15: Confrontación

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Cuatro días después, Jeongyeong quería matar al hermano de Jin.

Después de la escena en el bar con Jimin, había vuelto a su casa para encontrarse con que Paul todavía estaba allí.

Sabia que debería haber llamado a la policía porque había entrado en su casa ilegalmente, pero había decidido no hacerlo porque era el hermano de Jin y porque no se sentía con fuerzas para enfrentarse a él.

Jung le había dicho que estaba preocupado por ella y que quería pasar unos días en en su casa para asegurarse de que estaba bien y como ella estaba sufriendo, pensó que al menos tratar con él la mantendría ocupada y dejaría de sentir lástima de sí misma.

Pero Jung estaba lleno de mierda y ella lo sabía. Él estaba espiándola, así de simple. Ella se había dado cuenta de que había ido fisgoneando en su dormitorio, pero no podía probarlo y cada vez que habría la boca....le entraban ganas de mandarlo al puto infierno.

Jeongyeong aparcó delante de la cafetería, salió rápidamente de su SUV y luchó contra el impulso de agarrar su vestido, subirlo hasta las rodillas y correr lejos de él. Como habían ido a la ciudad para comprar algunas cosas, habían decidido cenar en la cafetería
antes de regresar a su casa. Se recordó que era viernes y que se iba el sábado.

En menos de veinticuatro horas Jung se iría y ella seguiría diciéndose a sí misma que podía sobrevivir a este sufrimiento.

Ella entró en la cafetería, sin importarle si él estaba detrás de ella o no e inmediatamente se dirigió a una mesa junto a la ventana.
Jung se sentó frente a ella y le frunció el ceño.

"¿Este es el mejor lugar para comer aquí?"
Él miró disgustado alrededor de la sala.

"Sirven muy buena comida."

Jung resopló cuando la camarera se acercó a dejarles el menú.
Jeongyeong le dirigió a la mujer un estresado saludo y pidió un té helado de frambuesa, mientras que Jung pidió una soda.

Jeongyeong miró su menú, a pesar de que casi se lo sabía de memoria, para no mirar a Jung.

La camarera regresó unos minutos después con sus bebidas y Jeongyeong miró su reloj, era casi las seis.
La camarera, les tomó nota de lo que iban cenar y desapareció.

"Tenemos que hablar", dijo Jung en voz baja.

Jeongyeong lo miró y bebió un sorbo de té.
"¿De qué quieres que hablemos?"

Él la miró con el ceño fruncido.
"No sé lo que ves en este pueblo o por qué quieres vivir aquí".

"Creo que el pueblo es maravilloso, la gente es agradable y me encanta la casa. Estoy disfrutando de la vida en esta pequeña ciudad. "

"Es aburrida como el infierno y no hay nada que hacer aquí. Deberías volver a Casa. "

Ella suspiró.
"No".

Jung continuo mirándola con el ceño fruncido.
"He estado pensando, Jeongyeong. Jin no querría que estés sola. Necesitas a alguien que te ayude a tomar decisiones y Jin sabía que tú eres una de esas débiles mujeres que necesitan la guía de un hombre fuerte que este para ellas. "

Jeongyeong se quedó atónita y sin saber cómo reaccionar mientras escuchaba a Jung.
No ha dijo eso ¿verdad?. Estaba alucinando porque la volvio loca durante toda la semana. Sip. Tenía que ser eso.

"Esto es lo que vamos hacer. Tomaré las riendas de tu vida, pondrás a la venta esa casa y volveremos juntos a Casa. Haré todo como Dios manda y me casaré contigo y meteremos todo el dinero en una cuenta compartida para que pueda cuidarte. Podrás quedarte en casa, como lo hiciste con Jim y ser la ama de casa que siempre quisiste."
Hizo una pausa mientras pasó sus ojos por sus pechos, parecía entretenido.
"Espero que el sexo valga la pena."

PAGANDO POR SEXO [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora