Vida mía, olvídame: 1. Vida mía, encuéntrame.

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Alexa.

Un día nuevo, eso significa que algo nuevo pasará hoy.

Nunca sabes que será exactamente, ni siquiera sabes si cuando despiertas ese será tu último despertar... o puede que simplemente conozcas al amor de tu vida.

Es por eso que yo vivo todos los días como si fuera el último.

Es por eso que nunca tengo una estabilidad económica. El mes anterior renuncie a mi empleo bajo la excusa de: "tengo un presentimiento, creo que moriré pronto, ¡Me voy a vivir la vida!".

Eh recibido un montón de regaños desde hace años de mis padres y del mundo en general, por el simple hecho de vivir cada uno de mis días como si fuera el único.

Pero ¿qué puedo decir?, así de loca estoy. Con decir que hoy planeó renunciar a mi nuevo empleo para vivir una aventura.

Vaya aventura que viviré con 300 dólares en la cartera.

Tengo suerte de que mi ex novio, ese con el que casi me caso, me regalará un hermoso apartamento.

El cual con su gran corazón, el cual yo rompí, me dejara quedarme con el departamento.

No gasto mucha luz ni agua y tengo los impuestos pagados ya, así que no me preocupo.

Hoy renunciaré a mi empleo con tan sólo 300 dólares en los bolsillos para vivir las más grandes de las aventuras. ¿Qué será lo que me espera?

Salgo de mi departamento dando saltitos como toda una niña pequeña. Voy saludando a todo aquel que pasa, sin importar si los conozco o no.

A pesar de que varios me miran como si me preguntaran: ¿qué cojones te pasa que vas saludando a todo el que viene? En lo cual yo solo me encojo de hombros como si dijera: Nada, no me pasa nada, sólo que no puedo recibir un nuevo día con mala cara. Después de todo yo sé que la vida es bien jodida, porque para joder es buena la maldita perra.

Es como dice uno de mis personajes favoritos literarios: "La vida es una perra injusta a la que hay que joder con fuerza para que no te arroje mierda". Y es eso lo que yo hago todos los malditos días. Joder a la vida con fuerza para que no me arroje mierda.

Llegó a la parada de autobús y me pongo a esperar como si fuera la más inocente de las chicas. Mi autobús llega, me subo, pago, y me siento a lado de un chico que se me antoja a: Papacito lindo ven con mami.

Lo miro descaradamente, pero lo único que puedo ver es su anguloso perfil. Él sólo me mira por el rabillo del ojo.

—Hola, soy Alexandra —Le extiendo mi mano.

Él, vacilando, toma mi mano.

—Mucho gusto soy Franco —Aprieta su agarre en mi mano.

Miren nada más, él chico que se me antoja a: Papacito lindo ven con mami, tiene un agarre muy firme.

— ¿Adónde vas? —Pregunto cómo la metiche que soy.

Él suspira con pesar y puedo notar el filo triste en su mirada. Gracias a que ahora me mira directamente.

—Al trabajo.

Lo miro directamente. Él tiene unos bonitos ojos avellanas, unas cejas negras muy espesas, su nariz tiene una ligera desviación y sus labios son muy rellenos, su mandíbula es angulosa, su cabello está perfectamente peinada hacia un lado. Definitivamente es un chico muy atractivo.

—Puedes dejar de mirarme, me pones incómodo.

— ¡Oh, Dios, lo siento mucho! —Desvió la mirada.

Vida mia, olvidame y otros cuentos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora