venido para exponer una situación que no me ha dejado dormir por las noches, además de los alaridos doloridos de mis hermanas, por supuesto..." El cabello oscuro ondeó bajo una mano invisible, el cuello blanco se echó hacia atrás en una risita maliciosa. El rey, aturdido por la situación, se levantó. Las piernas pesadas "Os he entregado misericordia antes, ¿y os atrevéis a desafiarme ahora?"

La voz, oh, esa voz, tan terrible y dulce... El corazón dentro de su pecho latió con brusquedad. El cansancio fue ahuyentado de sus ojos.

"¡¿Cómo habéis logrado entrar al palacio, qué hacéis vos aquí en mi reino?!"

Otra vez ella rio, su cuerpo contorsionándose por el estruendoso sonido.

"¡Vos lo sabéis, rey! Después de todo, fuisteis vos el que me envió a las Tierras Oscuras. Fuisteis vos el que me expulsó de su glorioso reino hacia las Tierras Oscuras que creíais me tragarían. Que equivocado estabais, rey, tan espléndidamente equivocado... Allí encontré mi territorio, formé una Corte. Un reino propio. La Corte de las Tierras Oscuras, estoy segura de que lo habéis escuchado. Estoy segura que por eso vuestra esposa mandó a todos esos soldados con veneno de termonte en sus armas. ¿Es que no le habéis advertido que ahí vive una niña del seno de dos tronos, el de un Reino y el de una Corte? De vos y yo. ¿No le habéis advertido que vuestra hija florece como una rosa en primavera y que si tan solo un cabello se le hubiese rozado con vuestras armas vosotros pagaríais con vuestras vidas? Mi hija está perfecta, por si os lo preguntáis, por lo que os perdonaré la vida, rey, y espero que esto no se repita... Porque derramaré el doble de la sangre que mis hermanas sangraron, pero está vez será la de vuestro pueblo, no el mío".

La garganta del rey se movió de los nervios, la saliva estaba pastosa en su boca. Él odiaba a la mujer que se pavoneaba frente a él con confianza brotando en cada movimiento, detestaba saber que alguna vez creyó amarla. Pero amaba a su hija, a su pequeña niña... Hija de dos poderes increíbles y nacida del cuerpo de un monstruo. Él supo que su hija nunca sería pura, ni siquiera cuando se suponía que los inocentes eran los niños y veía el rostro de un querubín cada que la pensaba. Su hija... su hija era un espanto bellamente envuelto, glorificado y magnifico.

No pudo evitar soltar sin riendas el amor que sentía por ella. La pequeña niña de cabellos oscuros y ojos verdes azulados que había visto el día de su nacimiento y cuando Morgana fue desterrada hacia las Tierras Oscuras... a la Corte de las Tierras Oscuras.

Una Corte... El aliento se le enganchaba a los pulmones y apretaba su garganta. El poder de una Corte mágica siempre fue tremendo. Peligroso, letal. Pesadillas hechas realidad. Y aun así su esposa intentó matar a esa Corte, intentó acabar con un pico del poder y lo único que logró fue elevar la ira de la mujer de cabellos obsidiana frente a él y poner en peligro a su hija, a su Lena.

[Supercorp One-shots].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora