Hasta La Última Estrella Del Cielo

X

Natasha

Llegamos a la base lo más rápido que pudimos, y cuando llegamos, encontré a un hombre con una capa muy extraña y a Visión con la mano en la cabeza, como se le doliera.

— ¿Que es lo que pasa? — pregunté a Tony

— Está mañana la gema le empezó a doler a Vision

— Quiere advertirme de algo, pero no sé realmente de que — dijo angustiado.

— ¿Y quién es el? — volví a cuestionar mirando al hombre de la capa

— Mi nombre es Doctor Steven Strange

— Espera — interrumpió Thor — ¿Te llamas Doctor?

— No — dijo Strange — soy un doctor, pero no me llamo Doctor.

— Es confuso porque acabas de decir que ese es tu nombre — volvió a repetir Thor, y Steve lo alejo antes de que el hombre pudiera hacer algo contra el asgardiano

— Es un gusto conocerla señorita Romanoff

— Igualmente señor Strange

Steve me miró con una cara más de celos que de confusión, con las cejas alzadas, yo solo lo mire ofendida, ¿Porque me miraba así? No había hecho nada malo, solo me presentaba.

— Visión, ¿No sabes que quiere decir?

— Lo siento Capitán, pero no tengo ni la más mínima idea de lo que pueda pasar.

— ¿Que haremos? — cuestione a Nick que miraba la escena sin decir ni una sola palabra

— Esperar, es lo único que nos queda hacer para obtener respuestas — murmuró con angustia — En tanto a las otras gemas, las mantendré vigiladas

— Mi deber es proteger la gema del tiempo con mi vida, aún si no hubiera un peligro aparente — argumento Strange con arrogancia

— No desconfiamos de usted Doctor Strange,  solo queremos mantener la seguridad

— El teseracto se encuentra en Asgard — menciono Thor — y la gema del alma está con el coleccionista, el aún la conserva.

— de acuerdo, lo único que nos falta es la localización de la gema del alma y la gema del poder — señaló Steve — ¿Thor tienes alguna pista?

— No, pero volveré hoy mismo al espacio para ayudar con la investigación Capitán

— Gracias

— Los mantendré informados acerca de lo que encuentre — dijo tomando su martillo y caminando afuera de la sala de control

Llegamos a el jardín, dónde Thor levanto su martillo, pero antes de irse grito como despedida:

— Díganle a la pequeña señorita Romanoff cuánto la extrañaré — grito y ahora sí, emprendió de nuevo su viaje.

— Parece que Milenka le cae bien — dijo Steve con un tono risueño.

— Ellos se entienden muy bien — una corriente de aire frío paso y me cubrí con los brazos — hace frío, ya casi es navidad

Steve se empezó a quitar la chamarra, para darmela.

— No es necesario Rogers ...

Hizo caso omiso y me la puso sobre los hombros.

— Te queda mejor a ti — señaló — quedatela

Se fue sin decir más y yo me puse bien la prenda, pasaron las horas, no había nada que hacer y mi mundo se tornaba extraño sin la presencia de mi hija.