Día 6: Sonrisa

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Las sonrisas de Mamura no eran comunes de ver, no aparecían siempre y era eso la que las hacía tan especiales y preciadas.

Suzume sabía lo serio que podía llegar a ser y era su marido, y aunque le gustaría ver sus sonrisas a diario como el sol, con saber que era ella quien hacía que sus labios se curvaran hacia arriba. Sea de forma tenue o visible, le hacía sentir especial.

Y le indicaban que había hecho bien su trabajo en hacerlo sonreír. Porque su sonrisa era hermosa y un tesoro para ella.

(Si tan sólo el gorrión fuese un poquito más consciente de que ella era el motivo de la sonrisa del caballo enamorado).

-Traumada Taisho

El caballo enamorado del gorrión [Mamura/Suzume]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora