Capitulo 12: Lo que nos une

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Me uni a él, fue mío y yo suyo. Me hundí en su arma a todas, me deje llevar por su esencia abrumadora y yo no, no lo vi a él, no pensé en él, no lo imaginé. Kim Hyung Jun dejo de estar en mi radar, dejo de estar en mis pensamientos, esa noche estuve plenamente consciente de a quien le hacía el amor y que cuerpo me movía al placer, mis colmillos cosquillearon por la nuca de alguien más, por la piel de otra persona y no era mi destinado.

Desperté con sus brazos enredados en mi cuerpo, aquella sensación cálida en mi pecho no se esfumaba, es acaso la unión? El lazo que compartimos? Sus ojos se abrieron y la necesidad de cuidarlo aumentaba aún más.

Lavaba su cuerpo como si en mis manos tuviera lo más preciado, como si en mis manos tuviera la joya más costosa, el reía como un niño haciéndome travesuras, no podía evitar que su risa me contagiara, ¿Puedo volver a amar? ¿Puedes ser más que un remplazo para mí? ¿Puedes ser más que la cura del desamor? ¿Tengo permitido volver a amar?

Salí a comprar algo de comer, sin embargo el silencio del departamento me hacía sentirme nervioso, el golpe de aquella esencia me nublaba mis sentidos, significaba que aún su celo no pasaba, camine a paso lento pisando fuerte para que él me escuchará entrar a la habitación que compartíamos, mis manos sudaban porque lo tendría en mis brazos una vez más.

El nerviosismo aumentaba, llegué a aquella habitación, abrí poco a poco la puerta, él no estaba en la cama, mire por todos lados mirándolo sentado en un pequeño sofá, sus piernas eran rodeadas por sus manos, él gruñía al oírme una clara señal de que me esperaba.

Camine liberando mi aroma, él seguía arisco a siquiera acercarse— Saengie...— mi voz se estaba haciendo ronca, fuerte prueba de que su esencia no era pasada por desapercibida por mi lobo, una señal de nuestra unión, él olfateaba ni esencia dejando de estar tenso.

Llegue a su lado, acariciando su rostro—-Young Saeng... Saengie...— acaricie sus mejillas, sus labios, él hacia de lado su cara para profundizar más mis caricias, como si pudiera ronronearme, lo tome de su mano para levantarlo, paso sus brazos rodeando mi cuello, dándome un beso, que correspondí deseoso de su calor.

Mis manos lo tomaron con fuerza de su cadera mientras me perdía en sus labios, él dio un pequeño salto para enredar sus piernas en mi cadera—Alfa...— me decía al oído haciéndome temblar—Omega...— le respondí tumbandolo en la cama dispuesto a hacerlo un desastre aún mayor al que había hecho.

Mis labios recorrieron su piel como si fuera una droga, como si fuera el dulce más exquisito al paladar como si no hubiera mañana.

Hice mío su aroma, su piel, le bese hasta la sombra, fui su oxígeno y él, él lo era todo en esa habitación nadie más estaba presente solo él y yo.

Su celo paso. La unión se hizo profunda, limpiando todo, volví a encontrar aquella libreta de información, la idea de cumplir su sueño no paso desapercibido, aquella casa donde albergaba la añoranza de una familia con aquel mal amor, ya no era de mi agrado, si pudiera servir más que para un viejo recuerdo, no lo haría a un lado.

Revisaba mis exámenes mientras la lluvia caía, en paz tomaba un poco de café mientras el jugaba con Art, puse algo de música sintiendo tranquilidad, sintiéndome completo, sin sentirme solo. Mi celular sonó confirmandose la transacción que deseaba recibir, para así confirmar aquella cita que lo haría feliz.

El comenzó a bailar de nuevo. Suaves movimientos aún tímidos y topes, tomé su mano y lo acerque a mi, mis dedos acariciaron su cintura logrando sonrojarlo—¿Puedes enseñarme? Creo que tengo 2 pies izquierdos— soltó una risita nerviosa.

Él me guiaba mientras mis pensamientos estaban perdidos en su presencia, en su manera de ser, en su esencia—¡Pon atención, Hyun Joong!— Me dio un golpe apenas doloroso en mi hombro.

—Tienes la culpa de mi falta de concentración.

—¿Yo? ¿Yo que tengo que ver?

—Tu me desconcentras, me pones nervioso— hizo gestos sin creerlo.

—Que tonterías dices...

—Es la verdad... Me pones nervioso, porque me gustas, me gustas demasiado.

—¿Como un Omega como yo tendría que gustarte?

—Eres hermoso Saengie, muy hermoso— acerque sus labios a los míos y lo bese angustiandome con necesidad y anhelo como si con un buen beso pudiera demostrar lo que él me estaba haciendo sentir.

El temblaba en mis brazos,  haciéndome sentir jodidamente feliz, si, feliz... Porque él era un hombre con una alma inocente que confío en mi a pesar de lo difícil que ha sido su vida y eso es la mejor recompensa, que pude tener.

Las noches de soledad fueron llenadas con su presencia, las tardes de café eran amenazadas con su hermosa voz cantando, mi lobo se sentía encantado por su presencia, por su sutileza poco a poco un día se volvió una semana, una semana un mes, un mes en dos, en tres y en cuatro.

Cuatro meses despertando a su lado, cuatro meses sintiéndome feliz con su presencia, cuatro meses compartiendo cama y calor, ¿Esta mal desear que esto nunca termine? ¿Esta mal?.

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Espero que les haya gustado ☺️

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Creo que son todas.

Bueno...

Ya me voy! ❤️

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