Capitulo 4: Un omega abandonado

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Mis ojos se vencen en el sillón de mi departamento, cansado, aburrido tras no encontrar nada en el televisor, me veo en un sitio oscuro, una carretera desolada caminando solo, con mis pies sangrantes, a lo lejos una pequeña cabaña, todo es desolado y triste, todo tirado en el piso y en medio de todo, aquel chico parado entre vidrios rotos, sangra como yo, le duele como a mi.

Lo veo estático, camina por la casa son buscar apoyo en nada, pasa a mi lado, lo veo cruzar la puerta con las heridas de sus pues siendo aún más sangrantes que antes, mi corazón duele, tengo a mi lado a un tío que no me abandona, y el a quien tiene? Quién le ayuda a seguir adelante?

Mis pasos me llevan hacia el, lo miro caminar y a su lado un lobo pequeño, con la cola y orejas caídas, apenas y puede sostenerse, un lobo moribundo que camina por inercia, el chillido de algo tras de mi hace que mire hacía atrás, de la sombra lo veo salir, mi lobo herido, se sienta a mi lado, mientras observamos a aquellos dos.

Mi lobo canina sin mi, lo sigue a el, buscando protegerlo, es eso posible? Aún tiene ganas de cuidar a alguien? Cuando lo han lastimado tanto? Los sigo, aquel lobo apenas y puede caminar, el mío chilla preocupado, cuando lo ve vencido en el piso, lo levanto del suelo, esta tan liviano que asusta.

Despierto asustado al mirar que ha dejado de respirar, asustado porque el murió, mi corazón late, late como desquiciado, por qué lo sueño? Me siento incluso preocupado por su existencia? Es mi instinto protector que me llama a cuidarlo?

Salgo de mi departamento, son las 6 de la mañana, miro gente correr, me siento como un estúpido sin rumbo fijo, doy varios pasos mirando una caravana regalando comida a gente pobre, mientras se toman fotos quizá queriendo hacer alarde de sus buenas acciones, y el está ahí, formado, esperando por un poco de galletas, atún y varias cosas diversas acomodadas en una bolsa transparente.

Me duele la vida, me duele el alma, el también debe sufrir, lo tengo todo, soy millonario a su lado, esperando con el que llegue su turno, parezco una especie de idiota, lo sé, no es mi vanidad, es algo que me llama hacia el, es algo que me dice que debo protegerlo, quizá un deseo ocultó para dejar de sentirme un ser inservible.

Lo vi partir, lo vi caminar solo, solo como yo, lo miro a el, me miró a mi, soy gris, el también, ahora no importa que me hayan destrozado a mi, pero el? Por qué el?

—¿Sabes que no merecía lo que le pasó cierto?— sin planearlo Jae Jong llegó a mi lado.

—No, el menos que nunca— suspiré, mientras mis ojos no se apartaban de el. 

Mis ojos seguían fijos en aquel chico, mi tío y yo lo observamos desaparecer entre la gente, mis puños se apretaron pensando en lo difícil que deberia estar solo, ciego y con un lazo roto, que clase de alfa elegiste, Saengie? Que clase de alfa es capaz de abandonar a un inocente ser? Estás seguro de construir tu felicidad encima de la desgracia de alguien más?

Desde aquel día lo buscaba, a la misma hora, en el mismo lugar, lo miraba cruzar el parque, a veces detenerse, parecía un acosador, una mujer que vendía flores en el parque me observaba, siempre lo hacía —Es un chico muy dulce, ¿Cierto?— la voz de la mujer me saco de mis pensamientos.

—¿Lo conoce?— pregunte.

—Claro, conocía a su madre la señora Heo, partió de este mundo hace algunos años, el ha estado solo desde entonces, no tiene a nadie, fue abandonado por su alfa, el muy canalla lo dejo aún sabiendo de su condición por otro omega que parecía una muñeca.

—¿Usted cómo lo supo?

—Yo vi a su alfa varias veces con aquel Omega, Saengie me lo dijo entre lágrimas, también fue abandonado, intenta ser fuerte, lo único que tiene es ese perro que lo acompaña, es muy pobre, el lo dejo sin casi nada, apenas puede subsistir, enseña a chicos discapacitados a valerse por sí mismos, me da tanto miedo no verlo cruzar más por el parque— Me maldije a mi mismo.

—¿Por qué me dice esto? Soy un completo extraño.

—Vi que vino con el señor Jae Jong el otro día, el es de los pocos que se han preocupado por Young Saeng, si está en sus manos ayudarlo, hágalo por favor.

Un Omega abandonado, con un lazo roto, ciego, es bien sabido que los omegas son los que sufren más después de que un alfa lo abandona, algunos mueren de tristeza, Jae Jong tenía razón, soy lamentable porque así quise ser, porque no soy el único que sufrió, el también lo hace.

A lo lejos lo mire caminar, seguí sus pasos, se sentó mientras trataba de comer un durazno, que saco de una pequeña bolsa transparente, su perro estaba hechado a su lado, que levantaba su hocico viendo a las palomas, como un perro travieso se soltó de su agarre para correr —¡Art! ¡Art!— el se levantaba desesperado gritando por su perro, yo camine a prisa logrando agarrarlo de la correa, el pero era obediente, me acerque a aquel chico— Aquí tienes a tu perro— le entregué la correa en sus manos.

—Gracias, siempre me ayudas, eres muy amable.

—Que dices?— me sorprendió aquella palabra que utilizo "siempre".

—Si, te reconozco por tu aroma.

—¿Mi aroma?

—Vainilla con miel, tienes un aroma muy especial, a pesar de ser un alfa, eres un alfa especial, un aroma dulce aunque algo agrio, a ti también te rompieron el corazón?— me quedé callado, ante su comentario, me sonrió de nuevo —Que tengas una buena tarde.

Era un ser dulce, azotado por el desamor, como yo pero sin duda mucho más fuerte que yo, soy un alfa, el un omega, me ha dicho que soy especial, si supiera que soy más ordinario, si supiera que no tengo nada de especial, ¿Aún así me diría eso?

Lo mire caminar con una entereza, me sentía un completo estúpido, un ser vulnerable y débil que no tenía aprecio por mismo, que no era capaz de librar sus batallas sin ser miserable, ese pobre chico tenía todo para tirarse a la depresión como yo, y no lo hizo, ser un alfa significa supremacía, estaba lejos de serlo, aunque era obvio quizá si lo era, era un supremo idiota que se había dejado caer, ahora aquel Omega me daba una lección de vida.

Cada lo esperaba, sabía dónde se sentaba, la mayoría del tiempo lo observaba a la lejanía, preocupado, pensativo, rompieron el lazo y el se veía de pie, aunque con el tiempo su cara y su cuerpo se volvieron más delgados, siempre con gafas negras y una gorra, un ser valiente, un ser tierno que no merecía nada de lo que le estaba pasando.

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Espero que les haya gustado ☺️

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Creo que son todas, si me falta alguna por favor dígame.

Bueno...

Ya me voy! ❤️

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