CAPÍTULO 19: INCERTIDUMBRE

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— ¿Qué haces aquí?— pregunté sonriéndole.

— ¿Qué haces tú aquí? Yo vine a ayudar a mi hermano— respondió pícaramente.

— ¿Trajeron la sangre?— mi respiración se aceleró.

—Sí. Pero me han dicho que Edward está mal. Papá está con él ¿Sabes qué pasó? Porque la "patilarga" no me quiere decir nada.

—Edward le donó tres unidades de sangre a mi hija...— sonreí al escucharla llamar así a Tanya. Nosotras teníamos la costumbre en la escuela de llamar "patilargas" a las que eran mucho más altas que nosotras.

— ¿Eran para tu hija?

—Sí. Nació hace poco pero mi sangre y la suya...

— ¿Tu hija tiene el mismo tipo de sangre que Edward?— a ella nunca se le pasaba nada.

—Sí. ¿Lo que son las cosas no?

— ¡Ay Bella! Hace tantísimo tiempo que no te veo. ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Te casaste con Jake?

—No. No estoy casada, sigo soltera.

—Imagino que pensarás formalizar. Con una hija, deben formar un hogar.

—Mi hija, Liz, no es de Jacob— confesé.

— ¿No? Pero Tanya dijo... que era igualita a él.

— ¿Cuándo les dijo eso?

—No es que sea mi costumbre escuchar las conversaciones telefónicas de la gente pero yo levanté el auricular cuando ella le llamó a mamá. Dijo que tenías una hija igualita a Jacob. Pensé que ya era grande no que recién había nacido.

—Nació hace cinco días. Y no se parece a Jake, no tiene porque.

—Olvídalo entonces, esa siempre tiene la costumbre de hablar demás. Se la pasa diciendo que yo le ayudé a escoger su vestido y lo único que hice es pasarle los catálogos. Lleva años planeando la boda perfecta pero la han postergado al menos 3 veces, al paso que van...

— ¿Tu papá está con Edward entonces?

—Sí. Recibió una llamada de mi hermano diciéndole que si la sangre no llegaba él mismo la iba a donar. El problema no era la sangre sino como pasarla. Por eso me trajo, para despistar en la aduana de Seattle. Armé un numerito tan gracioso que a papá nadie lo revisó. Y apenas entramos nos dijeron que Edward está en cuidados intensivos ¿Qué rayos pasó?

—Dicen que le dio neumonía en la noche.

— ¿Neumonía? ¿Durmió afuera o qué?

—No lo sé. Yo también estoy preocupada— me senté. Estaba cansada.

— ¡Bella! Necesitas arreglarte un poco. Déjame peinarte.

Tomó su bolso mientras yo sonreía. ¿Cuántas veces nos peinamos mutuamente cuando ella se quedaba a dormir conmigo y hacíamos pijamadas? A veces yo me quedaba en casa de los Cullen y pasábamos horas maquillándonos.

Me pasó el cepillo y desenredó algunos mechones sin dejar de parlotear.

—Estudié cosmiatría ¿Recuerdas que quería estudiar diseño de modas? Pues al final me decidí por la belleza. Aún diseño mi ropa pero no profesionalmente. No me va mal, tengo un salón de belleza junto con Rosalie. Ella es estilista. Hace unos peinados preciosos, es especialista en mechas y extensiones. Peina a dos cantantes famosas de Vancouver...

Sonreía a cada tanto al saber cosas que si no fuese por ella jamás me habría enterado.

—Mamá sigue en lo de la decoración. Ahora tiene un catering para eventos sociales. Ella le está ayudando a Tanya con lo del bodorrio. Jasper y Emmett llevan apostando más de dos años a que esa boda no se va a dar. Mi Jasper dice que Edward va a dejar a Tanya y Emmett que Tanya solita dejará a mi hermano cansada de darle tantas largas a la dichosa boda... Yo me casé hace dos años y medio junto con Rosalie y Emmett . Peleamos mucho porque yo quería mi boda estilo antiguo y Rose tenía esa fantasía galáctica. Así que fue algo así como, la guerra de las galaxias mezclado con Orgullo y Prejuicio— soltó una carcajada deliciosa. Hace tanto que no escuchaba su risa cantarina. —¿Y cómo está Renée?— preguntó.

¿Quién llamó a la cigüeña?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora