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Adexe.

Sentí un jalón en mí brazo por lo que un poco confundido y alarmado giró mi rostro para ver de quién se trata, mis ojos caen en los de la persona frente a mi.

Me sentí nervioso, preocupado. Lo había ignorado toda la mañana, al menos unas horas, lo suficientes para que se diese cuenta que no estaba de humor. Él no se digno a hablarme o decir algo, solo nos mantuvimos quietos, como si hablar nos llevaría a un momento incómodo o tensó, eso creía yo.

Ahora ya un poco molesto me suelto de su agarré, comencé a caminar lejos de él, esta vez acelerando mis pasos. Llegue frente a la puerta de mí casa, busque en los bolsillos delanteros de mis pantalones desesperadamente, no quería que reaccionara y regresa a "intentar" hablar comigo.

Es estúpido enojarme con él, por algo de lo cual hasta este momento no tiene ni idea, por más que trato de entrar en razón no puedo, es tan complicado, no puedo entenderme ni yo mismo. Reviso dentro de mi mochila con la esperanza de que ahí se encontrarán las malditas llaves, sino estaban ahí posiblemente se me cayeron y no me di cuenta, tenían que estar en mi mochila porque la segunda opción sería entrar por una ventana, claro con la esperanza que alguna estuviera abierta.

¡Aleluya!

Encontré las llaves y rápidamente las dirijo a la puerta, mis manos temblaban un poco a causa de los nervios que me dominaban cada segundo que pasaba. Deje de respirar al escucharlo.

- Al menos podrías decirme que hice para que estés enojado conmigo. - murmuro, no podía negar que me sentí culpable.

Suspiré y cerré los ojos aún sin darme la vuelta, no sé que diablos sentía, dolor, tristeza, enojo , decepción, culpabilidad, vulnerabilidad, quizá todas las anteriores, eso me hacía sentir exhausto, tan solo quise llegar a mi cama y quedarme ahí por unas largas horas.

Respira profundo.

Tomé bocadas de aire. No pude controlarme, la rabia se apodero de mi, me frustré por tantas cosas que estaba por perder la cabeza, abrí la puerta, casi azotandola haciendo que un fuerte ruidos se escuchara.

Cogí de la mano al chico a espaldas de mi y sin rechistar caminé rápidamente adentrandome a mí casa. Mi tolerancia salió por la ventana, huyó de mi. Lo deje sentado en uno de los sofas de la sala, me dirigí hacia la puerta, no sin antes tirar con enojo mi mochila, lo siguiente que escuche fue algo quebrarse, posiblemente un jarón o alguna cosa que mi madre tuviese por ahí. Al cerrar la puerta me mantuve quieto, solo necesitaba pensar o al menos silencio por unos cuantos minutos, quería recuperar mi autocontrol.

Mis ojos se cerraron sin darme cuenta. Su mirada dolió tanto, demasiado, parece tan irreal, me miró con tanta decepción que duele. Sentí mi corazón oprimirse, casi solté un jadeo inaudible. Abrí mis ojos y parpadee un par de veces para alejar la sensación de ardor, no podía llorar en un momento así.

Todo se centra en la mañana, habíamos empezado bien, hubo un par de besos, fuimos a desayunar y de la nada todo se volvió un caos, todo se puso de cabeza, se salió de mis manos, ojalá lo hubiera podido callar a tiempo, ojalá no hubiera hecho eso ayer, ojalá... Pero ya no importa el que hubiera hecho, ya no, ahora es de hacerle frente a esto, a pesar que para cualquiera de las personas fuera una completa estupidez.

- Oye. - me llamo. Me tense al escucharlo - No tengo ni la más mínima idea de lo que pude haber hecho para que estés enojado, pero lo siento ¿Si? A veces no soy consciente de cuando te hago sentir mal o si hice algo malo. - hizo una pausa- Pero por favor, si he hecho algo malo puedes decírmelo, porque juro que no tengo ni una puta idea de lo que he hecho. - finalizó, mis ojos comenzaron a arde de nuevo.

Adezet [Love At First Sight] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora