Hola, soy Gabriel aunque muchas me dicen...bueno me dicen imbécil, soy detective privado y trabajo para el mejor postor hombres, mujeres, niños, vacas, lobos, vampiros.
Recientemente una nueva droga salió a la venta, eso regularmente no es problema...
Bueno aquí dejare un fragmento de mi proyecto actual junto con su portada y ya veré que subo despues.
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Abrí los ojos en pánico, me dolía todo el cuerpo, mi respiración era agitada, traté de tranquilizarme lo antes posible para analizar mi situación.
Los recuerdos finalmente me golpearon con toda su fuerza, estaba vivo, pero ¿cómo?
«Estoy seguro de que había visto a los ojos del basilisco»
aún podía recordar aquellos horribles ojos amarillos con cientos de líneas y puntos en patrones imposibles y sin sentido.
Volteé a ver en todas direcciones, no había señal del basilisco ni de aquel bastardo enmascarado, tampoco había cadáveres.
Había decidido salir del bosque para pedir ayuda así que con lo que me quedaba de energía comencé a caminar, todo lucía extremadamente normal, como si nada hubiera sucedido era bastante extraño.
Estoy seguro de que ya llevaba varias horas caminando y comenzaba a desesperarme, así que empecé a filtrar magia dentro de mi circuito rúnico para teletransportarme y salir de este lugar por fin.
El espacio había comenzado a doblarse a mi alrededor, y de pronto todo lo que estaba cientos de metros estaba a un simple paso de distancia, llevaba horas moviendome por el bosque, pero a mí alrededor todo se veía exactamente igual, había comenzado a dudar de que siquiera me estuviera moviendo en realidad, me estaba volviendo loco.
Moví mi cabeza en todas, por momentos los árboles se transformaban en líneas difusas y sus hojas se convertían en manchones.
Miré la corteza de la gigantesca rama bajo mis pies, había algo raro en ella, el bosque explotó en fuego sin previo aviso, ví la corteza de nuevo y esta vez lo noté, los patrones en la corteza eran los mismos que los de los ojos del basilisco.
Mis párpados eran pesados, mis manos estaban amarradas, mis pies también fueron inmovilizados
« ¿Dónde estoy? ¿Y el bosque? »
sentí un golpe impactando contra mi cara.
-Parece que despertó.
Mire a mi alrededor, estaba rodeado de personas armadas que parecían bastante enojadas.
-Es la tercera vez que el imbécil se desmaya y aun no nos ha dicho nada.
-No nos dirá nada, llevenlo a la sala de chillona a ver si se le afloja la lengua.
Dos hombres me levantaron de los brazos y me llevaron hasta una puerta de acero.
Fui arrojado a una habitación oscura y la puerta se cerró, no podía ver ni la palma de mi mano frente a mí pero sí podía escuchar, había cientos quizá miles de chillidos de lo que creía eran ratas, podía oírlas arrastrarse por el piso, sentí sus cuerpos peludos rozar mis pies descalzos, estaban por todas partes. Un dolor agudo recorrió mi cuerpo, una de esas alimañas me había mordido, sentí otra mordida está vez en mi tobillo y luego otra, y otra, y otra, sentía las malditas ratas trepar por mi piel, intenté sacudirlas pero fue inútil, caí al suelo y me retorcía mientras docenas de ratas se abalanzaron sobre mi.
