Quizá no es tan malo

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(O donde unas galletitas si son invitación para unirse al lado oscuro)


Kisaki invita unas galletitas, piensa que un par de rubios son adorables, Hallowen es un día para recordar y Kazutora es regañado... de nuevo


Matsuno Chifuyu era una cosita rápida y fácilmente irritable, similar a un gatito... un gatito con un par de garras afiladas y que sostenía un trozo de vidrio peligrosamente cerca de su cuello, Kisaki dudo un momento si debía hacer algo para calmar a dicho niño, quien parecía proteger a su querido compañero, al cual no quería lastimar, bueno, aun no, no había cumplido su función y eso le daba días de vida, demonios, estaba divagando de nuevo.

"Está bien, solo quería tomar un café, no había necesidad de estar a la defensiva" fue el murmullo malhumorado del chico de lentes, fastidio rezumando de su cuerpo.

Sin esperar contestación ni cortesías, se dejó caer en el asiento frente a los dos chicos, omitiendo descaradamente la tensión que los dos pequeños cuerpos frente suyo parecían proyectar

Kisaki observo como los niños empezaban a murmurar furiosamente entre ellos, indecisos sobre su actuar, y por sus continuas miradas a la puerta, existía una alta probabilidad de que quisieran escapar del lugar. Con un deje de diversión ante tan hilarante situación decidió incluir galletitas en su pedido, si algo le había enseñado Hanemiya era que la comida parecía calmar a los adolescentes cuando estaban en su mundo conspiranoico.

La voz de la camarera llevando su pedido logro obtener su atención, y como una persona con buenos modales, ofreció parte de sus galletas a los mocosos ruidosos que tenía frente a él, ocultando su diversión con un "tened, coman y cállense, me darán un dolor de cabeza"

"¿Que nos asegura que no están envenenadas?" fue la pregunta de Matsuno, y Kisaki pensó que si fuese un gatito, podría ver su cola levantada y las uñas extendidas

"Chifuyu, no creo que quiera envenenar su propia comida" fue el susurro de Hanagaki, el cual parecía esconderse tras su compañero, Kisaki encontró adorable su intento de pensar con lógica por una vez en su vida, y para probar el punto lógico de Hanagaki tomo una galleta y la saboreo

"Como tu compañero ha tenido el placer de mencionar, las galletas compradas en la cafetería, no están envenenadas, pero, si no piensan comer gratis, tomare estas y las compartiré con personas más agradecidas" opps, su comentario no planeaba ser rudo, pero ese par de mocosos desagradecidos le provocaban querer ir con su pequeño niño Kazutora, el sí que apreciaría unas galletitas de mantequilla

Con cautela Hanagaki tomo una galleta, temeroso del chico de lentes, Matsuno parecía desear tirar la inocente galleta lejos, pero la lógica pura y dura le impedía hacer un berrinche en un lugar público, además, sus propios deseos le hacían querer tomar una galleta, pero el, Matsuno Chifuyu no sería comprado por un ser de oscuridad con un par de galletas...

Aunque los soniditos de satisfacción de su socio eran tan tentadores...

"Las galletas no están mal... gracias" Kisaki quiso sonreír ante el penoso agradecimiento de Matsuno, pero se conformó con invadir su espacio personal, remover su cabello y pedir la cuenta, observando de reojo como el rostro del mencionado tomaba una pequeña coloración rojiza mientras su compañero observaba con ojos saltones lo sucedido.

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En cuanto Kisaki salió de su campo de visión, Chifuyu avergonzado vio a su socio, recordándole que debían apresurarse y descansar, ya que pronto tendrían una pelea importante, en donde buscarían llevar a su capitán de regreso a donde pertenecía, realmente deseaba que nada saliera mal

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El 31 de octubre finalmente llego, Chifuyu y Takemichi estaban espalda con espalda, buscando entre tantos adolescentes a las personas que realmente les interesaban, en medio del mar de cuerpos fueron testigos de la trampa que Kazutora le tendió a Mikey, y a pesar de todos sus deseos, estaban estancados en su sitio, los miembros de Valhala no dejaban de aparecer, la ansiedad de todos los uniformados de negro se podía saborear, al igual que la diversión y hambre de caos de los ángeles sin cabeza.

Debido al caos provocado por la pelea la pareja fue separada, los números contrarios los abrumaron mientras perdían de vista a Mikey, la motivación que Takemichi logro dar a los miembros de la toman no eran suficientes para que el mismo sintiera esperanza de que habría un cambio en esta pelea.

Casi por azares del destino, la pareja volvió a encontrarse justo por debajo de Kisaki, topándose con una escena hilarante.

Kazutora lucia como un perrito regañado, en completa sumisión ante Kisaki, el cual tenía el teléfono en la mano mientras murmuraba cosas como "ya verás cuando se entere, estarás castigado un buen rato"

Takemichi volvió la vista a su compañero, recibiendo la misma mirada interrogante de regreso, su conversación mental solo fue cortada por Baji, que apareció con un pedazo de metal en mano, muy dispuesto a golpear a Kisaki a hasta la muerte... o eso pensaba hacer hasta que un muy divertido Mikey le detuvo con una mano y silencio sus protestas metiendo con brusquedad un pedazo de taiyaki en su boca

Kisaki parecía olvidar en donde estaba, se veía muy furioso mientras se acercaba a Kazutora, rebuscando entre sus prendas hasta dar con una navaja, que fue rápidamente confiscada, una mirada seria hizo que el mayor bajara la vista ante la expresión de enojo de Kisaki.

"Escucha bien Ka-zu-to-ra,, te dijimos que no podías intentar matar a nadie, tu doctora dijo que sería malo para tu salud" cada silaba del nombre del niño con un arete fue dicha con suficiente enojo para callar a todos "Se te prohibió el acceso a objetos punzocortantes ¿y qué hizo? Fue y tomo una navaja, espera a que el maldito zombi me conteste y tendrás como castigo perderte las películas de Disney"

Kazutora solo pudo murmurar un pequeño "si mami" que fue ignorado olímpicamente por kisaki, quien seguía con su larga lista de deberes que Kazutora tendría que cumplir por desobedecer "¡Y tendrás que disculparte con Mikey y Baji por ser tan grosero!" termino Kisaki, con una mano en la cintura frente a un Kazutora con ojitos de cachorro a punto de llorar, minutos antes de que Hanma arrastrara a ambos fuera de la vista de sus asombrados espectadores murmurando "problemáticamente divertido", dejando al pequeño grupo dividido entre no poder dar crédito a la falta de quejas del adolescente más fuerte y rudo ante alguien más bajito y claramente más débil o disfrutando del castigo del mocoso problemático

"No pensé que algún día Kazutora fuese obediente" fue el pensamiento de alguno

"Bueno, parece que tenemos a una nueva mamá gallina" menciono con diversión el infantil capitán dejando su lugar después de terminar sus golosinas, dirigiéndose a la multitud que aún seguía peleando mientras ellos se divertían (ya escucharían las quejas de los dragones responsables después), para anunciar la victoria de Toman y dar por terminado el día.

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Hola estrellitas, espero que sigaís disfrutando la lectura, se os adora!

No era el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora