Capítulo 4

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No puedo permitirme estar contigo.

Narra Galilea:

Los días pasaron y yo seguía asistiendo a la universidad, mientras que mi estado de ánimo estaba por los suelos, mi única amiga había desaparecido tras la vez que casi tenemos sexo, desde esa vez no la eh visto, y no tenía quien me animará.
Ya había pasado demasiado tiempo desde que tome una gota de alcohol, mis padres me habían internado por alcohólica, aún que no solo era eso sí no que por ingerir drogas.
En un par de horas más terminarían mis clase, estaba cansada por hoy, solo quería un trago de alcohol pero se me sería imposible por vivir con mis padres, así que solo me calme y espere asta que saliera de la escuela.
Después de esperar unas largas dos horas por fin pude ir a casa, al llegar a mi casa note que mis padres no estaban, subí a mi cuarto y cerré la puerta con seguro, me acosté en mi cama, puse un poco de música para poder relajarme, después de un rato quedé profundamente dormida.
Me desperté de inmediato tras escuchar el timbre de la casa sonar, baje par ver quién era mientras bajaba para abrir la puerta buscaba a mis padres con la mirada, pero ni un rastro de ellos por ningún lado, llegué a la puerta la cual al abrir retrocedí tras el balanceo de un abrazo muy fuerte, no pude notar al instante quién era pues las luces estaban apagadas.
Me retire de esa persona dejando notar que era Lufer, no mostré ningúna expresión pero por dentro mi corazón latía con fuerza.
~Pa-para que viniste hasta aquí?~ mencioné un tanto distante y nerviosa a la vez.
~No puedo venir a ver lo que me pertenece~ *con una sonrisa burlona*
~Yo no te pertenezco~ *nerviosa empeze a rascar mis dedos*
*Tomo mis manos al ver que estaba tratando de lastimarme* ~Deja de lastimar estás lindas manos, después de todo no quiero que mi próximo juguete este daño~ *sonrisa burlona y pícara a la vez*
~Deja de decir que soy tuya y dime qué es lo que quieres~ *hable con una voz fina pero a la vez dominante*
~Ya te lo dije, quiero lo que me pertenece~
~No hay nada de esta casa que te pertenezca~ *solté mi mano de su agarre para luego sentarme en uno de los sillones*
~Ya acabaste con mi paciencia así que entiende mocosa tú me perteneces quieras o no~ *Tomo mi mento, acercándose llegando al punto en que mis labios estaban pegados contra los suyos*
Lufer se alejo para luego ir a cerrar la puerta y volver hacia mi, se paró enfrente de mi.
~Anda mocosa para te~
~Si sabes que tenemos la misma edad, verdad?~ *me levanté,  de un parpadeo note que lufer me estaba cargando estilo costal de papas y emprendió camino hacia mi cuarto*
~Baja me idiota~ *lo golpeaba y lo pateaba para que me bajara*
Llegamos a mi cuarto y cerró la puerta con seguro, me acostó en la cama y empezó a besar mi cuello.
Por un momento la atmósfera se había calentado demasiado, volvío mi conciencia y lo aparte de mi.
~Idiota que estas haciendo, suéltame~ por más que forcejeaba el era más fuerte que yo.
~Ya te dije que me perteneces, así que ahora te haré mía, ya que no lo hice antes~ hablo con una sonrisa burlona mientras sostenía mis dos manos con solo una suya.
~Y que hay de tu novia!~
~Asi que si nos viste, bueno entonces me temo que tendré que recurrir a mi último plan~
Saco unas pastillas de su pantalón y introdujo una pastilla en mi boca después de eso no recuerdo nada pues el infeliz me había dormido.
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Créditos: Reydemonio321

~El Deseo En Nuestros Ojos~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora