¿𝐐𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐦𝐢 𝐭𝐫𝐚𝐬𝐞𝐫𝐨?

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"𝐒𝐮 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐬𝐨́𝐥𝐨 𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐢́𝐚 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐥𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐛𝐚, 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐭𝐨, 𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐡𝐮𝐦𝐨."

Anónimo.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨: 𝐗𝐕

-Entonces hazme el amor y nunca me lastimes...

Con besos húmedos va bajando desde mi clavícula haciéndome erizar toda la piel con su suave toque. Trato de borrar los feos recuerdos que me atormentan concentrándome en el hoy, en el presente, en el ahora... Pequeños jadeos salen de mi mezclándose con los de él.

«Es hora de poner en práctica toda la teoría de los libros eróticos. De algo debe de servir.»

-¿Eres virgen? - pregunta en un susurro. Niego con la cabeza.

Acaricio su nuca con mis manos mientras nuestras miradas se conectan diciéndose lo que no decimos con palabras. Mete una mano por debajo de mi pijama y acaricia mi cadera y cada vez va subiendo mas y mas llegando a la curvatura de mis pechos, con su dedo índice los delinea. Un deslizamiento suave y tentador.

Llega a mis pezones y comienza a darles tacto haciendo que se pongan erectos al instante llevando una punzada de dolor y placer a mi zona baja, por inercia juntos mis piernas obteniendo mas fricción pero no la necesaria para complacerme.

Alex agarra mis rodilla y las vuelve a abrir quedando su respiración chocando con mi short, da un casto beso en mi vagina con la telas de por medio y después otro y otro mas.

-Ya alex. - Eso sonó mas a una orden que una simple súplica.

-Tengo que ir a buscar condones muñeca.-Sonríe con malicia y da una pequeña lambida a mi tela haciendo que me humedezca todavía mas, se levanta y va a paso lento hacia la puerta. Se que lo hace para torturarme.

-Si no llegas aquí en cinco minutos juro que le pongo llave a la puerta. -hablo con mi antebrazo en mis ojos privándome de su reacción pero escucho como corre chocando con el marco de la puerta.

No pasan ni tres minutos que alex ya esta de vuelta con una caja de condones ¿En qué piensa este chico? Miro con el ceño fruncidos a sus manos donde sostiene la caja de condones y luego a el, así sucesivamente.

-Que puedo decir, voy aprovechar y voy a cobrarme todas las erecciones que me hiciste tener. -dice lo mas tranquilo sacando un condón que si me equivoco es con sabor. No aguanto mas y voy hacia el que esta en la punta de la cama mirándome, agarro el cuello de su remera blanca que usa como pijama y lo atraigo hacia mi quedando yo abajo y el encima.

Lo beso de una manera lenta pero sexy, fogosa pero tierna, suave pero demandante. Acaricio su espalda por encima de la tela hasta llegar al final de su remera blanca subiéndola hasta sacársela, el intenta hacer lo mismo con la mía pero lo detengo.

-¿Qué pasa?-pregunta viéndome a los ojos.

-Apaga la luz. - no aguanto verlo a los ojos y bajo la mirada.

-Eres una diosa. No, eres la reina de las diosas de la bellezas ¿le tienes miedo al éxito muñeca?

-Una vez me dijiste si quería poner en práctica tu piercing de la lengua ¿sigue en pie tu propuesta?

-Por supuesto, te esperé. Se levanta y me mira otra vez desde la punta de la cama me agarra de los tobillos y me estira hasta sentarme, luego me tiende su mano sin dudarlo la agarro y me pega a su cuerpo. Agarra el inicio de mi short y los baja junto mis bragas haciendo el mismo procedimiento con la otra parte de mi pijama, quedando totalmente expuesta.

LimerenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora