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La mejilla aún escuece a Gordon mientras él se aleja del estudio del duque. El camino que él tiene que recorrer de allí hasta la cocina es uno largo, y por desgracia, hay ojos curiosos por el pasillo que él desearía evitar. Sin embargo, en la vida hay obstáculos que uno debe enfrentarse de frente, por fastidiosos que estos sean.

— Buenos días, sir Gordon. — Las criadas agachan la cabeza en señal de respeto, pero es evidente la curiosidad estampada en el rostro de ambas.— Oh, cielo santo. ¿Está usted bien? — La más joven de las dos, pregunta.

— Perfectamente, Adelaide. — Por un momento, Gordon acaricia la mejilla lesionada antes de alzar la cabeza en alto, y mostrar el semblante serio típico en él.— ¿Desean algo de mí señoritas?— Inquiere mientras observa los muebles que hay por el pasillo con detenimiento. Él no tarda demasiado en encontrar inconsistencias allí.

— ¿Ocurre algo sir? — La más alta de las dos, pregunta con falsa inocencia.

— Sí, la mesa no está limpia. — Él señala el objeto de forma tajante, haciendo así que ambas criadas se sonrojen violentamente. — ¿Qué esperan para ponerse a hacer vuestro trabajo? ¿Es necesario que yo os lo recuerde?

— ¡No sir! — Las dos responden a unísono poniéndose en marcha no mucho después.

Sin embargo, tras él encaminarse a la cocina sin voltearse ni una sola vez, Gordon es aún capaz de oír perfectamente el cuchicheo de ambas jóvenes que dejó atrás.

"¡Qué indecoroso de lady Evelyn! ¡Una desquiciada ni más ni menos!" Comenta la más alta.

"Y pobre del señorito Lave y lady Rebecca al tener una hermana así de bruta." Añade la otra. "Justine es desafortunada también. Verse obligada a servir a una señorita de tal calaña..."

♣♣♣

Evelyn sale del despacho con la cabeza en alto y una sonrisa plasmada en el rostro. Ha sido un desliz el haber castigado al mayordomo en frente del Duque, pero uno necesario.

Es la segunda vez que Gordon afronta Evelyn de manera directa. Y si ella quiere que la respeten, es necesario tomar acciones ahora.

"Es preferible ser temida antes que rechazada." Ella concluye al ver como dos criadas están encorvadas mientras limpian de forma rigurosa uno de los muebles en el pasillo.

Evelyn no es tonta. Por lo rígidas que están las dos, solo puede significar una cosa: Que ambas han escuchado la conversación con el Duque. Y no tardará en alastrarse el rumor por la mansión.

"Desagradable." Evelyn concluye de camino a su habitación sin molestar en saludar.

Una vez dentro, ella se acerca al tocador y busca entre el desastre que hizo antes. La carta de invitación al baile estival está tirada por el suelo también. No que a Evelyn la importe.

— ¿Dónde está? — Ella busca por un rato más hasta dar con ello. Un pequeño frasco de ungüento. Ideal para heridas y ronchas. Con suerte, también servirá para marcas. — Perfecto.

Una vez con el objeto en manos, Evelyn se dirige a la puerta, descubriendo con alegría que las dos criadas todavía siguen allí. Fingiendo que limpian el mismo sitio de unos minutos atrás.

Ridículo.

--------------Notas finales----------------

Feliz navidad a todos y todaaas. ¡Y que tengan un feliz año!

Nos vemos el 25 de enero mi gente.

Un amor de villana [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora