Gravity loud capítulo 20

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Capítulo 20

Pacifica no fue a la escuela al día siguiente, y Lincoln no podía sentirse más agradecido por eso. Cuando no la vio en el auto de Wendy se permitió suspirar de alivio al pensar que tendría un viaje tranquilo y sin incidentes, al menos hasta que Wendy lo mandó al asiento trasero. Su amiga pelirroja aun parecía estar molesta con él por el asunto de la pelea y el que pacifica no los acompañara no significaba que no fuera a verla por los salones.

-¿Y qué dijo el viejo Stan al enterarse sobre la pelea que tuviste con Pacifica Northwest?

-Sólo que los Northwest eran la familia más rica, temida y poderosa de todo el pueblo –información que le hubiera servido desde antes, pero que por alguna razón todos esperaron a un incidente que podría ponerlo en la mira de los Northwest para decirle que le pateó el culo, literalmente, a la hija de los mayores hijos de puta de todo el lugar –, también que sería mejor que supiera algo sobre costura para reparar esta chaqueta gastada y algo sucia, eso y que recobrara la navaja –pasó su mano por la chaqueta recién reparada –. No tuve problemas para la costura –fue el pequeño modelo de su... ex-hermana durante seis años, era natural que aprendiera un par de cosas sobre la costura y confección. Se atrevería a decir que la costura quedó aún mejor que antes.

Wendy lo miró incrédulamente por el espejo retrovisor –¿Sólo eso? Tuviste una brutal pelea a navajas con una chica, lo que casi te cuesta la expulsión, ¿Y sólo una reprimenda?

Lincoln se rascó la venda sobre la ceja derecha –Quizás creyó que los golpes y heridas eran castigo suficiente. Tuve que darle toda una plática sobre la igualdad de géneros y como las niñas de ahora son más que capaces de dar palizas, eso y terminar con los estereotipos de que las niñas ricas contratan idiotas para dar las palizas. Eso también ayudo, supongo.

Wendy suspiró, aunque no pudo ocultar una leve sonrisa –Pacifica se equivocó, no eres un burócrata; eres un político. Tendrías que controlar un poco más lo que dices y cuando lo dices, Linc.

No es que no pudiera controlar lo que decía o tuviera que pensarlo dos veces, simplemente no quería seguir guardándose las cosas. Se guardó el dolor que le provocó ser sacado a patadas de su casa, como también el dolor que sintió en el momento en que su familia demostró más preocupación y amor por un traje de dubetina que por su propio hijo de once años.

No, gracias Wendy, pero aprendió a la mala que es mejor dejar salir las cosas en el momento que esperar cuatro meses a que alguien se dé cuenta sólo porque estallaste y luego descubras que le importe una mierda como te sientas.

-Lo consideraré si me dicen de una vez quién es Gideon.

Cualquier sobra de humor se borró del semblante de Wendy cuando dijo ese nombre. Lincoln no quería hacer de esto otro viaje silenciosamente incomodo o tener que dejar en tema para otro momento, ¿Cuándo sería un buen momento si un simple nombre mataba cualquier rastro de ánimos? Quería terminar con el misterio del supuesto enanito diabólico de Gravity Falls.

-¿Es regla general tener una pelea con navajas antes de saber con quién tengo que meterme? –Suspiró –Creí que esperar a último momento para que te digan algo que te hubiera ahorrado un montón de sufrimiento y problemas sólo pasaba en las series de Tv o los videojuegos.

-Linc... mira el asunto de Gideon es algo realmente delicado –Wendy pareció tratar de utilizar las palabras adecuadas, pero ni ella misma parecía conocerlas –. Estoy segura de que escuchaste algunas cosas en la escuela... -Lincoln asintió con la cabeza mientras la miraba a través del espejo retrovisor –bien, esa no es toda la verdad. Muy pocas personas saben la verdad.

-¿Y tú eres una de esas personas, Wendy? –El silencio de Wendy fue todo lo que necesitó como respuesta –. Está bien, Wen. No te pido que me digas todo, sólo quiero saber si lo que escuché en la escuela es verdad o rumores desmedidamente exagerados al momento de pasar de boca a boca.

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