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Carta 3:

Seguí mi vida normal después de esos encuentros, ¿sabes? Mi mamá siempre me dijo que yo era una linda chica que se merecía mucho más de lo que creía. No me valoraba lo suficiente, mi autoestima no estaba por los cielos, y quizás por eso es que pensé que nunca sería digna de tenerte, ni siquiera de que me echaras unas cuántas miradas casuales algún día.

El punto es que seguí con lo mío, salí con unos cuantos chicos, inlcuso lo intenté con algunas chicas. ¿Sería muy raro que dijera que pensaba en vos cada vez que estaba con alguien? La respuesta es sí, lo sé. Pero no podía evitarlo. Veía tu sonrisa en todos lados, tu manera de reírte a carcajadas. Hasta llegué a pensar que podía estar experimentando esquizofrenia.

Qué loco, ¿no? Yo sólo estaba enamorada... Y ni eso. Yo me había enamorado de la imágen que había creado de vos en mi cabeza. Y no sólo con las dos veces que te había visto, también por los videos que vi tuyos en internet, en tu instagram, stalkeando a tus amigos e incluso espiando tus conversaciones con mi hermano. Tenía actitudes muy enfermizas con vos, ahora lo puedo ver y pienso en que estaba muy mal. Pero antes, en mi defensa, debía admitir que me sentía muy sola y estaba muy, exageradamente, necesitada de amor. Y necesitaba alguien que llenara mis expectativas.

Y entonces llegaste con tu actitud tan simple y hermosa y hiciste temblar mi mundo entero.

Ojalá eso se hubiera quedado como una obsesión del momento.

Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora