true love ; p.gavi

ix

Llevaba ya tres copas de algo que no sabía que era ya que estaba en griego, pero ya empezaba a ponerme contenta.

En toda la noche se me habían acercado unos tres tíos, que se iban rápidamente, pero el ultimo seguía hablando conmigo y no me molestaba. Adara se había ido con alguien y los demás se habían ido separando poco a poco, había perdido incluso a Gavi.

El chico, que descubrí que se llamaba Marco, que era español y que estaba ahí para ver el partido de la selección me invito a otra copa, siendo ya mi cuarta.

Empezaba a buscar a Pablo con la mirada, pero solamente veía más y más gente bailando, y además empezaba a ver borroso cosa que no ayudaba.

—¿Y tu por qué estás aquí?—Marco seguía hablándome y yo volvía a mirarle embobada, su pelo castaño y sus ojos verdes se sentían como un hechizo.

—Eh, por la selección también, mi tio es Luis—me quedé parada al ver cómo el chico abría la boca.

—¿Eres la sobrina de Luis Enrique?—Asentí torpemente con la cabeza.—Wow, eso es increíble.

—¡Natalia!—Gavi y Unai venían hacía mi, yo sonreí cómo una tonta y me acerqué a Gavi.

—¡Pablo! Nunca te he dicho que me encanta tu nombre debería llamarte así siempre.—Le rodeé los hombros con mis brazos y me dejé caer un poco, esperando que el me abrazara por la cintura, cosa que el hizo.

—Por mi genial.—Me sonrió hasta que miró detrás de mi y vio a Marco, que les miraba con la boca abierta. Gavi me miró con una ceja alzada, cómo preguntándome quien era.

—Eh, el es Marco, es español y muy majo.—Me separé de Pablo y me acerqué a Marco, poniéndole la mano en el hombro.

—Ho-hola.—El chico seguía sorprendido.

—Eh, hola, vamos Nati, es tarde.- Me cogió de la muñeca con cuidado y seguidos de Unai empezamos a salir.—¿Estás bien? ¿Cuantas copas te has tomado?—Puso sus manos en mis hombros y acercó su cara a mi.

—Ay no te acerques tanto que me pongo nerviosa.—Me empecé a reír flojito hasta que me dio un apretón en el hombro.—Tres y media. Pero no voy tan mal, lo juro.—Él miró a Unai con cara de no saber que hacer.

—Venga chicos, volvamos al hotel.—Unai se metió entre los dos, pasando sus brazos por nuestros hombros.