014 » partida

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SeokJin supo que esa mañana sería atareada, lo supo desde que tuvo que abrir los ojos incluso cuando el sol aun no había salido.

Y cuanto se arrepentía de haber estado deacuerdo en primer lugar con EunHye sobre comprometer al heredero de White Hawks con el futuro rey de Castle Blue, mientras caminaba entre los caballos desorientados y jovenes soldados inexpertos, temerosos de la guerra a la que ahora partirían; fugazmente se vió a sí mismo reflejado en ellos, como un recuerdo de cuando era un simple niño de trece años entre las filas de los grandes generales de YoonHyo.

Recordaba la mirada seria de aquel hombre mirar a cada uno de los jovenes que querían formar parte de su nuevo ejercito, buscando a solo los más perfectos y rudos, por lo que el pequeño joven Jin de apellido Kim, al cual juzgaron diciendo que era uno falso, puesto que su apellido era copiado de una casa de grandes riquezas mientras que él solo pertenecía a un hogar pobre que se caía a pedazos, pusó una cara ruda, queriendo ser elegido. Queriendo ser el mejor, alguien que llamara la atencion del nuevo rey, que le hiciera sentir orgulloso de colocarlo en su ejercito.

Sonrió de sí mismo ante la imagen de aquel hombre de joyas y armadura detenerse frente a él para mirarlo bien; a él, un niño con un escudo de plata que brillaba limpio, contrastando con su piel que llevaba manchas de tierra como su ropa arapienta.

Hasta pudo oir la risa de YoonHyo antes de recitar las palabras que comenzaron su verdadera vida, tan lejana tal cual un viejo recuerdo desgastado después de quince años, cuando ahora ya le habia dicho adiós, incluso cuando no lo deseaba.

Visualizó la cabellera rubia y reluciente de NamJoon entre los soldados y generales, por lo que apuró el paso hacia él. No quería tener a guerreros detras de él molestandole tan temprano con dudas sobre como terminar de manejar una espada, lanzar una flecha, que hacer si el hilo de su arco se rompía o si habría paradas antes de llegar a Tall Deer.

Él no se había encargado de nada de eso por alguna razón en primer lugar.

─ Señor SeokJin, buenos días.

Jin se inclinólevemente en una reverencia simple, puesto que su relación ya no era demasiado formal para tener que estar teniendo un respeto tan estricto ente ellos.

─ ¿Como va todo?

NamJoon hizo una mueca, volviendo la vista hacía los caballos que comenzaban a formar hileras para salir en orden por la puerta hacia los terrenos libres, fuera de Castle Blue.

─ Desastroso.─el rubio comentó.─El plan es cabalgar hasta Los Lagos de Hierro; pasaremos la noche para descanso de los soldados ademas de los caballos, y luego tomaremos el atajo de la izquierda para cruzar el Bosque de las Hiedras, así que llegaríamos a los bordes de Tall Deer para antes del amanecer siguiente. Acamparemos algo lejano para actuar como defensa.

SeokJin asintió, a pesar de que aquel plan no terminaba de convencerlo realmente; no podia decir mucho tampoco, puesto que ya estaba hecho y no tenía poder alguno contra la palabra de decisión de una guerra en la que no tenía nada que ver.

Y, a pesar de que pertenecía a una de las casas mas poderosas del valle, era mejor no entrometerse en realidad.

Se convenció de creer que la cantidad de soldados que veía irse por la puerta serían suficientes para ello, contando que ellos como alianza nada más. Junto al ejercito que el noroeste debía de haber preparado, estarían bien.

Se descolocó levemente cuando NamJoon lo abrazó de un momento a otro, hasta que sintió las tipicas palmadas en su espalda e inmediatamente hizo lo mismo. Una parte de sí mismo quisó susurrarle que volvería a casa sano y salvo, solo para que no estuviera asustado por formar parte de una guerra sin sentido. O, bueno, a una que sí lo tenía pero no debería sentirse obligado a ir solo por ordenes de su padre.

moonblood ↬ namgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora