capítulo 18

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Empapados, estabamos empapados. El agua estaba fría. No tocaba el suelo del mar. No sabía lo que había debajo de mi. Una sensación de ahogo se asomó. El miedo que le tengo al mar. El nudo en la garganta que no me dejaba respirar. Me iba a ahogar. Aidan. Aidan.
Justo cuando estaba al borde de tener un ataque de pánico sentí unos brazon rodeando mi cintura. Al principio me asusté, no sabía lo que era, quien era. Me tranquilice al ver que era Aidan. Y entonces empezé a respirar de nuevo.
Saqué mi cabeza del agua con la respiración agitada. No estabamos muy lejos de la orilla pero estaba lo suficientemente profundo para no hacer pie.
Aidan me cogió de la mano y me llevó hasta la orilla. Yo no paraba de toser por el agua.
- ¿Estás bien? ¿Pensaba que podías nadar?
- Y puedo, fui a natación por 8 años ¿recuerdas?
- ¿Entonces?¿se te ha olvidado nadar?- dice mientras se quita la camiseta, ahora mojada, con un tono irónico.
- El mar me da pánico. No me gusta ¿sabes lo que es talasphobia?
- Si
- Pues eso exactamente me pasa y más si tengo a un tio que me saca 3 cabeza me tira al agua inesperadamente.
Él soltó una pequeña y leve risa mientras se sienta a mi lado. Me eleva como si no pesase mas de dos kilos y me sienta encima de él.
-Es una lástima, me habría gustado enseñarte surf.
- Entonces tendré que mirarte desde la arena, me gustaría ponerme un poco morena.
Nos sonrreímos y me besó lento y suave. Me sentía como en una película, todo parecía perfecto. Estaba con Aidan en la ciudad a la que siempre quise ir de pequeña, el internado estaba bien, por ahora, y no tengo que aguantar las broncas de mi padre. Aunque me sienta mal que todavia no haya llamado para ver que tal me iba, solo mamá.
Estabamos mirando el atardecer mientras el viento nos daba ligeramente en nuestros rostros. La playa se fue vaciando poco a poco. Derrepente me entró un escalofrío y entonces me di cuenta de que seguiamos mojados y estaba anocheciendo.
- Tengo frío vamos adentro.
- Perfecto, ve entrando ahora iré tengo que hacer una llamada.
Adelante entre en casa y me di una ducha caliente y me puse un top negro y unos vaqueros cortos, sabía que iba a hacer calor.
Cuando salí de la habitacion segui teniemdo el pelo mojado. Mientras caminaba por el pasillo me di cuenta de que había cuadros en las paredes pero hubo uno especialmente que me llamó la atención. Al final del pasillo justo antes de las escaleras había un cuadro en la que estaba Aidan con sus padres y un niño de más o menos su misma pero era negro. Estaban juntos con una gran sonrisa, parecían inseparables y veía a Aidan feliz, o eso parecía.
- Tú eres especial.- salté de un susto al oír la voz de Clarise.
- ¿Y eso?- ella asintio con la cabeza y se fué sin decir nada más.
- Bueno... gracias.- respondí en casi un susurro.
Eran casi las 22 : 00 y yo tenía hambre. Aidan estaba metido en la ducha, ibamos a ir a un sitio a cenar. Creo que Aidan había dicho que no era nada formal y no estaba muy lejos de aquí.
Me puse un vestido veraniego blanco y Aidan una camisa blanca con vaqueros.
Salímos por la puerta y veo que hay una moto increíble.
- ¿No iremos ahi verdad?
- Pues si. Es una... da igual.
- ¿Me dejas llevarla?
- Ni de coña, ¿que quieres? ¿dejarme sin moto?
- No creo que lo hagas mucho mejor que yo pero bueno. ¿Adónde vamos?- dije subiendo a la moto y poniéndome el casco.
- Sorpresa.- se subió a la moto y arrancó.
En apenas 5-6 minutos llegamos a un acantilado donde me dijo Aidan que ibamos a estar. Él me había dado una mochila donde habia algo de comida y una manta para el suelo. Nos sentamos en el suelo y empezamos a hablar.
