Cielo azul

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Me encontraba viendo la tierra desde la cabina del dirigible todo se veía tan pacífico y hermoso que parecía irreal, como si fuera un sueño.

— ¡Cazador! —Llamo aquella mujer—sígueme, tenemos que hablar.

Camine junto a ella un buen rato hasta que salimos a una amplia habitación con una especie rara de jaula.

— ¿Que hacemos aquí? —pregunte confuso.

—Entra a la jaula—me ordeno—eres el primer humano que los jefes han decidido traer de vuelta, veremos por qué.

Sentí como varias manos me empujaron hacia adentro de la jaula y luego esta se cerró, me sentía como las aves al ser enjauladas y hubiera dado todo por poder recitar el abecedario de groserías que Dross conocía.

Pasaron unos segundos antes de que me diera cuenta de que había dejado de estar solo en aquella jaula, varios tipos habían entrado en ella para atacarme.

No tardaron mucho en abalanzarse sobre mí y de igual manera yo no tarde en comenzar a deshacerme a golpes con ellos, fue algo diferente era más rápido, mas ágil, más fuerte, pero sobre todo era más brutal.

Me lance contra ellos y le enterré el puño en la cara al primero de ellos solo para luego usarlo de escudo y de una patada quebrarle la pierna al que seguía, golpeaba y golpeaba a todo los que se ponían frente a mí, estaba drogado con mi propia furia y apenas era consciente de todo el daño que estaba provocando.

— ¡¡¡BASTA, LOS VAS A MATAR!!! —me grito aquella mujer y era cierto, pues me encontraba asfixiando a uno de ellos con su propia camisa.

Lo solté y de una patada lo deje sembrado en el piso del lugar.

— ¿Qué demonios te pasa? Tú no eres un maldito soldado, eres un asesino.

—Claro que no soy un soldado, soy un cazador y la próxima vez que quieras hacer algo así avísame.

Apenas había terminado de decir eso cuando una alarma sonó en toda la nave a la vez que una especie de electricidad envolvía el zeppelín, este comenzó a vibrar y de un golpe habíamos llegado a la ciudad.

Veía el atardecer desde las alturas mientras pensaba lo extraño que era todo, como la vida tiende a dar vueltas o en mi caso como las vueltas tienden a dar vida. Corrían las seis de la tarde y ya estaba por terminar de oscurecerse.

— ¡¡¡Todos alístense y al puente perras!!! —grito una voz ronca en el pequeño hangar—como sabrán ustedes a lo largo de esta pequeña guerra que hemos llevado varios de nosotros han caído, pero nosotros nos aseguraremos de que no lo hayan hecho en vano. ¡La era del hombre ha terminado, igualdad, reconocimiento o guerra!!!

Todos se pusieron mascaras de látex algunos de caballos, otros de palomas y varios de ellos se subieron en helicópteros que comenzaron a desplegarse por la ciudad aunque algunos otros salieron de esta hacia donde solo dios sabe dónde.

Estaba por montarme en uno de los helicópteros cuando una mano se posó en mi hombro y me impidió subir, era el hombre que había hablado hace unos momentos, era alto, con una espesa barba y un corte mohicano.

—Tu vienes conmigo chico—dijo mientras nos subíamos al vehículo—me dicen Arlequín, sé que esto es raro para ti, hace unos días estabas muerto y ahora pues estas aquí, de vuelta, es raro que ellos decidieran traer de vuelta a un humano ya que solo regresan a los mejores.

— ¿A dónde quieres llegar con esto? -—e pregunte.

—Solo quiero decirte que nosotros no somos los malos aquí, luchamos por una causa justa la humanidad le teme a lo que no conoce así que saldremos a la luz pero lamentablemente no podemos hacerlo pacíficamente.

—Lo sé, pero no creo que esta sea la manera.

—De acuerdo mi joven cazador ¿qué haremos ahora?

—Supongo que la prioridad en una guerra es destruir todas las comunicaciones y puestos de vigilancia, así que eso haremos.

El helicóptero aterrizó en una zona baldía fuera de la ciudad donde nos esperaba una Volkswagen Combi de color verde y azul en la que nos subimos.

— ¿Por qué la 'Maquina del Misterio" es nuestro vehículo? —pregunte.

—En mi primera vida, unos meses antes de que una manada contraria me asesinara este auto salió a la venta y era el que más estaba de moda, siempre quise uno pero morí antes de poder comprármelo.

Pasaron un tiempo antes de que llegáramos a la ciudad, tiempo en el que nadie hablo.

—Solo como por duda ¿qué pasa si me niego a colaborar?

—Yo pensé lo mismo cuando me trajeron de vuelta amigo. Ponte a pensarlo, pasaron dos días antes de traerte, cuarenta y ocho horas en las que recopilaron quien eres, a donde vas, familia y seres queridos...no cometas una tontería ¿si muchacho?

Nos detuvimos frente a una tienda en la que compramos varias botellas de tequila, limón y sal para no levantar sospechas y entonces la máquina del misterio de dirigió a la primer casa segura.

Me baje confiado ya que teníamos una ametralladora de alto calibre por si las cosas se ponían feas y luego lance un limón para romper la ventana, seguido por un poco de sal y por ultimo una Molotov de tequila, de seguro ese había sido el shot más letal de la historia.

Arlequín se puso una especie de mascara con una lengua dibujada y juntos tiramos la puerta para asesinar a quienes estuvieran adentro.

— ¿Y ahora? —me pregunto.

—Ahora ya saben que vamos por los demás.

CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora