Prólogo

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Es un día lluvioso, el cielo estaba tornado de gris desde la mañana a pesar que ya era tarde. Llevábamos ya mucho tiempo en carretera y todo el viaje estuvo en silencio.

Desde que nos mudamos a Nueva York hace once años mi madre y yo no teníamos la mejor relación. Mi madre la mayor parte del tiempo se la pasaba trabajando y en realidad nunca me afecto, estar sola me gustaba me daba paz y tranquilidad y aunque no tenga hermanos me la paso muy bien. Nunca fui problema para mi madre siempre fui tranquila y era muy obediente así que no fui problema para ella.

Hace mucho no habíamos viajado a California para ir a casa de mis abuelos, a los siete años habíamos viajado mi madre y yo a Nueva York por problemas de mi padre y tío con mi madre, en realidad, nunca me contó eso no se le historia y ella nunca me la quiso decir a si que no le insistí.

Ya faltaba poco para llegar a casa de mis abuelos después de un largo viaje silencioso, sin embargo mi madre rompió el silencio en ese momento.

—Que vas a querer comer cuando lleguemos —dijo con la vista al frente en la carretera.

—Lo que quieras, no tengo mucha hambre—quedé mirando la gotas de la lluvia chocar con los carros y el viento sacudiendo los árboles.

Mi madre se giro para verme de perfil, ya que estaba viendo al frente, en cuanto percate que me miraba me gire hacia ella y ví que me miraba la chamarra que llevó puesta.

—¿Qué? —dije con brusquedad.

—¿Esa chamarra es nueva? —pregunta con curiosidad, apuntando a la dichosa chamarra negra con una imagen de Iron-Man.

—Me la regalo Regina ayer y Gus me regalo un vestido y un labial. —lo dije restándole importancia.

—Oh, es que no la había visto.— regreso su visita al frente —de seguro te extrañan mucho ahora.

—Claro...Pero Nehru me dijo que van a hablarme mañana.

Mi madre se concentró en seguir manejando y nos dirigimos a la entrada de la sona donde estan todas la casas. Yo seguí mi vista a la ventana viendo la gotas que caen en el cristal, mi madre estaba desacelerando para parar en un cemaforo, mire el carro que tenía a lado y Woooh era una camioneta nueva,negra hasta podía ver mi reflejo, mire por su ventana de atrás y ví a un chico.

Quede estupefacta por el chico, tenía el pelo desordenado y color gris humo y la piel tan pálida que casi parecía un fantasma, lo que me dio curiosidad es que tenía una camisa de fuerza un poco rasgada de algunas partes. Estaba de perfil y intente ver sus ojos pero una venda negra me lo impidio, sentí un escalofrío recorriendome la espina dorsal cuando el chico sonrió y se giro hacia mi.

Me quedé rígida en el asiento cuando sonrió más con la boca cerrada ¿¡PERO COMO SUPO QUE LO MIRABA!?. El siguio con su sonrisa patética y movió los labios pronunciando; "Me estas espiando,bonita".

Me quedé desconcertada por eso, pero me enojo que me dijiera bonita así que lo mire con curiosidad. El ancho su sonrisa y mostro los diente pero me di cuenta que, ¡TENÍA SANGRE EN EL LABIO! ¡PERO QUE!.

En ese momento los carros avanzaron y la camioneta negra se fue a la derecha y nosotras a la izquierda y después, los perdí de vista.

A través del relámpago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora