CAPÍTULO 13: EMBARAZADA Y ABURRIDA

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Mi padre trabaja todo el día, Jake viene de vez en cuando, Leah se apareció dos veces, Ángela no ha venido a verme. Yo no puedo salir sola, no puedo caminar mucho, no cocino ¡No hago nada! Vegeto todo el santísimo día. Y me siento cansada, de mal humor… ¡Aburrida!

No puedo salir a pasear la barriga, no hay forma que tenga un poco de mi vida normal.

Trato de mantener el buen humor, en serio lo intento. Pero todo el día sola, me desanima.

Ya me terminé todos los libros para el embarazo que compré. Ya he revisado los portales para embarazadas. Tengo suscripción en todas las páginas de pañales, que prometieron enviarme muestras gratis apenas nazca mi bebé. No sé qué más hacer.

Intenté tejer… con manual y videos. Apenas pude terminar un par de zapatitos deformes. Me encanta verlos, los hice de hilo blanco. Pero sigo pensando que el derecho es más grande que el izquierdo, a lo mejor puse un par de puntos demás. Pero no puedo, me desespero en esto del tejido, creí que sería más fácil. He dejado una mantita a la mitad. Se me terminó el estambre y Jake se ha olvidado de comprármelo. La próxima vez que venga le voy a poner una cinta en la mano para que no se le vuelva a olvidar.

Miro a mi derecha, hacia la hermosa cesta-moisés que me trajo mi amigo. ¡Es preciosa! Tejida con juncos de La Push, delicadas figuras de aves en vuelo la adornan. Dentro hay dos delicadas mantas de lana de oveja, Jake me explicó son tejidas con lana de la primera esquilada de las ovejas pequeñas. También tiene unos juguetes pequeños, hechos de madera tallada y algún tipo de calabaza pequeña, relleno de semillas.

Esa era la gran sorpresa que me tenía. Había estado tallando y pintando los pequeños juguetes que ató a la cunita.

Una mañana llegó con este hermoso presente y lloré como un bebé al verlo. Jake se asustó por tantas lágrimas. Se lo agradecía de corazón, mi bebé tendría el mejor padrino del mundo.

Me miro al espejo y me veo llenita. Mi rostro, usualmente en forma de corazón, está redondo. Toda yo estoy hecha un globito.

Y sigo con este aburrimiento que mata. Leo revistas y las dejo a medias, intento escribir pero las palabras no me salen. Sólo puedo plasmar algunas cosas. En ningún lugar me está permitido gritar lo que siento. ¡Y en verdad no sé lo que siento!

Aburrida, desesperada, quisiera gritar.

Mi embarazo es algo inusual, no tengo un hombre al lado que espere a este bebé conmigo. No hay un "nuestro hijo". Mi pequeño es sólo mío. O tal vez mi pequeña.

Me he distraído un poco esta semana escogiendo nombres. Sigo dándole vueltas al asunto. Debiera tomar una decisión pero no puedo, no hasta que me digan si es niño o niña… incluso creo que esperaré hasta verlo.

Si es niño quisiera llamarlo Charlie, como mi papá. Jake dice que no es bonito y no me importa. Charles Edmund Swan, o tal vez Charles Williams Swan. Esas dos combinaciones me tienen emocionada. Pero si es una preciosa princesa… hay tantas posibilidades. Pensé en muchísimos nombres: Emma, Anne, Jane (éste último lo retiré de mi lista debido a cierta enfermera malvada del hospital), Marianne, Alice… pero mi favorito sin dudar es Elizabeth. "Elizabeth Swan", aún no decido el segundo nombre. Y no permitiré que le llamen Lizzie como es usual, yo la llamaré Liz o Lis… como la flor de lis que significa inocencia y pureza. Tantas leyendas que rodean ese símbolo y todas son hermosas, aunque algunas más mundanas que otras. Estoy decidida a llamarla Liz, si el cielo me envía una nena. Y Charlie si es varón.

Una mañana desperté y me di cuenta de algo extraño. Mis pies estaban más grandes de lo habitual. Usualmente si estaba de pie o caminaba en el día, mis piececitos aumentaban de tamaño pero al día siguiente amanecían igual que siempre. Pero hoy no. Durante la noche y con el descanso no había disminuido su tamaño.

¿Quién llamó a la cigüeña?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora