Capítulo 19
Tengo que decirlo señor White. Estoy sorprendido, hasta ahora no había escuchado más que cosas buenas de usted: aplicado, tenas, siempre esforzándose por tener una sonrisa y socializar con sus compañeros. –El director lo miró como si realmente le reprochara algo, aquel hombre de barba algo desarreglada lo miraba fijamente con una pequeña sonrisa.
Lincoln lo odió al instante.
La imagen de lo que vio en aquellos ductos de ventilación ya no le importaba en lo más mínimo, lo verdaderamente importante fue lo que vio en la distorsión... a la niña que... Sólo recordarlo disparaba parte de aquella furia otra vez, y sentía la necesidad de darle un fuerte golpe en medio de la nariz.
-Por otro lado, señorita Northwest, no pudo decir que me sorprenda verla aquí... Lo que me sorprende es que se hubiera tomado su tiempo para estar en mi presencia. –Pacifica le sacó la lengua mientras cruzaba sus brazos y sus piernas. ¿Era necesario que estuvieran juntos en ese momento también? –En cierta forma, creí que el señor White podría ser un buen ejemplo. Por lo que me han dicho sus maestros, los dos parecían tener una excelente relación.
¿Qué? ¿Exactamente dónde estaban mirando para decir eso? No es como si los dos se juntaran en las calases porque fueran los mejores amigos en todo el mundo por toda la eternidad, es porque todos los maestros decidían ponerlos juntos cuando trabajaban. Ya sea porque querían que la más experimentada le enseñara al nuevo, o porque se veía bien hacer un equipo de chico nuevo – chica problema, Lincoln había tenido que aguantar a Pacifica durante toda una semana desde que inició sus clases.
A Pacifica tampoco le había hecho mucha gracia el que lo pusieran con un chico cuyo primer contacto en la escuela había sido amenazarlo con una navaja de bolsillo.
-Ella comenzó. –Lincoln la señaló con calma y sin culpa. No se iba a comer una baña por la chica que le dio una patada en los bajos.
-¡Esta pequeña mierda pervertida lo pedía a gritos! –Pacifica lo miró con odio. Quizás el que le devolviera la patada no fue buena idea, tomando en cuenta que no había NADA donde pudiera golpear.
La pelea había sido en el patio, durante el almuerzo. Lincoln había tenido la gran idea de llevar su propio almuerzo para poder evitar a Pacifica, y de paso quizás conocer a más chicos a los que les gustara comer en el patio. No parecía estar prohibido que los niños comieran fuera, y había muchos a los que les gustaba comer sentaos en el césped o bajo un árbol.
Y por casualidad, Pacifica había tenido la misma idea, sólo que lo que ella consideraba almuerzo fuer un cigarrillo de olor extraño que acababa de encender cuando Lincoln dio una vuelta equivocada y termino entre un pequeño callejón que se forma entre dos áreas exteriores de la escuela.
Desde ahí las cosas fueron lo usual: Pacifica sacó su navaja, comenzó a gritar y a insultar. Pero esta vez Lincoln no se dejó intimidar... y retiró su propia navaja de bolsillo. La había encontrada tirada en el armario y la había tomado sin preguntar, seguramente Stan no la extrañaría, de todas formas se veía vieja y ya no tenía mucho filo de todas formas.
Y si Pacifica podía entrar a la escuela con una navaja en el bolsillo de una minifalda, ¿Por qué no podía él entrar a la escuela con una navaja en sus pantalones?
Los gritos se volvieron más grandes y Pacifica terminó por darle esa patada en las pelotas. Lo que Pacifica no sabía es que Lincoln creció con doce hermanas, y que fácilmente puede ver venir una patada en los bajos, pudo cerrar las piernas lo suficiente para absorber parte del impacto, aunque aun así el dolor fue suficiente para que soltara la navaja. Pero antes de que Pacifica pudiera tenerlo contra la pared, le devolvió la patada con intereses. Quizás no fue tan doloroso como esperaba, pero la chica soltó su propio cuchillo y se sujetó la entrepierna sobre la falda mientras se sonrojaba y le gritaba que era un cerdo de mierda.
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Gravity loud
RandomSolo disfruta de la historia. tiene mucho suspenso. espero que lo disfrutes Si quieren compartir la historia. Avísame si no te funo La historia no es mia