ѕωєєт αℓρнα ━ ηαмѕєσк

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—¿Te gustó la cita, pequeño? —Preguntó el Alfa apretando ligeramente la mano del Omega.

—Claro que si Alfa, me encantó demasiado. —Dijo Hoseok sonriendo y mostrando su perfecta sonrisa.

—Está bien, por último iremos a comer un helado y luego te llevaré a casa. —Dijo Namjoon sonriendo para Hoseok.

—Está bien cariño, tú si sabes las cosas que me gustan. —Dijo Hoseok apretando las mejillas del Alfa.

Tanto Hoseok y Namjoon soltaron una pequeña risita, ambos se amaban demasiado, ambos querían su futuro juntos.

Hoseok no era tonto, cada vez que se despistaba un poco lograba ver cómo el Alfa se acercaba lentamente y con precaución al cuello de éste, Hoseok sabía que lo que quería Namjoon.

El alfa ya quería marcar a él omega como suyo, quería mostrarle a la sociedad que él si podía conseguir un Omega, que su actitud y personalidad y gustos no tenían nada que ver en su vida amorosa.

Hoseok ya lo tenía planeado, así que solamente sonrió y echo su cuello a un lado. Namjoon solo lo miraba atentamente.

—Hazlo Alfa, esto es lo que has estado queriendo hacer en todo el día, y yo también, yo también quiero sentir tú marca en mi cuello. —Dijo Hoseok acariciando su cuello, tentando a Namjoon.

—P-pequeño, no quiero que te sientas obligado a esto. —Namjoon estaba haciendo un puchero.

—Nammie, mi lindo koalita, yo no me siento obligado a hacer esto, quiero tú marca, quiero mostrarle al mundo que yo, Jung Hoseok, soy el Omega más orgulloso del mundo, teniendo la marca de Kim Namjoon, el Alfa más adorable y tierno del mundo. —Dijo Hoseok acariciando más y más su cuello.

Namjoon veía atento la mano del omega subir y bajar con delicadeza por su cuello, lamió sus labios y se acercó lentamente al cuello de Hoseok.

—Mí amor, quiero disculparme si me dejó llevar por mis instintos más primitivos al poner mi marca en tú cuello, quiero ser gentil y delicado contigo, mi pequeña bolita de amor. —Dijo el alfa acercándose al cuello de Hoseok.

El omega sintió un escalofrío al sentir el aliento y la respiración de Namjoon en su cuello, necesitaba la marca de ese hermoso Alfa en su cuello.

—Alfa, no me importa en lo absoluto, ponga su marca en mí cuello y seré el Omega más feliz del mundo, el dolor no importará. —Dijo Hoseok chocando contra la pared de un callejón.

Previamente Hoseok habían entrado a un callejón con su Alfa, una marca era algo importante, pero era mejor hacerla en privado, ya que a veces el Alfa podía ponerse un poco agresivo.

—Alfa, déjele a todos los demás Alfas en claro quién es el que consiguió el corazón de este Omega. —Dijo Hoseok sonrojado.

Y con eso, los ojos de Namjoon se tornaron rojos y claro sus dientes en el cuello del Omega, Hoseok jadeo un poco por el hecho de que estaba siendo mordido, pero una mordida que valía la pena.

Namjoon se aferraba más y más al cuello de Hoseok, Hoseok no decía nada, el alfa estaba concentrado en poner su marca lo más notoria posible.

Después de diez minutos, Namjoon por fin se separó del cuello de Hoseok, ahora pasaba lentamente su lengua por la marca del Omega, limpiando todo rastro de sangre, a la par, daba pequeños besos para que el Omega dejara de sentir tanto dolor.

—Eres mío, ahora eres del Alfa Kim Namjoon. —Dijo el alfa usando su voz de mando.

—Y yo soy tuyo koalita, gracias, gracias por darme tú marca y mostrarle al mundo que yo soy tú Omega. —Dijo Hoseok volteando y tomando las mejillas del Alfa entre sus manos.

Hoseok bajo la altura de la cabeza de Namjoon hasta la suya, dónde comenzó a repartir pequeños y dulces besos en las mejillas, labios y nariz del tierno alfa.

No solo hacia eso por el simple hecho de que amaba al Alfa, también necesitaba demostrarle que era suyo y que nadie iba a apartarlo de su lado. Además necesitaba calmar al Alfa.

—Vamos koalita, hay que ir a casa, debes tranquilizarte un poco poco más. —Dando un último beso en los labios de Namjoon.

—Está bien, mi Omega. —Dijo el más alto cerrando sus ojos y sintiendo las dulces feromonas del Omega volar por el aire.

Ambos ya se tenían el uno al otro, aunque demostrarán que ellos ya tenían algo sin la necesidad de una marca, de todas formas Hoseok la quería.

Quería portar la marca de Namjoon y presumir la, quería que todos los Alfas que intentaban algo con él vieran que Jung Hoseok ya tiene dueño.

Y nada más ni nada menos que aquel Alfa el cual todos decían que jamás conseguiría un Omega por su personalidad.

Hoseok vio como los ojos de Namjoon volvían a su color natural, hermosos ojos color café que Hoseok tanto amaba.

—Ven Alfa, vámonos de acá. —Tomo la mano de su ahora alfa y salieron del callejón.

Ambos estaban sonrojados y tomados de la mano, ambos ya no querían seguir ocultando lo que tenían.