- ¿Mañana te apetece ir a la fiesta?
- Aidan son tus amigos, seguro que hace mucho que no los ves. Si quieres que vallamos, vamos.
- Lo sé pero tu eres mi invitada no quiero que si vamos mañana a la fiesta te sientas incómoda o te aburras.
- Aidan, iré a la fiesta, iremos a la fiesta mañana y nos lo pasaremos genial.
Pasamos unas 2-3 horas allí hablando tumbados en el suelo mirando al cielo oscuro en el que se podían ver las estrellas Me dieron ganas de preguntar por el niño de la foto que estaba a su lado pero el nunca me lo comentó. Supongo que tendría sus razones así que no le pregunté.
- Has hablado ya con tu padre, ¿te ha llamado?
- Nop, supongo que mi madre le dirá lo que me pasa y que tal aquí.
- A lo mejor deberías llamarle tú.
- Jajajaja.
- No, lo digo en serio igual si tu le llamas primero él empezará a preguntarte y a lo mejor te empieze a llamar.
Me quedé pensando en las palabras de Aidan. Igual tenía razón pero con mi padre nunca puedes saber. Decidí que lo iba a llamar cuando llegase a casa.
Recogimos todo, nos montamos en la moto y nos fuimos de vuelta a la casa.
Clarise ya se había ido a dormir. Me sorprendió al ser tan temprano. Aidan estaba preparando algo para cenar asi que pensé que era el mejor momento para llamar a papá.
Cogí mi teléfono fui a llamadas y busqué el contacto "Papá". Me daba miedo marcarle y que no me lo cogiese o fuese desagradable o simplemente fuese él. Finalmente pulsé el botón para llamar.
-¿Diga?- en un momento no sabía continuar, se me cortó la voz, pero conseguí hacerlo .
- P-papá? ¿qué tal estás?
- ¿T/n? ¿Qué haces llamándome?
- No sé papá, llevo aqui algo más de dos semanas y no se nada de ti. Ni una llamada ni mensaje ni nada, así que te llamo yo.
- Pensaba que no querrías hablar conmigo, tú misma lo dijiste, te alegrabas de irte al internado para no escuchar mis broncas continuas ¿cierto?- no podía creer lo que me estaba diciendo.
- Pe-pero eso no significa que no puedas preguntarme que tal estoy.
- He preguntado por ti.
- ¿A si?
- Claro, llamé al internado para saber si ya la habías liado.
- T/n porque no te vas a dormir ya o a hacer cualquier cosa que no me involucre a mi. Y por cierto no sé hasta que día te quedarás allí estaba pensando que te puedes quedar allí todo el verano que viene.- Me sentía dolida, ni me había llamado y me responde así. No se como ni cuando pero me empezaron a salir unas lágrimas de los ojos y entonces contesté a mi padre.
- Eres un capullo, no te preocupes, no me vuelvas a llamar es más no quiero que vuelvas a preguntar por mi jamás, borrame de tu lista de contactos, haz lo que te de la gana pero tu para mí ahora mismo no eres nada.- en ese momento simplemente colgué y me heché a llorar sin poder creer lo que había pasado ahora mismo. Mi padre era un monstruo, ¿en qué momento empezó a odiarme tantísimo? ¿Tan horrible era yo?
Me limpié las lagrimas y bajé con Aidan. Nada más entrar por la puerta él estaba sonriendo pero entonces vió que estaba llorando. Vino hacia mí y me abrazó fuerte mientras lloraba.
- ¿qué ha pasado?- dijo cuando vió que me medio tranquilizaba.
- Mi padre.
- Oh... Ven aquí.- me cogió y me llevó al sofá donde me estuvo abrazando durante un buen rato incluso cuando dejé de llorar.
Era extraño pero nunca me había sentido tan en casa como con él. Entonces entendí lo que la gente dice, casa, hogar no tiene porque ser un lugar, puede ser algo, alguien.

El Internado y Él  - (Una Historia De Aidan Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora