Todo ocurrió muy rápido.Escuchó los pasos, la puerta se abre y una explosión.
Sus oídos pitan con fuerza, está en el suelo, le duele el cuerpo.
¿Una bomba? No, una granada.
Los soldados entran al apartamento.
Observan el cuerpo de Chuuya tirado en el suelo, sangrando y golpeado.
Siente el pequeño golpe de la punta de un rifle.
—Nakahara Chuuya, si aún no estás muerto estamos dispuestos a dejarte vivir a cambio de saber dónde están los niños—
El silencio se siente tan frío cómo un glaciar.
Pasan los segundos y cuando los soldados deciden dar por muerto al joven, Chuuya toma el tobillo de hombre.
No negará que fue divertido escuchar el pequeño grito de sorpresa de uno de los soldados.
Levanta la cabeza con mucho esfuerzo y sonríe.
—Oh, hola, no los escuché entrar— Dice con un tono sarcástico, su rostro es golpeado por una bota.
Chuuya termina chocando contra la pared cuando una segunda patada va contra su abdomen.
Jadea, siente como no puede respirar correctamente, también se siente mareado.
“Mis padres van a matarme” piensa con puro terror.
Ve la punta del rifle en su frente y suspira, aunque cree que tiene un pulmón perforado.
Pero eso es lo de menos.
Mira al hombre y bate sus pestañas en varios parpadeos, se siente mareado, tal vez quede inconsciente en como una o dos horas.
—No estamos bromeando, chico—
—Bien, bien, pondré la cara seria— Chuuya lo mira, ahora fijamente, está usando un casco y su rostro está cubierto. —¿Me prometen que me dejaran vivir?—
—Claro, el jefe no quiere problemas personales con tus padres si puede evitarlo—
“Pues qué rara forma de seguir órdenes, si fuera una persona normal ya estaría muerto” Piensa.
Chuuya tose y ve la sangre en su mano.
—Bueno, me gusta vivir, te lo diré — Chuuya se queda en silencio y se retuerce un poco de dolor.
“Aun podré ir a mi graduación, ¿Verdad?” Se dice a sí mismo.
—Al fondo del pasillo y a la derecha, es la habitación de Oda-san, te encontrarás un ropero, dentro hay una pared falsa en el fondo, al quitarla verás el disfraz de payaso de Shinji del Halloween pasado, puede que te quede un poco chico, pero te lo mereces por ser la burla creyendo que te voy a decir donde están—
Chuuya vuelve a ser pateado y siente su cabeza ser aplastada contra el suelo por la bota del soldado.
Sabe que estos hombres no dudaría de matarlo en cualquier momento, sabe que el soldado aplastaría su cráneo hasta que se rompa y el cerebro se le salga por las orejas, o algo así, pero a Chuuya no le preocupa en lo más mínimo.
Solo está esperando a recobrar un poco de fuerzas.
—¡No estoy bromeando!— Le grita el hombre.
—Yo tampoco, no te diré nada—
Chuuya lo ve hacer una seña.
A Chuuya lo toman de los hombros dos soldados y lo ponen en una silla.
Chuuya mira a los hombres reunirse a su alrededor y vuelve a toser, más sangre, cree que tiene una hemorragia interna, tampoco puede respirar bien.
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Arroz con leche me quiero casar con un manipulador de la gravedad
FanfictionNakahara Chuuya 18 años, hijo adoptivo de Paul Verlaine y Arthur Riumbaud, esa noche de sábado donde lo único que quería era terminar su informe sobre la epoca feudal un tipo de aspecto turbio irrumpe en su casa, le muestra un anillo de compromiso y...