La habitación de los sueños

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El corazón de Olivia latía, y eso era literalmente lo único de lo que estaba consiente. Hacia bastante rato que había dejado de llorar y sin duda no sabía en qué momento había empezado a caminar, pero era de noche, la lluvia golpeaba su cuerpo y a ese punto sus piernas dolían.

Cuando su mente volvió a su cuerpo fue en el mismo instante que se dio cuenta que tenía al guardia del condominio donde vivía su ¿ex? Novio, había caminado tanto, con el corazón latiéndole a mil, con el miedo zumbando en sus oídos y en ese momento solo pudo mirar al guardia a los ojos y suplicarle que le hablara a su amado. No había necesitado decir palabra pues el guardia había marcado de inmediato al verla, ¿Qué tan mal se vería para que el canoso hombre la mirara con preocupación?

Cuando se le permitió el acceso, dio pasos lentos, observo las casas que le parecían familiares, pero ni siquiera conocía los nombres de sus habitantes, sintió el vacío en su pecho y las fuertes ganas de volverse parte de la nada, tomo una inspiracion profunda y al llegar a la puerta de su amado, toco el timbre, al escuchar la suave melodía que desprendió decidió que los cordones de su zapato eran muy interesantes para ser observados.

Al poco tiempo un par de tenis apareció en su campo de visión, le entraron ganas de llorar, pero realmente ya no le quedaban fuerzas.

— ¿Qué haces aquí? —quiso saber él, aunque su tono de voz pretendía ser hostil, ella pudo notar la preocupación en su voz, hubiera llorado si le quedaran lágrimas.

—Olvide... olvide decirte que... yo si bailaría "adore you" contigo —se permitió alzar la vista para observar como sus maravillosos ojos azules absorbían la información.

Intento girar sobre sus talones e irse, pues eso era lo único que había quedado pendiente –para ella- de su última discusión, sus cálidos dedos del ojiazul la tomaron por el brazo y la jalaron al interior de la cálida casa.

—Hace frio —fue lo único que él pronuncio antes de guiarla a la habitación.

En el camino escucho risas, un cuestionamiento de quien era la desconocida interrumpiendo la fiesta, si hubiera tenido fuerzas probablemente hubiera sentido la rabia quemar en sus huesos, pero estaba vacía, sabía que aún vivía por el constante golpeteo de su corazón en su pecho.

Volvió a mirarlo a los ojos en el momento que este la sentó sobre el suave colchón, le tendió una toalla limpia y al ver que ella no la tomaba empezó a secarla, empezando por el cabello, luego retirando cada prenda de ropa de su cuerpo, para continuar con el secado. No había ni una gota de lujuria, solo se podía sentir en el aire el miedo, y el simple deseo de cuidar a alguien que amas.

Él le paso la pijama que alguna vez se había quedado en esa habitación, habitación que algún momento había llamado el lugar de los sueños, pues en ella se permitía ser feliz y creer que merecía todo el amor que recibía de él, sin embrago en ese momento sentía que no pertenecía ahí, se vistió lentamente y cuando estaba lista volvió a mirar sus impresionantes ojos azules.

En ese momento se preguntó que había visto alguien como él, tan guapo, exitoso, con un sentido del humor que le parecía fascinante, en alguien como ella, en ese momento sintió el miedo de que haber salido de su zona segura no haya sido suficiente, tal vez porque nunca sería suficiente para alguien como él, pero dudaba que algún día sería suficiente para nadie.

— ¿A qué has venido? Creí que todo había quedado claro la última vez que nos vimos —había dicho todo tan rápido, como si intentara sacar la daga muy rápido y evitar lo más posible el dolor.

Olivia abrió su boca para decir algo, pero la cerro de golpe cuando noto el anillo en la mesita de noche, ese que su amado había intentado darle la noche que todo se fue a la mierda.

