CAPÍTULO 25: ¡AYUDA!

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—Lo siento Bella, hoy no puedo en serio he bajado el motor de un auto y me es imposible dejar a los muchachos solos con esto— me dijo Jacob al teléfono.

— ¿Por qué ya no vienes Jake? ¿Pasó algo?— pregunté para saber qué es lo que aleja a mi querido amigo de casa. Si es su trabajo y no algún resentimiento.

—No Bella, claro que no. He tenido mucho trabajo en estos días.

—Espero que no me esté mintiendo señor Black o se le van a desinflar esos músculos – bromeo. No se ríe como antes de mis chistes, tal vez sea cierto y esté trabajando mucho. Creo que se endeudó hace poco para comprarse un nuevo coche.

Le llamé a Leah pero no la encontré, había ido a Makah. Bueno Bella, tienes que llamar a los Cullen o mejor, ir a su casa. Sé que por la tarde las chicas están allá, Alice me dijo que tenía que ir a Seattle para un desfile de modas pero Rosalie debe estar allí. O Esme, estoy segura que la dulce abuelita no se negará a quedarse con mi gusanito por un par de horas. Me puse ropa cómoda, alisté a Liz y una gran bolsa pañalera con una muda de ropa, sus pañitos húmedos, una sonaja, una mantita y unos cuantos pañales dentro. Me daba no sé qué pedirles un favor, sé que aman a Liz pero después que regresaron nuestra relación nunca fue muy cercana.

Cuando llegué a la casa de los Cullen me recibió Emmett con su sonrisa de niño grande.

—Hey Belli Bells— saludó. –Qué bueno tenerte por acá. Déjame llevar a Elizabeth Carmen Juanita de Costa Brava Cullen Swan— dice bromeando mientras tomaba el porta bebe de Liz. Me eché a reír por el nombre tan loco con el que llamó a mi bebé.

—Sólo Liz— le contesté.

—Que tacaños ustedes con eso de los nombres. Yo me llamo Emmett William George McCarthy Cullen— me confesó.

— ¿En serio?— le pregunté asombrada.

—Pues claro ¿Crees que un solo nombre iba a bastar para tanta besheza?— contestó y no pude contener mi risa. Emmett siempre sería un bromista consumado.

— ¿Son ellas?— escuché la voz femenina de Rosalie, bajó saltando los escalones directo al porta bebe. – ¡Oh mi vida! Cada día estás más hermosa, ricura— empezó a acariciar a mi hija. Era muy lindo verlas juntas, Rose siempre tan fría y altiva, cambiaba por completo con Liz entre sus brazos. Se desvivía en arrullos y palabras dulces. Algún día será una buena madre, eso espero porque creo que tiene problemas para concebir.

—Disculpen por no llamar pero quería saber si me la pueden cuidar un par de horas, hay algo importante que debo hacer y no puede esperar— les dije porque ya habían pasado varias horas de la mañana y no encontraba quien me cuide a Liz mientras iba a investigar a Kristie.

— ¿Tienes cita en el hospital?— preguntó Rosalie ya con Liz entre sus brazos.

—No, cuando tengo cita la dejo con Edward. Debo ir a investigar algo, es importante—sonrío al ver que Liz está balbuceando. Últimamente emite ruidos largos, parece que quiere cantar.

— ¿Investigar?— Emmett me mira curioso.

—Sí, cuando estaba embarazada hubo una chica en la profilaxis que se portó muy mal con todas, luego desapareció pero papá me dijo que ha vuelto a Forks, yo quiero ir a hacerle unas preguntas— me encogí de hombros.

— ¿No será peligroso?— preguntó Rosalie.

—No lo creo— contesté pero los dos ya se estaba mirando y sin decir ninguna palabra Emmett se levantó de su asiento.

¿Quién llamó a la cigüeña?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora