SUICIDE CLUB |TR|

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MI DESTINADO

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"BOHEMIA DISCOTEC"
TOKYO MANJI GANG (Draken y Baji)

La música sonaba fuertemente.

Las brillantes luces neón era lo único que iluminaban aquella discoteca.

La gente bebiendo, bailando y hablando o mejor dicho gritando se encontraba por todas partes.

Los vasos de cerveza vacíos desparramados por toda la mesa.

Miles de omegas desprendiendo sus feromonas para llamar su atención.

Y las grandes cabezas de la ToMan disfrutando y festejando.

Si, festejando.

¿Y que festejan?. Dirán.

Pues que dentro de una hora y unos cuantos minutos sería el aniversario de la gran Tokyo Manji Gang, su pandilla.

Los alfas se la pasaban bien, bebiendo, jugando y con una que otra Omega en su regazo.

Pah y Peh habían salido a bailar con sus novias.

Mitsuya y su novio Hakkai se encontraban charlando con Kazutora, mientras comían de las papas fritas "gratis" que les había traído una beta a los alfas dominantes.

Rindou Haitani estaba en los baños disfrutando un buen polvo antes de unirse a sus compañeros y disfrutar todos juntos su aniversario.

Ran, su hermano mayor había desaparecido unos minutos a quien sabe dónde y junto a él, le había seguido Hanma quien dijo que iría a traer un invitado especial.

Así que en la mesa y jugando a las vencidas como un par de niños se encontraban Draken y Baji, los alfas dominantes de aquella pandilla, disfrutando entre cada victoria y derrota del licor y comida gratis que les traían las meseras.

- ¡Mierda! - exclamó enojado el pelinegro asustando a la Beta que estaba en sus piernas que cayó al suelo.

- Gané, Baji, te tocará hacer turno mañana - dijo el rubio del tatuaje mientras se deshacía de la Omega que bien le había estado dando un masaje en los hombros.

Ambas chicas, Beta y Omega, se alejaron de ellos, si bien eran unos buenos partidos, su casta aún era muy intimidante y sus feromonas empezaban a marearlas.

Los alfas se acabaron los vasos de cerveza que estaban servidos en sus lugares, ya faltaba poco y lo esperaban con ansías.

11:25 PM. Anunciaba el reloj.

Charlaron entre ellos, bebiendo y disfrutando de la comida, mientras esperaban a sus compañeros que poco a poco fueron llegando.

Ran, el Haitani mayor, llegaba de una extraña pero divertida llamada y encontrándose con su menor, Rindou, sonrieron ladinos, dirigiéndose hacia su grupo de amigos, ignorando las feromonas que soltaban los demás, ya sea para marcar territorio o para llamar su atención.

Que horrible huele, fue lo que el dúo pensó, o mejor dicho, hablaron en voz alta, cosa que recibieron varias miradas tristes, enojadas y ofendidas.

Soltaron una risa ¿Por qué se enojaban? Ya lo sabian ¿No?

Pah y Peh se sentaron junto a sus novias, les habían prometido que una vez llegada la media noche, tenían una hora de diversión y luego se irían a sus casas. La seguridad de sus novias era lo primero, luego ya verían si volver o no.