En Otra Vida | Baht Oyunu

40.- Elif

POV Bora:

Habían pasado un par de horas desde que salí de la finca de Can, dejando a Ada sola en la habitación. Más que enojo, sentía tristeza; Ada estaba tomando una decisión que nos compete a ambos, y ni siquiera se pone a pensar cómo me siento yo.

Aunque debo aceptar que me comporté como un infante, haciendo berrinches por algo que no tiene sentido. Si bien, el plan que tienen Can y Zeynep es bastante bueno, al final de cuentas nos termina beneficiando a todos.

Pero el hecho de que Ada haya tomado una decisión sin antes platicarlo conmigo, me tenía decepcionado. Solo necesitaba tiempo para pensar a solas, eso es todo.

Apagué mi teléfono y conduje hasta el único lugar en donde podía recurrir en estos momentos. Llegué al edificio y subí las escaleras hasta llegar al piso correcto.

Toqué la puerta y abrieron de inmediato.

— ¡Tío! — la pequeña Elif se abalanzó hacía mis brazos con una sonrisa.

Sonreí y me agaché a su altura. La abracé con todas mis fuerzas y besé su frente, mientras ella escondía su pequeña cabecita en mis brazos.

— Sabía que vendrías. Mi tío Ali dijo que estabas en la ciudad, y tal vez vendrías antes de irte a la nueva empresa — dijo Elif, separándose de mí.

Sonreí y asentí — No podía irme sin antes ver a mi princesa, aunque me quedaré un par de días más para estar contigo — respondí, dándole un beso en la nuca a mi princesa.

Elif sonrío. Ali salió corriendo del departamento preocupado, lo miré de mala manera y abracé a Elif.

—¿Cómo es posible que dejes a Elif abrir la puerta sola? Qué tal si es un extraño y termina llevándosela. ¡Ten mas cuidado Ali, por favor — exclamé, fulminando a Ali con la mirada

El sonrió inocentemente y me invitó a pasar al departamento. Olía bastante bien, por cierto, el aroma despertó mi apetito y recordé que no había desayunado por la mañana.

— Lo siento primo, pero a veces, Elif se adelanta y es imposible detenerla. ¿Cierto, pequeña diablilla? — dijo Ali con una sonrisa, haciéndole cosquillas a Elif

Sonreí al escuchar las carcajadas de mi princesa. Mi enojo pasó a segundo lugar cuando miré a Selin salir de la cocina con una olla en sus manos.

Selin sonrió — La comida está lista — respondió — Aunque veo que tenemos invitados y tendremos que agregar un plato más a la mesa. ¡Eso es bueno! —

Elif se apresuró a traer un plato, mientras Selin acomodaba la mesa. — Yo traeré lo que falta, tía — dijo Elif

Elif corrió a la cocina ante la atenta mirada de Selin, quién la observaba con una sonrisa. Ella me volteó a ver y buscó por todas partes extrañada.

Suspiré con pesadez y bajé la mirada.
— Vengo solo — respondí

Selin me miró confundida y se acercó a mi en un susurro.
—¿Dónde está Ada?

— En la finca de Can. Tuvimos una pequeña discusión y salí de casa para pensar un poco, además que quería ver a Elif — respondí

Selin sonrió de lado — Bora, lo que haya causado su pelea no le den importancia. Sabes que a Elif le hubiera encantado ver a Ada, y sabes que a Ada le hubiera encantado ver a Elif – respondió

— Selin tiene razón primo, espero que tengan tiempo de verse antes de que regresen a Bursa, no aplaces más las cosas — dijo Ali con una sonrisa