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Nakahara Chuuya, estudiante de último año de preparatoria, amante de la poesía y futuro estudiante de literatura, baja las escaleras de su casa esa noche de sábado por un bocadillo nocturno que lo acompañara durante su épica travesía de "Estudiar todo un semestre de matemáticas y hacer un reporte de 100 páginas en un fin de semana" todo por sus malas decisiones de vida.

—¿Tú quien diablos eres?— Pregunta el pelirrojo cuando en su sofá ve a un chico con una edad similar a la suya, vestido con un abrigo negro y con una venda en la cabeza —Si buscas a mis padres tienes mala suerte porque están en una cita—

Por el trabajo de sus padres Chuuya está lastimosamente acostumbrado a las irrupciones a la morada, aún no han tapado los orificios de bala de la última vez, termina el tramo de las escaleras y se desvía a la cocina ignorando al extraño de aspecto turbio a favor de comer algo

—Haces honor a tu leyenda Chuuya— Dice el extraño siguiéndolo a la cocina —Tu padre no se cansa de presumirte cada que puede—

Chuuya lo observa de reojo y aunque han cruzado menos de 20 palabras Chuuya ya siente odiarlo un poco.

—¿Aja? Pero eso no responde mi pregunta— Chuuya se estira para alcanzar un paquete de galletas con chispas de chocolate de la alacena —Es de mala educación entrar a una casa ajena sin presentarte, incluso los criminales de poca monta lo saben—

—Oh— Lo escucha decir —Lo había olvidado, mi nombre es Dazai Osamu, jefe de la Port Mafia— el castaño básicamente se pavonea esperando una gran reacción en la que mofarse.

Chuuya abre el paquete de galletas y por mera cortesía ofrece una al invitado no deseado quién gustoso toma una.

—Entonces tú eres el bastardo por el cual mis padres no pudieron ir a mis ceremonias de premiación los últimos 6 meses— Dice saliendo de la cocina confiando en que Dazai lo sigue —Como sea, por ahí está el baño, esa puerta es un armario, puedes dejar tu abrigo ahí, ya conoces la cocina, puedes tomar lo que quieras menos lo etiquetado como "proyecto de biología", y en el cajón bajo la televisión esta Doom Eternal y God of war por si te aburres— Chuuya bosteza —Ponte cómodo llamaré a mis padres—

—Te estás tomando muy bien esto de un extraño en tu casa— Le dice Dazai sintiéndose ligeramente sorprendido. —Además eso no será necesario, vengo a verte a ti—

—Papá un bastardo turbio entro a la casa…— Chuuya quien ya estaba en llamada con Riumbaud deja de hablar —Papá te pondré en espera un momento—

Dazai se cruza de brazos con una sonrisa que Chuuya categoriza como espeluznante.

—¿Qué quiere el jefe de la mafia conmigo?— Chuuya se apoya contra el respaldo del sofá tomando otra galleta del empaque para ocultar que en realidad está un poquito nervioso. —Habla rápido porque tengo cosas que hacer—

—No tienes que estar tan nervioso— Le dice Dazai, Chuuya se tensa, lo había disimulado bien, pero aun así se dio cuenta —Si quisiera lastimarte ya estarías muerto—

Chuuya levanta una ceja al escuchar su última frase

—Ni dormido podrías hacerme un rasguño momia mal vendada—

—Cuantas agallas para un niño tan pequeño—

Chuuya respira profundo repitiendo en su mente "Es el jefe de tus padres, no lo golpees" repetidas veces.

—Como sea ¿Qué diablos quieres?—

Dazai sé inca sobre una rodilla frente a Chuuya y saca una caja forrada en terciopelo negro de su abrigo, al abrirla hay un anillo de oro rosa con un gran diamante y dos zafiros.

Arroz con leche me quiero casar con un manipulador de la gravedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora