Dos días más pasaron en los que Edward se mantuvo distante y yo en mi cobardía no me atreví a preguntarle si lo que Leah me dijo era verdad. El acercamiento que habíamos tenido se esfumó, podía sentir su melancolía, le costaba sonreír como hace días y ya no bromeaba conmigo. Se limitaba a atender a su hija, nada más.
Salí al parque a pasear a Liz aquella tarde, estaba aburrida en casa, pude sentir las miradas a mis espaldas y los cuchicheos de las madres abnegadas del pueblo, las señoras de bien y las abuelitas adorables. A veces las mujeres tenemos la lengua venenosa para juzgar a otras que creemos, están equivocadas.
"Oh si, la pérfida roba maridos va pasando, abran paso", pensaba mientras caminaba con la frente en alto. No les daré el gusto de verme humillada. Cómo Renée diría ¡A la verga el mundo!
Nos detuvimos en la librería, necesitaba algunas cosas para decorar la habitación de Liz, soy fanática de hacer guirnaldas, móviles, cenefas y pegar maripositas en todos lados. Debilidad de maestra jardinera, quiero todo lleno de color y vitalidad.
Me di cuenta que Liz se había hecho en el pañal y no me daba tiempo de llegar a casa, podía irritarse su delicada piel. Decidí pasar por los servicios del parque que tiene un cambiador de pañales. Entré, no había nadie y me puse manos a la obra, era la primera vez que la cambiaba en la calle. Tomé sus pañitos y me preparé para lo peor, sostuve la respiración como hago siempre que tengo que enfrentarme a un pañal sucio. Y allí estaba, el premio mayor. ¿Por qué justamente hoy tenía que hacer como si no hubiera mañana? ¿Y además muy suelto? Me voy a gastar el paquete completo de toallitas. Hice tripas corazón y empecé la titánica tarea de dejar limpio el culito de mi nena. La tranquilizaba con palabras amorosas y le hacía caras graciosas, eso siempre la distrae.
Estaba tan concentrada en mi labor que no me di cuenta a qué hora entraron tres mujeres, no les di importancia realmente hasta que escuché la voz nasal de alguien hablando de los Cullen, entonces si paré la oreja.
—Es tan ridícula ¿Quién anuncia su embarazo en los diarios?— pude identificar la voz de Lauren Mallory.
—Alguien ardida porque le ganaron el pastel— contestó otra.
—Entonces la hija de Bella Swan es del doctor Cullen ¿No?— preguntó una tercera, una pecosa con el cabello rizado.
—Ya la registraron, es oficial. Bella fue más rápida y sacó un hijo de Edward pero la perra de Tanya no se iba a quedar atrás y también se embarazó.
—Oye que puntería la del doctorcito— se rió la segunda mujer a quien apenas conozco de vista, creo que se llama Esther o algo así. Iba dos o tres años después que nosotros.
—Como dice mi mamá, esto va a acabar mal— Lauren seguía retocándose los labios y haciendo poses frente al espejo.
—¿Entonces con cuál de las dos se va a casar?— preguntó la pecosa, Annabelle. Diabólica tenía que ser como la muñeca que lleva su nombre.
—Corren las apuestas pero la mayoría cree que con la doctora. Era su prometida hasta que Bella se metió, quiso robarle el marido pero le salió el tiro por la culata y se quedó sin soga y sin cabra. Ni Jacob Black la quiere ahora— Lauren soltó una carcajada odiosa.
—Ser madre soltera ya es difícil pero tener que ver como el padre de tu hija de casa con otra, es un castigo— suspiró Anna.
—Eso le pasa por facilona y por zorra— criticó Lauren.
Mis manos estaban a punto de lanzarle el pañal sucio, si no fuera porque soy una dama. Terminé de cambiar a Liz sin dejar de sonreírle, acomodé a mi hija y las demás cosas en el carrito y me dispuse a salir, ellas seguían la mar de bien, hablando de mi persona como si vivieran conmigo y me conocieran de cerca. No les di el gusto de verme afectada, salí con mi sonrisa a flor de labios y les pasé las ruedas de mi carrito por encima de sus zapatos de tacón aguja y para molestarlas más tiré en el tacho de basura el pañal abierto para que haga juego con la inmundicia que sale de sus bocas.
ESTÁS LEYENDO
¿Quién llamó a la cigüeña?
FanficA Bella Swan, profesora de pre escolar, le dan la peor noticia del mundo. Tiene quistes ováricos y deben extirparle el útero. Nunca podrá ser madre, a menos que quede embarazada inmediatamente. ¿Quién podrá ser el padre de su hijo si no tiene novio...