Capítulo 4

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Por fin llegó un mes más, con un sentimiento agridulce empaco para ir a Melbourne a ver a mi hijo. Con la maleta en mano y con el corazón agarrotado me subo al avión y espero como tantas veces el aterrizaje. Un auto enviado por Tayler ya me espera en la salida y sin mucho esperar me subo al vehículo que me llevará con mi niño. Le envío un mensaje a las chicas asegurándoles que llegue bien, el destino cambia en esos tres días cada mes, a veces estoy en Lo Angeles otras veces estoy en París o en Nueva York o en el destino que se me ocurra en ese momento.

Pero jamás mencionó Melbourne, ese es mi mayor y preciado secreto. Si alguien se entera aunque sea por error de la existencia de Luca todos mis planes se vendrán abajo.

Llegó a la casa y veo a Tayler parado en la entrada con un Luca de seis meses en brazos, corro hacia ellos y lo tomo en mis brazos con apuro, el niño se revuelve incómodo cuando beso sin sesar toda su carita regordeta, Tayler me hace entrar y ríe al ver como intento equilibrar mi bolso y el niño, al final tiró el bolso a un costado y me concentro en el niño sentadome en el sofá de la sala. Él me mira con asombro como si le corstara creer que soy la chica que le desea buenas noches y le canta una canción de cuna cada noche por videollamada, sus ojitos igual a los míos intentan como cada mes adaptarse a recibir de sopeton el cariño de su madre.

Lo acuno en mis brazos, Tayler a mi lado me abraza y besa mi cabeza a modo de saludo, intento disculparme por no saludarlo antes pero mi emoción por ver al niño era tanta que el mundo se desvaneció cuando lo vi. Tan grande y sonriente solo por mi.

Los días pasaron rápido, me dedique en esos tres días enteramente a él y nada más que él, nunca salimos de la propiedad por qué es peligroso por la prensa así que nos las ingeniamos para disfrutar al máximo con él, dormía cada noche y sienta conmigo, le di sus respectivos baños y biberones, cambie sus pañales y le leí y cante sus cuentos y canciones. Eran los mejores y más agridulces tres días dentro de esa burbuja que estaba como cada mes llegando a su fin, era como estar en un bucle temporal que se repite una y otra vez.

- Estás bien?..- susurra Tayler en mi odio mientras me abraza y deja un pequeño beso en mi mejilla, mi vista borrosa por las lágrimas lo miran y niega.

- Es tan difícil..- susurro igual de bajo para no despertar a Luca que duerme pacífico en mis brazos. Siento una lágrima caer por mi mejilla y este la limpia con suavidad con la yema de sus dedos.

- Lo se Rosie y no sabes lo que me parte el corazón esto..- dice este acariciando con suavidad la cabeza de Luca. Trago las lágrimas y asiento.

Apesar de todo esto y la llegada de Luca a nuestras vidas nada cambio entre nosotros al contrario nuestra amistad se fortaleció, él me apoya y yo a él, no hay nada romántico o sexual entre nosotros, solo dos amigos que se convirtieron en padres en una noche. Si bien las circunstancias en las que concebimos a Luca no fueron las tradicionales eso no impidió que lo amaramos desde el momento en que supimos de su existencia, es nuestro hijo y lo protegeremos siempre.

Cuando la segunda lágrima cae Tayler lo toma como su señal, abandona la habitación con un pequeño apretón en mi hombro y un beso en mi frente para darme el espacio necesario para despedirme como es costumbre, pero una vez más mi vista no abandona el rostro de Luca, como cada mes intento grabar en mi memoria cada pequeño gesto o mueca nueva de él, cada arista, cada lunar o pestaña que se desprende de sus pequeños ojos.

Entonces cuando una lágrima cae en su rostro este abre los ojos y sonríe, la sonrisa más tierna y dulce que alguna vez recibí.

- Hey, ya despierto?..- pregunto con la voz ronca producto de las lágrimas y una sonrisa llena de ellas. Este solo ríe y cierra sus ojitos de forma risueña para volverlos a abrir. Me recordó mucho a las expresiones que hacen los gatos cuando quieren hacerte saber que te aman, cierran sus ojitos de forma lenta y pausada para después mirarte, de la misma forma que Luca acaba de hacerlo.

- Yo también te amo..- le digo en un susurro solo para él y él parce entender por qué sonríe y vuelve a dormir. Intento secar mis lágrimas pero más las acompañan, es en vano así que no lo sigo haciendo. Sé cómo termina esto, yo hecha un mar de lágrimas y Luca estando inconciente de lo que sucede a su alrededor. Pero esta inocencia le servirá hasta que comience a notar realmente mi falta y se que ahí es cuando será la parte más difícil.

Tomo sus manitos y las llevo a mis labios, hago lo mismo con sus pequeños pies y al final lo tomo en brazos, me acuesto en la cama y lo colocó sobre mi corazón.

- No olvidadas como late el corazón de mamá verdad..- le susurró acariciando su mejilla.- tampoco mi olor cierto, por qué yo no olvidó el tuyo hasta que nos volvamos a ver de acuerdo..- le digo sobando su espalda.- te amo mucho Luca..- lo tomo esta vez en mis brazos y lo acomodo en una posición cómoda.- te amo..- susurró al pequeño dormido.- mamá te ama..- le repito como un mantra una y otra vez hasta quedarme dormida abrazada firmemente al niño.
























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El secreto de Rosé // Completa //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora