D E M I A N F R E I D E R
Reportera 1: Hoy a las una y media de la mañana, se encontró un coche estrellado en una de las calles alejadas de la ciudad. Dentro del coche estaba el cuerpo de una joven cuyo nombre es privado.
Demian, repentinamente interesado, acercó una mano al estéreo de su coche y subió el volumen sin despegar la mirada del frente de la carretera.
Reportero 2: No se sabe a ciencia cierta si el choque fue accidental o intencional. Se especula que la joven quiso acabar con su vida al enterarse de la muerte de su enamorado. Ahora mismo se encuentra en terapia intensiva.
Demian sonrío irónicamente y sacudió la cabeza un par de veces.
—Patético— se burló.
Reportera 1: Los policías siguen investigando el caso. Nosotros estaremos informando todo por aquí, así que sigue acompañándonos aquí, en la–
Demian estiró la mano y apagó el estéreo, cansado de esos aburridos casos que se presentaban hoy en día.
F R E Y A F E R S B Y
—... así mismo es como deberías comportarte, Freya.
La aludida resopló y lo miró una última vez con desdén antes de darse la media vuelta, dispuesta a irse, solo que unas manos se cerraron en torno a su muñeca como grilletes. Hastiada, lo miró por encima del hombro.
—¿Algo más que añadir, Kaylan?— enarcó una ceja, soltándose de su agarre.
—La verdad es que si— asintió, poniendo una mueca superioridad—. Soy tu pareja, deberías reflexionar sobre las sugerencias que te estoy dando.
Freya resopló de nueva cuenta y negó con la cabeza, plantándose con el mentón en alto.
—¿Tus sugerencias?— sonrió irónicamente—. Esas no son sugerencias, Kaylan, básicamente estás diciéndome que debo comportarme con las mujeres de los años treinta. Sonriendo de boquita cerrada y que solo me observen como si fuera una estatua cualquiera en un museo.
—Recuerdame en que momento dije eso, porque según yo, solo te planteé que no deberías comportarte como una persona altiva y demandante, con aires de máxima superioridad— replicó él chico.
—Me has dicho que solo debo pararme y sonreír sin mediar palabra y, según yo, no sonó muy a sugerencias— hizo una pausa—. Así que mejor va siendo hora de que te saques esas ideas de machista irrespetuoso de una vez por todas porque no voy a dudar al irme si es necesario.
—Freya— sentenció.
—Freya un carajo— alzó la voz—. Si fuera por mi, no estaría aquí. Ya estoy harta de esta farsa de matrimonio planeado, Kaylan, así que te lo advierto una vez más— le clavó el dedo índice en el pecho —. Vuelve a hacer una de tus sugerencias y se termina todo. Aunque nuestros padres me odien, no me va a importar con tal de no escuchar ni una vez más tu demandante voz.
Kaylan por fin se calló y Freya se dió la media vuelta para marcharse, esta vez, sin interrupción.
Al salir del edificio, Freya se apresuró a cruzar la calle sin molestarse en mirar hacia los costados. Estaba demasiado furiosa. Y, oh, fue un gran error. Un Lamborghini negro casi la lanza a otro planeta.
Freya, irritada, se levantó del suelo y rápidamente sintió un fuerte dolor en el brazo derecho.
El chico del Lamborghini se acercó a paso apresurado después de aparcar el coche y la miró como si fuera la causa de todos sus problemas.
—¿Se puede saber que te pasa, idiota?— le espetó—. ¿Acaso no te enseñaron a cruzar la calle?
Freya se contuvo para no pegarle un puñetazo.
—A ver, primero me bajas el tonito. Y segundo, ¿a ti no te enseñaron a manejar con precaución?
D E M I A N F R E I D E R
Sintió como la sangre le subía a la cabeza cuando la mocosa esa le hablaba.
—Primero que nada, yo no soy él que cruza como un loco una carretera muy concurrida que, muy probablemente, las posibilidades de salir ileso sean nulas— la chica con cara de culo abrió la boca para replicar pero no la dejó—. Así que, ni se te ocurra decir una cosa más ni mucho menos amenazarme con ponerme una denuncia porque no estás en posición para nada de eso. Así que, adiós— se dio la vuelta para irse pero en cambio sonrió de lado y volvió a girarse hacia la chica—. Ah, y la próxima vez que cruces la calle, ten cuidado, no vaya a ser que un Lamborghini te mande a otro universo.
Dicho eso, se dio la vuelta y volvió a subir al Lamborghini mal aparcado.
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Yeux Sombres
Misterio / SuspensoFreya Fersby, una chica joven de veintiún años. Se destaca por pensar con la mente fría y carecer de emociones a la hora de tomar decisiones difíciles. Fue estudiante de criminología y criminalística pero no pudo concluir su carrera por motivos espe...