Estás seguro con nosotros (o comó manejar a un niño en pánico)

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Notas: menciono por encima un ataque de pánico. Este episodio no es tan gracioso, pero creo que se necesita saber la historia de ellos y como crearon lazos de cariño. Quizá cuente como Fluff


En donde Kazutora tiene miedo, Hanma y Kisaki empiezan a plantearse la idea de construir un lugar seguro para él y finalmente las verduras no son tan malas

Conocieron a Hanemiya Kazutora cuando este salió de prisión, era un niño delgado y asustado, un indicio de locura al mencionar su pecado, y un muy, MUY buen prospecto para mover fichas para obtener un mejor lugar en la Tokyo Manji, después de todo, deseaba matar al comandante y no le importaban los medios para conseguirlo, así que Kisaki podía crear una situación en donde la vida de Mikey corriera peligro y presentarse como salvador, una persona digna de admirar, respetar y sobretodo, con un lugar asegurado entre los allegados a Manjiro Sano.

Lamentablemente todos los planes podían salir mal, debió sospechar de que Kazutora no era una simple pieza de ajedrez cuando Hanma ofreció un lugar en donde quedarse al niño, quizá debió parar cuando uso su propio dinero para satisfacer las necesidades del chico, lo cual no hizo y lo cubrió con frases similares a: "necesito que no esté famélico (con hambre)", "es necesario que tenga energías y este en forma su deber" o la más culpable "Un niño necesita estar bien para poder realizar sus actividades, y como Kazutora está siguiendo un régimen de ejercicios, es indispensable que obtenga los nutrientes necesarios para que su cuerpo se desarrolle"

Claro, que no espero encontrarse en una situación ridículamente doméstica, en la cual, Hanma y el intentaban convencer a un rebelde adolescente de terminar su comida

"Por favor Kazutora, come las verduras, son necesarias para que tu salud mejore" 

"Pero saben feo Kisaki-san" era la arrastrada queja del niño mientras empujaba el plato

"Kazutora, las verduras saben bien" Hanma intentaba no ver los ojos dorados del chico, conocedor de que los ojos de cachorro eran su debilidad

"Pero... pero ¡se ven horribles!" y finalmente el adolescente se mordió los labios, miro con ojos llorosos a los responsables de su cuidado suplicando con voz lastimera que quitaran los vegetales de su plato

Hanma se llevó una mano al cabello, de reojo viendo como su compañero de aventuras (dígase Kisaki) dejaba caer su rostro sobre sus manos sin elegancia y la mirada lejana, una alta probabilidad de estar deseando paciencia entre las maldiciones que salian de sus labios.

Kazutora al ver a la pareja frustrada y percibir el tenso ambiente dejo sus quejas, su aun inestable psique lo regreso a su niñez, su mente le atormentaba al susurrar su falta de seguridad, tenues promesas de dolor le hicieron entrar en panico, logrando reflejar en sus ojos miedo, el mundo frente él dejo de tener sentido, desorientado, se acurruco en su silla, lagrimas silenciosas bajaron por sus mejillas mientras susurros pidiendo perdón se lograban escuchar.

Hamna observo al niño, sorprendido de que algo tan simple como ver la frustración suya llevo al revoltoso pandillero acurrucarse como un niño pequeño, y decidido a no ver a Kazutora regañado y patetico (eso fue lo que dijo para convencerse) tomo el plato del mismo, dirigiéndose a la cocina por moldes de galleta para complacer a su mascota.

La vista que encontró al regresar fue extraña pero reconfortante. Una de las manos de Kazutora se encontraba entre las de un incómodo Kisaki, el cual intentaba consolar al adolescente asegurándole que no habría consecuencias negativas, e incluso había envuelto al perdido adolescente con una manta, limpiando periodicamente el pequeño rastro de lagrimas.

"Ten pequeño, las verduras ya no se ven feas" El más alto del lugar menciono, despeinando en el proceso al chico de ojos dorados, deteniendose a retirar algunos mechones que cubrian su rostro, presumiblemente para ayudar a su incomodo jefe a salir de tan embarazosa situación, si eso, y no porque el dueño de su afecto fuese adorable.

Kazutora aun atemorizado y con miedo a ser lastimado, levanto el rostro de su cómoda bolita protectora que formaban sus piernas y manos (ellas lo protegían del hombre malo, lo mantenían seguro y calientito, siempre lo hacían. Aunque, ahora tenía algo cubriendo su cuerpo, quizá ahora ya no serían necesarias, quizá ahora estaba seguro, la mano en su cabeza era calida) observo el plato que Hanma le regreso, las verduras adorablemente acomodadas con figuritas de dinosaurios y estrellas, tenían una leve capa de salsa y se veían apetecibles. Con cierto recelo se llevó una figurita a la boca, cerró los ojos y saboreo, extrañamente no le supo mal, lo que agradeció con un suspiro, sus labios dejaron escapar un balbuceo extraño que inmediatamente fue cuestionado

"¿Q-qué dijiste Kazutora?" Kisaki sorpendido cuestiono, un pequeño rubor en su rostro y una extraña sensacion de calor en su pecho

"Gracias Hanma-san" un ruborizado Kazutora menciono con rapidez, sin estar dispuesto a admitir que en un, no tan, desliz había llamado a Hanma papi como si fuese un infante.

Y si Hamna y Kisaki fingieron no sentir emoción y dejaron pasar el incidente, ese ya era otro cuento

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Gracias por comentar esta historia, de verdad me alegra que sea de su agrado y espero que sigan disfrutando, se os quiere <3

No era el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora