𝐄𝐬𝐭𝐨 𝐞𝐬 𝐚𝐬𝐢.

157 13 1
                                    

"El mas terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta." 

Federico García Lorca.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨: 𝐗𝐈𝐈

Unos segundos me quedo es shock por la muestra de afecto de alex pero no tardo en responder aquel cálido abrazo, no se cuanto tiempo pasa que nos separamos cuando alguien carraspea sonoramente alado nuestro. Felipe.

— Bueno mañana nos mudaremos asique hoy quiero que descansen y alguna del servicio ira a preparar lo que necesiten. Mandare a averiguar sobre esos tipos, tenemos a alguien en la bodega aunque no creo que hable. — Ordena.

— Va a hablar hasta de su madre ese mal nacido. — habla de forma fría alex.

— Alexander y yo nos encargamos. — habla Anthony.

Todos asentimos y vamos hacia nuestras habitaciones, miro una ultima vez a alex. Su mirada ahora se siente fría y vacía, su mandíbula esta a mas no poder. Se acerca a mi y me da un casto beso que no me lo esperaba ni yo ni los chico.

— Que descanses muñeca. — susurra a mi oído.

Asiento y sabiendo lo que va a hacer me voy a mi habitación. Todos parecen estar en alerta por el hombre enmascarado pero nadie parece estar inquieto por los cuerpos que están tirados como si fueran decoraciones. Trato de no mirar y subo a mi habitación que esta completamente a obscuras, todos los sucesos vuelven a mi mente.

Voy directo al interruptor a prender la luz, Lucifer sigue acostado en la cama jugando con la almohada asique no me preocupo por el. Agarro mi pijama que consiste en un short y remera negra de seda y, me dirijo al baño del pasillo y tardo lo mas posible debajo de la lluvia artificial, al salir peino y seco mi cabello.

Hago a un lado a Luci y me acuesto en la enorme cama sin poder dormir, son mas de la seis y aun no amanece. El reloj sigue y los sucesos en mi mente también, no paro de pensar en esos malditos charcos rojos. Una idea loca viene a mi mente pero es algo que no puedo hacer, quiero decir seria como abusar de su generosidad... ya que, no puedo mas estar en esta habitación.

Agarro mi bata de dormir y voy hacia la otra habitación, después de cuatro puertas llego a donde quería desde un principio. Aquí me sentiría mucho mas protegida sin dudas. Después de unos minutos pensando en si tocar o no, decido por la primera.

Un alex con el pelo mojado y una toalla alrededor de su cintura, mostrando su tonificado cuerpo me recibe con cara de desconcierto.

— ¿Estas bien muñeca?

Me quedo callada unos segundos, no se como decir esto.

— Am.. no puedo dormir y quería preguntarte si tal vez yo podía dormir contigo. — digo con la mirada en el suelo.

Queda un silencio en el aire. 

 — Cuando quieras. — responde alex de manera coqueta, trato de sonreírle pero me sale mas una mueca, su sonrisa cambia a una mirada de preocupación. Se corre a un lado para que pueda pasar y así lo hago.

Me siento en la punta de la cama y veo como alex agarra su ropa y va al baño a cambiarse. Mi mirada queda perdida en la alfombra azul marino del piso, embriagada con el olor de alex. Ahora que me pongo a pensar desde que llegue a esta casa jamás había entrado a esta habitación, aunque porque entraría.

Minutos después sale alex con una remera blanca y un pantalón holgado gris.

— ¿Qué lado eliges?

LimerenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora