15.- Encerrados en el amor

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POV Bora:

Eran casi las doce de la noche y Ada seguía tratando de salir del elevador. Yo me rendí, no había señal en el elevador, tenía bastante sueño y sabía que nadie nos sacaría de aquí hasta el día siguiente.

—¡Ayuda, estamos aquí! — gritaba Ada, golpeando la puerta del elevador.

— Ada...

—¡Ayuda!

Me levanté del suelo y me acerqué a ella, la tomé de los hombros e hice que me mirara.

—¡Tranquila! Ya no hay nadie en la empresa, nadie te escuchará. Ahorra ese oxígeno e intenta dormir — dije, separándome de ella

—¿Cómo quiere que duerma en este lugar, Bora bey? — preguntó Ada enojada

—¡Ada...no me digas Bora bey! Me ponen tenso, solo dime Bora — respondí nervioso

—¿Cómo quieres que duerma en este elevador...Bora? — preguntó Ada nuevamente

— No lo sé, te puedo prestar mis brazos y duermes en ellos — dije con una sonrisa

Ada me miró de mala manera y dejé de sonreír. Se cruzó de brazos y se sentó en el suelo del elevador. Yo me senté de nuevo recargado a la pared, a un lado de Ada.

— Dijiste algo sobre Defne, ¿Tienes problemas con ella?— pregunté con curiosidad

Ada rodó los ojos y me miró.
— ¿Quién no? Defne es insoportable. Desde que llegué, ha hecho mi trabajo pesado, no dudo que esto sea obra de ella — dijo Ada con fastidio

Yo volteé la cara y sonreí de lado.
— Bendita tus manos Defne — dije entre dientes

Ada me miró confundida —¿Qué dijiste?

— Nada. Y, ¿Tienes novio? — pregunté con simpleza, aunque por dentro moría que Ada respondiera.

Pero fue todo lo contrario, me miró de mala gana y rodó los ojos. Estaba estresada, había mencionado acerca de un artículo para entregar en unas horas y estaba atrapada conmigo.

— Lo siento, solo quería platicar un poco ya que estamos aquí — dije

—¿No habías dicho que ahorrara oxígeno? Bueno, es lo que estoy haciendo — dijo Ada enojada

Volví a voltear mi cara hacía otro lado y maldije en silencio. Ada me miró confundida.

—¿Ves? Lo haz hecho otra vez, te haz volteado y dijiste algo...

— Lo aprendí de ti, Ada — dije con una sonrisa

Ella se quedó callada y dibujó una pequeña sonrisa. Rodó los ojos y desvió la mirada.

— Siempre decías que cuando estabas conmigo, en cinco minutos pasaba algo y mira...

— Está vez los papeles se invirtieron, Ada. Cada que estoy contigo, en cinco minutos te pasa algo — interrumpí a Ada con una sonrisa, ella sonrió.

Recargué mi cabeza en la pared y sonreí.
Nos quedamos en silencio hasta que Ada habló de la nada.

— No...

La miré confundido y negué con la cabeza.
—¿Qué?

— La respuesta a tu pregunta es no. No tengo novio y no he tenido en tres años — dijo Ada con una sonrisa, sin mirarme.

Bajé la mirada y sonreí.
— Yo tampoco, no he tenido novia desde hace tres años y no pienso tener — dije con una sonrisa y Ada me miró de inmediato.

En Otra Vida | Baht OyunuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora