- Puedes porfavor dejar de lado tu odio y ver mas allá, verme a mi.
- No se quien esta mas jodido soldado, tu que traicionas a tu gente, o yo olvidandome a que vine. Lo siento, pero me quitaron algo importante, debo devolverles la moneda.
- Puedes...
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Edith tiene pocos recuerdos de su vida de humana, realmente no tenia mucho que recordar, sus hermanas la protegieron desde que nació, pero eso significaba esconderla, mantenerla encerrada del mundo que les lastimaba, como si no existiera para evitar salir herida.
Las tres eran hijas ilegítimas, vivian en una casa acomodada, pero Anne y Victoria trabajaron de sirvientas a edad temprana, su padre aun así las maltrataba cuando podía sin justificación, el y su esposa, aunque era entendible para la mujer de su padre, ver a las hijas de la mujer con la que su esposo le engaño debio ser un martirio para ella, mas si todas vivían bajo su propio techo.
Anne siendo la mayor de las tres era la que recibía todo el abuso el doble por sus dos hermanas pequeñas, por suerte Edith nunca fue golpeada por su padre o su esposa ya que Victoria la escondía cada que el iba a desquitar su ira con ellas.
Edith no tiene recuerdos de su padre, menos de su madre, Incluso olvido el rostro de ambos, solo recuerda vivir como un ruedor en aquella casa, escondida todo el tiempo. No vivían bien ahí, por eso tomaron una decisión.
Las cosas no mejoraron cuando se fueron de esa casa.
Decidieron trabajar para otra casa aristocrática, Anne de sirvienta, Victoria como sirvienta de cocina, y Edith siendo escondida en aquella casa, nadie sabia que ella estaba ahí, Anne y Victoria lograban esconderla de todos, para la gente a su alrededor solo eran dos hermanas, la pequeña se mantenía en el cuarto encerrada y cuando sentia que alguien venia se escondía en cualquier lugar para no ser descubierta, Anne y Victoria compartian su comida con ella, Victoria facilitaba eso cuando robaba comida de la cocina.
Las mayores siguieron recibiendo maltratos del amo de la casa, pero podian soportarlo, no deseaban irse a las calles, Victoria aun era pequeña y Edith era una niña de tan solo nueve años.
Ella tiene recuerdos con lagunas borrosas, no recuerda mucho, pero si cosas especificas, no supo que paso en la casa a la que sus hermanas trabajaban, ni porque habian terminado en una casa de un proxeneta de un día para otro, pero fue ahí donde tuvo sus primeros recuerdos felices. Una día lluvioso, en donde las tres hermanas dormian juntas, comodas, sin miedo a que alguien encontrase a Edith, claro que esa felicidad se termino muy pronto.
Fue muy rápido y sin que ninguna lo esperase, una noche Anne se fue y no regreso, Victoria tomo su rol y protegió a Edith con uñas y dientes, no dejo que nadie le tocase. Con el tiempo las dos hermanas desarrollaron un talento innato para escabullirse y esconderse, Victoria y Edith llamaban mucho la atencion por sus cabellos anaranjado brillante, pero aun con eso en contra se sabian esconder bien, sabían como pasar desapercibida y no llamar la atención de los demás, lograr que sus presencias sean casi invisibles, mantenerse callada y no moverse rápido era lo que se decían una a la otra, solo así sobrevivirían.
