Un amor de villana [Hiatus]

Extra Nr1 - La redención del caballero, y el precio que él pagó por ello

La puerta del despacho del duque chirría de forma molesta tras abrirse de par en par.

El ambiente lóbrego y falto de vida, se rompe por el sonido desafinado de la madera.

Ya no hay risas en la mansión Tulipe, solo sombras de un pasado marchito. Los transeúntes incluso, que pasan en carruaje por los alrededores de la propiedad la ven gris. Donde alguna vez hubo luz... Ahora apenas la ahuyenta.

Entonces, manos furiosas golpean la mesa del duque hasta que los nudillos se le crujan por el esfuerzo. Sin embargo, el patriarca apenas se inmuta ante tal acto salvaje del único hijo que le queda.

—¡Era inocente! — El caballero vocifera dando un último golpe sobre la mesa, con un papel aplastado entre las manos. Él no lleva el casco puesto ahora, pero apenas hay diferencia, ya que posee la mirada vacía. Alguna vez, hace mucho tiempo, el caballero ha sido un noble. Sin embargo, todo lo que le queda ahora es un nombre: Lave. — ¡Por favor! Dime que al menos has intentado investigarlo por tu cuenta.— Él encara al duque, pero silencio es la única respuesta que recibe como consuelo.

—No deberías de actuar así con tu padre, sobrino mío. — La voz de otra persona en el despacho sorprende a Lave por momentos. Él se voltea para ver que Benjamín, su tío, está presente allí también.

—Tío. — Como se espera de él, e independiente del enfado que le pesa en el pecho, Lave se recompone y hace una reverencia al noble. Benjamín asiente.

Lave entonces vuelca la mirada en el papel que lleva en manos antes de tirarlo sobre la mesa con rabia. El duque tarda unos segundos en cogerlo y observarlo. Una vez lo hace, su expresión de indiferencia se convierte en una de piedra.

—He ido al boticario que preparó el veneno.— Lave explica como quien da un informe al capitán de la armada.— Él me enseñó la firma de Rebecca en su libro de contabilidad.— Señala el papel que el duque sujeta.— No es una falsificación como podéis ver.— Traga saliva.— Lo interrogué por un largo rato, y al final, me confesó que Rebecca fue a visitarlo con una gran cantidad de monedas de oro. Por eso él facilitó el veneno. Un trato es un trato al final del día.— Es conciso.— No fue un asesinato, sino un suicidio.

El semblante del duque se oscurece de repente.

—Evelyn también había contactado con el mismo boticario. — William replica a modo de defensa.— ¡Los criados han encontrado un frasco parecido en su alcoba!

—Media ciudad de Gables tiene cuenta en ese boticario, padre. ¿Los convierte a ellos en asesinos?— El caballero fulmina al duque con desagrado.— Sin embargo, y aún con la duda en mi corazón, solicité que el mismo boticario investigara que es lo que había en el frasco encontrado en la alcoba de Evelyn.— Gesticula el brazo de forma rígida.— Por suerte, quedaron vestigios del contenido, y se pudo descubrir que era.— Lave espera unos segundos a que el duque diga algo, lo que sea. Pero para desconsuelo del caballero, William sigue tan callado como cuando Lave entró por la puerta. El joven ni se molesta en observar a su tío en busca de alguna reacción.— Medicinas para dormir. Esto es lo que era, padre. — Responde finalmente.— He oído que Evelyn aún seguía haciendo triquiñuelas de las suyas con Rebecca. Pero ella, jamás haría algo tan terrible como asesinarla.

—¿Y qué quieres que haga ahora Lave?¿Qué me arrepienta de ello? Esa niña ha hecho la vida imposible a tu hermana y a los demás.— Tras escucharlo, el caballero no tarda ni medio segundo en coger al duque de la corbata y acercarlo hasta él. La mesa que los separa, por grande que sea, no parece ser una molestia para Lave. Sin embargo, el joven siente que Benjamín se está acercando, por eso con la mano libre, le hace una señal para que su tío se quede en dónde está.