El espiral de media noche

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—No es fácil decirle esto señor Khan, pero he encontrado a su hijo, por desgracia no en el estado que esperaba—le comente al hombre al otro lado del teléfono.

— ¿De qué habla? ¿Salad está bien?

—Me temo que no comprende, Salad apareció pero por desgracia no apareció vivo. Puede hacer el pago en forma de depósito a mi cuenta—dije arrodillado frente al cadáver del niño.

Era raro, últimamente estuvieron apareciendo niños muertos sin daños exteriores pero con el interior básicamente licuado, como sea era algo bueno para el negocio, si tan solo los padres vinieran antes de una semana de la desaparición que es como debería de ser no tendría que buscar cadáveres.

David y los demás llevábamos una guerra secreta contra lo que sea que fuese KAISER, era un esfuerzo inútil ya que la droga seguía su camino y los tipos que capturábamos preferían el final feo antes que hablar.

Los últimos días me la pase leyendo aquel viejo libro de hechizos y hablando con Clarisa pero no podía evitar sentir que algo iba mal. Algo no estaba bien conmigo tenía pesadillas, escuchaba voces fantasma y podría jurar que las rayas en mi mano se movían cuando no las miraba.

Karina y yo hacíamos lo posible para detener el flujo de droga pero era demasiado difícil en las últimas semanas habíamos incendiado por lo menos tres laboratorios.

Me sentía de alguna manera atado pero no era razón para dejar mis obligaciones a un lado, nuevos cazadores habían llegado a la ciudad para ayudarnos a contener este desastre.

— ¿Quién es la chica? —me pregunto David.

—Una amiga—dije esbozando una pequeña sonrisa.

—Ja, ¿amigos, tu? Que risa.

—Es por eso que no te cuento nada.

—Hay Gabi', ¿quieres un consejo? Déjala.

—Espera ¿qué?

–Nuestro mundo es demasiado peligroso niño, hazlo antes de que te sea más difícil—exclamo—y eh aquí la razón.

David me entrego un sobre con algunas fotos.

— ¿Qué es esto?

—Tony dice que es probable que ahí haya alguien que vende, ve a averiguarlo.

—De acuerdo ¿me pregunto qué es lo que hay detrás de esto?

David me había mandado a un club nocturno popular el "Espiral de medía noche" el dueño era una wendigo de unos treinta años aproximadamente.

No solía ir a clubes nocturnos y tampoco me atraen mucho las tipas que suelen ir, prefiero los ambientes tranquilos y relajados.

En fin varias tipas me ofrecieron tragos pero no los acepte ya que estaba trabajando y entonces se me acerco el dealer.

—Hey amigo, tengo polvo de hadas ¿quieres un poco? —ofreció.

Le señale la punta de mi revolver que sobresalía del blazer y lo lleve a la oficina de la gerente.

— ¿Qué pasa señor cazador? —cuestiono.

—Buenas noches Sonia, pasa que este sujeto vende polvo de hadas en tu establecimiento.

—Oh, no tenía idea.

—Pues tendrás que...—dije antes de que todo se pusiera negro.

Sentía como me arrastraban hasta algún lugar y luego me sentí mojado, muy, muy mojado.

Desperté y me dolía la cabeza, estaba empapado de agua y me encontraba desarmado.

—Ya despertaste muchacho-exclamo Sonia y uno de sus idiotas me dio un golpe—no es personal chico, es solo que necesitamos que hables, tu entiendes.

—Perra—exclame sonriendo y volvieron a golpearme.

—No lo maltrates mucho, hace años que no pruebo carne humana y menos de un cazador.

— ¿Vas a devorarme? Se dé un lugar por el que deberías comenzar.

—Veamos—dijo viendo mi identificación—Gabriel Eli Díaz, veinticinco años de edad, un metro ochenta y dos de estatura, a ver Gabriel ¿quiénes son los otros?

—Pregúntale a tu madre los conoció muy bien—sentí varios golpes sobre mí y luego me pusieron un trapo en la cara y me dejaron caer un gran chorro de agua.

—Okey de nuevo ¿quiénes son los otros?

—De acuerdo, de acuerdo, el primero es Elver Galarga—me volvieron a golpear y luego hicieron lo del chorro de nuevo.

—Cambiemos de pregunta ¿Cuál es el punto débil del chamán?

— ¡¡¡Tu trasero preciosa!!! —le grite

Continuamos así por varias horas hasta que se cansó.

—Siempre hay un camino cuando vez con los ojos de la inteligencia—me repetía una voz en mi cabeza.

— ¿p-por qué haces esto? —le pregunte.

—Hay querido veras, varios de nosotros estamos cansados de tenernos que doblegar ante la humanidad, KAISER nos ha ofrecido libertad y poder, pero necesitan dinero para eso.

— ¿Por qué?

—No lo sé—me dijo—vigílenlo, continuaremos mañana.

Tenía lo que quería así que espere a que la mayoría de los guardias se fuera y entre en acción.

—Oye viejo—llame a uno de los guardias—necesito orinar trae la cubeta.

Espere a que se acercara y entonces una vez estuvo cerca le pegue un cabezazo, no tenía tiempo para desatarme así que salte con la silla y caí de espaldas rompiéndola.

— ¡Quieto! —grito uno de los guardias y yo tome a su compañero de rehén y comencé a disparar con su arma hasta acabar con ellos.

Salí de ahí y tome un carro (si, lo robe) entre de nuevo al club y tire la puerta de la oficina de Sonia de una patada.

— ¡¡¡ ¿Dónde están mis cosas perra?!!! —le grite apuntándole.

Sonia estaba paralizada y señalo un sillón donde estaban mí revolver y mi sexy sombrero. Tome ambos y le dispare a los dos guardias que entraron por la puerta.

—Por favor no me mates—me suplico.

—MATALA, MATALA, MATALA—me retumbaba en el cráneo.

Lleve a Sonia hasta mi auto y la encadene del cuello al asiento y ya que la plata bendita quema a los sobrenaturales supe que no se iba a mover.

Lleve a Sonia a un cementerio y la puse a cavar.

—Por favor no me hagas nada—suplicaba.

—Cállate y cava—conteste y cuando menos se lo espero jale el gatillo—espero y te pudras en el infierno.












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