-Preciosa locura-

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Kirito and Sinon.
   Él sabía, tenía bien en mente que todo esto era una maldita locura; y a pesar de saberlo bien seguía aquí, seguía yendo a ella, seguía cayendo en ese juego.

   Había intentado alejarse hace tiempo, pero no lo soportó, se había acostumbrado tanto a ella, a su rutina, a sus salidas, que cuando intentó alejarse se dio cuenta que su vida era un vacío insoportable.
   Por eso es que ahora estaba aquí, nuevamente, junto a ella.

   La miraba a los ojos, sentía un remordimiento en los más profundo de su mente, aunque cuando la vio sonreír ese sentimiento fue opacado por el amor, el cariño, la emoción.

   — Ven, no hay que perder tiempo. Te extrañé mucho estas semanas.

   Eso fue suficiente para dejar sus ideas culposas y todo aquello ajeno a ella.

   Sonriendo con una alegría inimaginable la abrazó con fuerza y la llenó de besos por toda la cara. Él también la había extrañado demasiado todo ese tiempo, ni siquiera sabe cómo diablos conservó la cordura al no tener contacto con su amada.

   — Ya, ya, recuerda que estamos en la calle.

   Dijo ella sonrojada pero conservando su preciosa y cariñosa sonrisa. Él, con pesar dejó de besarla, más no apartó su brazo de su cintura y así caminaron juntos por la vereda. Él ni siquiera sabía a dónde se dirigían, sólo tenía presente que ya estaba con su gran amor y nada más. El resto carecía de importancia estando a su lado.

   — Llegamos.

   Mencionó ella entrando a un local en el cual no se fijó el nombre. Simplemente la siguió como perro a su dueño, sin preguntar, sin dudar, sin desconfiar. Siguiendo ciegamente sus pasos.

   — ¿No hablarás? Has estado muy callado este día. Tengo muchas cosas que me gustaría hablar contigo pero no puedo hacerlo si siento que no me estás prestando atención.

   Él la abrazó con más fuerza, posesivo, receloso. Con el ceño ligeramente fruncido negó con la cabeza, ofendido.

   — ¿Cómo podría no prestarte atención? Justamente porque eres el centro de mi atención no quiero hablar de nada más, no podría estar atento a ti como te mereces si me concentro en otras cosas.

   Esas palabras la hicieron sonrojar como sonreír. Él siempre decía lo que sentía con claridad, aunque a veces no era del todo consciente que lo hacía.

   — Kazuto... Sabes que no me gusta que me hagas sonrojar.

   Él sonrió con ternura y dio muchos besos cortos en su mejilla izquierda.

   — Pero eso a mí me encanta. Te ves más hermosa así, no sabes lo mucho que adoro cuando te sonrojas, así como ahora.

   Ella bajó la cabeza apenada.

   — No, no hagas eso mi preciosa Shino, sabes que me gusta admirar tus ojos cuando te pones así, no me prives de ese privilegio ahora, menos cuando hace ya casi un mes no he podido estar contigo.

   Ella aguantando la pena que le causaban sus palabras tan dulces llenas de amor y sinceridad no pudo negarle ese pedido, por lo cual lo miró directo a los ojos no pudiendo evitar una sonrisa en sus labios. Había echado mucho de menos la presencia de su amor, extrañó su voz y sus palabras tan cargadas de cariño que a pesar de que ya estaban juntos ella quiso aferrarse a sus brazos, temiendo el momento próximo en el que nuevamente tendrían que separarse por tiempo indefinido.

   — Te extrañé mucho, amor.

   — Igual yo, sentí que moriría si pasaba más tiempo sin verte, no te imaginas lo mucho que me emociona tenerte en mis brazos ahora mismo.

   Se besaron, probaron una vez más los labios contrarios sintiendo la misma sensación de placer y bienestar que la primera vez que hicieron este mismo acto. Se habían vuelto tan adictos, ambos, de esas muestras de afecto, que no sabrían como sobrevivir sin hacerlo.

   Disfrutaron esa tarde hablando de sus días, de lo mucho que se habían echo falta, principalmente, recordándose mutuamente cuánto se amaban y necesitaban.

   Eran amantes. O así los clasificaría la sociedad y todo aquel que no conociera su historia a fondo.

   En realidad ellos no se sentían como amantes, sino como una pareja cualquiera que se amaba y adoraba a más no poder.
   Y el que Kazuto estuviera casado legalmente con otra persona no les hacía reconsiderar este hecho.

   Se amaban, se adoraban, se necesitaban, estaban obsesionados uno con el otro. Ambos son su razón para vivir, sonreír, y ser felices.

   Si Kazuto estaba casado no era por gusto, era más bien por conveniencia, por mandato de sus padres. Antes de haberse casado él y Shino andaban de novios, este hecho no cambió después de la boda con Asuna Yuuki.
   Su relación la mantenían oculta ante la sociedad, aunque eso no incluía a Asuna pues Kazuto desde el inicio le había dejado en claro a ella que tenía una novia a la que amaba con el alma y que no cambiaría eso por el hecho de casarse. A Asuna no le quedó más remedio que aceptar, de igual manera ella no había estado interesada en otra cosa en él que no fuera su dinero y el complacer a sus padres.

   Shino había soportado esa relación porque sabía no podría seguir su vida sin él, porque cuando intentó alejarse y tener una relación sana, normal, con otra persona se dio cuenta que no había manera de poder sacarlo de su mente y su corazón, se dio cuenta que lo necesitaba tanto como el aire y por ese motivo no tuvo la osadía de volver a intentar aquella locura.

   Su relación en sí era un riesgo, si los padres de la esposa de Kazuto o de él mismo se enteraban de esto eran capaces de llevarla a la ruina. Pero esto no había sido impedimento para continuar viéndose durante quince años.

   — Ah, por cierto, antes de que te vayas quiero darte este regalo.

   Ella lo tomó con una sonrisa sintiendo las lágrimas de alegría querer caer.

   — No lo olvidaste.

   — Desde luego que no, jamás haría algo como eso.

   Sacando algo de su bolso ella también le entregó una pequeña cajita.

   — Toma, es mi regalo para ti este año. Feliz décimo noveno aniversario mi amor.

   Él sonrió besándola con amor y anhelo.

   — Feliz décimo noveno aniversario a ti también, cariño.

   Susurró él después de separarse del beso.

   Un último abrazo, unas últimas palabras amorosas, y ambos volvieron a separarse tomando rumbos contrarios para ir a casa.

   Su relación era una locura. Pero estar separados lo era aún más, por eso preferían estar así. Era su preciosa locura. Una que no pensaban dejar ni ahora ni nunca.

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꧁𝓓𝓾𝓵𝓬𝓮_𝓜꧂

Jelou! :* Otra actualización aquí pa' compensar el CAP. Sad anterior.
Nah, más bien porque me dieron ganas de escribir algo más, alégrense ;)

 ❝Historias cortas❞  𝐾𝑖𝑟𝑖𝑛𝑜𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora