Capítulo Ocho | De temas y muros invisibles.

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Taehyung sorbía nerviosamente su batido, mientras su vista se enfocaba en Hana, su novia, quien permanecía pensando con la mirada perdida. Habían pasado al menos dos horas desde que el chico se presentó en su casa a modo de sorpresa, por lo que dejó de lado sus quehaceres y se propusieron pasar la mayor cantidad de tiempo posible juntos. Lo que realmente sucedió hace unos instantes, fue que él decidió decirle la verdad sobre su madre no sólo contactándose con él, sino apoyándolo económicamente.

—Entonces —comenzó la chica, rompiendo el silencio. —Después de mentirme, ¿Quieres que yo sea parte de esto y no le diga nada a mi mejor amiga?

—Estrictamente no estarías mintiendo, simplemente no mencionarías nada, omitir—sonrió ampliamente, esperando convencerla. Hana negó con la cabeza, volviendo a perderse en sus propios pensamientos. Y es que desde el momento en que comenzó a sentir cosas por Tae, este era el tipo de situaciones que quería evitar; anteponer el hecho de ser novia de él y poner en segundo lugar el ser mejor amiga de Kei.

—Mira, yo la he pasado pésimo mintiéndole, no es que sea fácil para mí tampoco —prosiguió él. —Es sólo que... cada vez que intento hacerlo, la veo más y más acostumbrada a su nuevo estilo de vida, ¿Sabes? Tiene nuevos amigos, y ya no tiene ese mismo estrés de hace unos meses, sólo el de una joven normal: la Universidad. Además, pareciera que por fin se olvidó del asunto de-

—Mingyu —interrumpió, volviendo a mirarlo. Le tomó la mano y suspiró fuertemente. —Tú entiendes que odio estar en esta posición y aún así me lo dijiste, pero es porque sabrías que entendería tus razones, y juro que lo hago —sonrió, él imitándola y acercándose para compartir un tierno beso. —...Pero tú y yo sabemos que tienes que encontrar un momento para decirle, y no aguantaré estando al margen para siempre —aseveró, después de separarse. Su novio abrió la boca para responder, pero tal como si fuese invocado, la puerta del local sonó revelando al chico que acababan de nombrar entrando a la cafetería.

—¿Ustedes aún están juntos? —se burló, a modo de saludo. —Al menos uno de los gemelos Kim sí sabe tener una relación —Hana apretó la mano de su novio, al notar como su semblante se oscurecía ante las palabras del chico.

Kim Mingyu, un chico muy alto, guapo y de tez morena. Kei lo conoció cuando ambos, irónicamente, trabajaban juntos en una cafetería. Su relación había durado al menos ocho meses, y si bien Taehyung no tuvo problemas con él mientras estaban juntos, el hecho de que su hermana sufriera durante semanas tras el término de su relación era suficiente como para guardarle rencor.

—Me alegra verte animado, ¿Será que por fin dejaste tu obsesión con mi hermana? —atacó el ondulado, viendo cómo la expresión del chico se transformaba a una sonrisa sarcástica.

—Muy bien pensado, te doy créditos. Pero mejor, ¿Por qué no le preguntas a Keira de mi parte si es que ya dejó de depender de un trauma? —Tae se levantó abruptamente y Hana lo imitó, poniendo la mano en su pecho para detenerlo y mirar al otro con desprecio.

—No desperdiciemos tiempo amor, la manía que tiene este tipo de hablar de su pasado con Kei sólo evidencia lo patética que debe ser su vida actual, como para seguir molestándonos con problemas de niños escolares —finalizó, dejando a Mingyu perplejo. Hana le tomó la mano a su pareja y ambos salieron de allí, determinados a no arruinar su tiempo juntos por una estupidez.

"Abril del presente año, dos meses antes de la mudanza de los gemelos Kim a Seúl.

Keira siempre fue muy clara con sus prioridades desde que entró a sus últimos años escolares; necesitaba una beca para la Universidad de sus sueños. Para ello, debió organizarse de forma determinada, con múltiples trabajos y muchas, muchas horas dedicadas a estudiar. Tenía un plan, y ese plan seguiría adelante ante cualquier adversidad.

Enredo doble | Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora