Capítulo V

776 100 6
                                    

De ser un alfa y tener un novio beta

Yaoyorozu siempre le había dicho cuánto admiraba su autocontrol. Todoroki no tenía problemas en enfrentarse a ninguna clase de feromonas. De hecho, en alguna práctica en primer año, había tenido que luchar contra Midnight y su kosei no lo había afectado tanto. Podía ayudar a omegas en peligro sin perder la cordura y lidiar con alfas problemáticos. De hecho, a su agencia solían llegar solicitudes de ayuda de esa índole, pese a que eran misiones más adecuadas para otros héroes beta.

Era curioso. Y más cuando Momo lo exponía con una presentación de diapositivas. Le hablaba sobre la fisiología de los alfas como si él fuera un neófito al respecto. Sin embargo, prefería quedarse callado cuando ella lucía tan apasionada mientras hablaba. Aunque prestó atención cuando el título de "Alfas y el amor" apareció con un efecto de animación de énfasis en la pantalla.

—Parece que al fin capté tu interés —mencionó Yaoyorozu, ajustándose unos lentes que había empezado a usar en su tercer año cuando le diagnosticaron miopía—. ¿Ha pasado algo con Midoriya?

—Nada que no deba pasar.

—Creo que necesitaré que seas más específico.

—Solo nos hemos besado. —Se encogió de hombros.

Yaoyorozu alzó las cejas, sorprendida quizás porque su amigo no hubiera pasado a ligas mayores, con lo enamorado que se veía. Shouto curvó los labios cuando, a través de la pequeña ventana en la computadora, vio como Momo intentaba frotarse un ojo, chocaba con el lente y soltaba una imprecación en voz baja. Era tarde por la noche, pero Todoroki nunca había podido negarle una videollamada a su mejor amiga desde que salieron de la academia, y más cuando iba precedido de un "tenemos que hablar".

—Bueno, mi pregunta será sencilla: ¿qué quieres hacer con Midoriya?

—Mas bien, qué no quiero hacerle... —susurró.

—Voy a necesitar que elabores.

—Pues últimamente extraño nuestros días en U.A. —empezó—. Pero cada vez quiero besarlo más, tocarlo más y... —Tomó una bocanada de aire, dispuesto a soltar hasta el más pecaminoso de sus pensamientos.

—Sí, bueno, entiendo a qué te refieres —carraspeó Momo, nerviosa—. Y eso es normal.

—Lo que no es normal es hacerlo de la forma en la que lo hago, Yaoyorozu. Deseo marcarlo, impregnarlo con mi olor, protegerlo del mundo. No sabes la ansiedad que me da verlo partir a cada misión y regresar con un nuevo rasguño. Es frustrante no estar para él.

—De nuevo, es normal —asintió Momo—. Yo también quisiera hacer eso con mi pareja, y es algo que se remarca aún más cuando las feromonas de alfa u omega de otra persona se compenetran con las tuyas. Y allí es donde está lo raro.

—¿Porque Midoriya es beta?

—Exacto —coincidió—. Deberías desear marcarlo solo cuando estés en tu celo, no siempre.

—He estado tomando mis supresores, así que no sabría decirte...

—No, Todoroki —negó y se escuchó el clic de la tecla cuando la golpeó con su dedo.

En la pantalla se leyó otro título con una animación igual de rimbombante que la anterior.

«Almas gemelas»

—Lo siento —dijo Momo—. No me dio tiempo de elaborar más en el apartado anterior; ni siquiera puse imágenes. Cementoss estaría decepcionado de mí.

—¿Almas gemelas? —susurró Todoroki, mirando de forma críptica la figura de Momo que lo observaba con solemnidad.

—Es a la conclusión que he llegado.

Guía para lidiar con un alfa... y no morir en el intento (TodoIzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora