Había quedado helada con los sucesos de ayer y apenas había dormido pero cuando mi alarma sonó anunciando un nuevo día, supe que ya no podía faltar otro vez. El ruido de la alarma no sólo me había despertado a mi, curiosamente también había despertado a Kaiser quien solía dormir como un tronco, por lo cual sospechaba que no había dormido durante toda la noche. No estaba segura pero lo sospechaba.
"Buenos días, Kaiser" Le había sonreído esperando que él me respondiera alegremente como siempre aunque estaba segura de que no sería así pues ayer había metido la una vez más.
La culpa comenzó a asomarse cuando Kaiser tan solo me miró y giró su rostro al otro lado, dejandome ver su nuca. Sentía la necesidad de disculparme pero no ahora y no de esta forma.
No hice ningún movimiento, quizá por el miedo a hacer algo que le molestase, pero Kaiser tenía pensado algo distinto pues minutos más tarde se levantó y me dedicó una tierna sonrisa, como si nada hubiera pasado, como si todo estuviera bien.
El desayuno estuvo silencioso, Kaiser no me miró y ya no hubo ninguna de sus lindas sonrisas para alegrar el día. Le comenté que ya debía irme a clases y tan sólo asintió para luego seguir metido en su desayuno, al parecer su plato era lo mas interesante que había visto en su vida.
Una vez afuera, dejo salir un largo suspiro y comienzo a caminar hacia el establecimiento, pero con el pasar del tiempo, comienzo a sentirme insegura y un calor sube por mis mejillas al notar una pareja de ancianos mirarme de una forma para nada agradable. Si hay algo que odio de esta ciudad, son las personas de ella. Odio tener que aguantar todas esas miradas cada vez que salgo de casa, o cuando estoy en mi escuela.
Supongo que nunca me acostumbraría por más que lo intente.
Llevaba a penas tres o cuatro minutos caminando cuando las ganas de querer volver a casa recorrían todo mi ser. Tan solo fueron unas miradas y quería que el mundo se acabara. No podía creer lo sudadas que traía las manos y lejos de darme asco, me dio pena.
Mamá tenía mala fama por toda la ciudad. Durante su periodo de matrimonio sufrió constantes agresiones por parte de su ex esposo, quien desgraciadamente es mi padre. Mi madre tenía un miedo terrible de hacer alguna objeción contra el, pero entonces al no aguantar más maltratos, lo denunció. Lastimosamente, mi padre era una persona de negocios y sabía como controlar a la gente y mantenerse en juego, y fue por eso que la denuncia de mamá no sirvió para nada.
Mi padre, sintiéndose la persona más victoriosa, salió la noche después de ganar el juicio. Fue a no sé donde y conoció a una mujer, a una que sólo buscaba dinero, de eso estoy segura. Y para la suerte de mamá, un día papá se largó de casa, dejó los papeles del divorcio en una mesa completamente firmados y se marchó para así, no volver nunca más.
Aunque este evento debió ser lo mejor que pudo haberle pasado a mamá, la dejó con toda la carga social y cada vez que salía, habían mujeres hablando de ella. "Que es una mala esposa" "dejó a su esposo solo" "le fue infiel al hombre de nuestras vidas". Porque si, papá era reconocido por su atractivo y le tenían en un altar. Pero todos esos comentarios, eran mentira. Papá había destruido mi mundo y mi mundo era mamá.
Hasta el día de hoy, mamá no puede salir tranquilamente a la calle e incluso soy yo quien debe cargar con los malos comentarios también pero no me importaban lo suficiente pues ahora, mamá tenía a su pareja, quien es la persona más buena que he conocido en mi vida. La ayudó en toda la mierda que tuvo que pasar y logró hacer lo que mi padre nunca pudo.
La hizo feliz.
Faltaban unos 5 minutos para llegar a la bendita escuela, así que puse mis audífonos y fui todo lo que quedaba del camino escuchando música. Pero cuando llego, pienso que es la peor decisión que he tomado en muchos años. Hoy sentía que la gente me miraba más de lo normal pero estaba segura que no era así y que sólo había quedado con ese temor. Lo único que me mantenía contenta en este lugar, era la bendita graduación que sería dentro de poco. Luego de ello, se podría decir que una mala etapa se terminaría.
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Kaiser; Mi Mejor Amigo.
Hombres LoboDicen que el mejor amigo del hombre es el perro, pero aquella cosa gigante no podía ser mi perro. ¡No, Señor! °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° Una historia sobre una chica y su linda mascota que no es lo que parece ser. Se prohibe el plagio...