—Quería decir que si —dijo al fin —Joder, quiero decir que si a todo lo que venga de ti, a tus ojos, al sabor de tus besos, al amor que me das, a la vida que soñé a tu lado —sentía que las palabras no dichas amenazaban con ahogarla. —Pero...

—Siempre habrá un pero, contigo siempre hay un pero —se sentó a su lado, frustrado por todo lo que sucedía y lo que malditamente no pasaba.

Trago saliva e intento rectificar todo lo malo que había hecho, si es que aún había esperanza para ella.

—Mire al miedo a los ojos, le dije que lo vencería, y lo intenté, pero me llevo por delante, me arrastro por el lodo y golpeo mi cabeza contra la primera piedra que encontró. Y sé que suena dramático, y sé que parece una excusa de mierda, pero juro... que lo que más quería era decir que sí.

Las lágrimas brotaron de ella como un torrente, un sollozo amenazó con desgarrar su garganta, quiso tanto volver el tiempo y haber dicho que sí, probablemente ahora estaría celebrando con toda esa gente allí abajo y exhibiendo el hermoso anillo que él había intentado darle.

—Dije que no, porque ¿acaso alguien como yo, tan egoísta, tan cobarde, que huye a la primera oportunidad presentada merece ser feliz? Si ahora soy infeliz, es porque literalmente me lo he ganado, lo merezco, por todo, por haberlo dejado morir a él, por haber roto mis mayores promesas, por... por...

Él la envolvió en sus brazos y la dejo llorar.

—Olivia... ¿tú crees que si yo creyera que eres una mala persona te hubiera pedido que pases el resto de mi vida conmigo? Espere tanto por una mujer como tú, que simplemente me hiciera feliz... y acaso tú no dijiste: "si intentas emendar tus errores, e intentas ser mejor cada día, asi sea un uno por ciento diario, eso te hace una buena persona, porque fallar... es parte de ser humanos, y solo demuestras que eres bastante humano" Pues yo ahora te lo digo de vuelta.

Olivia quiso negarlo, y al mismo tiempo quiso creer esas palabras con todas sus fuerzas. Aun recordaba el día que las había dicho, él se había sentido muy mal, ella había tomado su mano, de la misma manera que él lo hacía ahora, y había pronunciado cada palabra, en ese momento las había creído.

— ¿Para qué viniste aquí? —cuestiono él.

—Para enmendarlo —respondió ella en un susurro.

— ¿Y eso que te hace?

—Una... ¿buena persona?

—Y las buenas personas ¿Qué merecen?

—Ser felices.

Se atrevió a mirarlo y observo la pequeña sonrisa en sus labios, y cuando sus ojos conectaron, todo ese amor en ellos le corto la respiración

—Mi sunshine... ¿bailarías conmigo "Adore you" el día de nuestra boda?

Una corriente eléctrica la atravesó, y por primera vez en mucho tiempo, pronuncio las siguientes palabras, como signo de esperanza, como un sí, no solo a él, sino a su felicidad aguardante y paciente dentro de ella.

—Y todas tus canciones favoritas también —afirmó.

Una parte de ella se preguntaba si era un sueño ¿los problemas se arreglaban asi de fácil? Pues quiso creerlo, si era un sueño y dentro de nada despertaría, se permitió disfrutar de ese instante, donde todo parecía que iría bien, donde se permitía ser feliz, y aún estaba muy asustada, pero en vez de enfrentarse a ese monstruo en su interior, decidió abrazarlo y decirle que todo estaría bien.

Una nueva oportunidad, tal vez otorgada por la divinidad en el cielo en la que creía fervientemente, o el destino como decía su amado, o tal vez un alíen con poderes míticos le estaba dando esta oportunidad, no lo sabía pero ahora la felicidad y ella se miraban de frente y sus brazos de él que parecían hechos para abrazarla, le hacían saber que todo estaría bien.

Vida mia, olvidame y otros cuentos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora